Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 76: Asistente personal, maestra y escolta (2)

Traducido por Lugiia

Editado por Sakuya


Han pasado cinco días desde entonces…

Hicimos turismo por la región de Rubel con Mellice-sama.

Si tengo que decirlo, parecía que en lugar de tomarlo con calma en su habitación, ella es de las que prefieren moverse de forma animada. Caminaba enérgicamente no sólo por la ciudad, sino también por los bosques que se extendían a su alrededor, disfrutando.

Sus acompañantes, nosotras, también hemos ido a todos lados con ella, y antes de darnos cuenta, pasaron cinco días.

Ahora, nos encontramos en el camino de regreso del viaje.

—Fue bastante divertido. Naturalmente, me encantaría volver aquí de nuevo.

Oh, los ojos de Mellice-sama se entrecierran mientras sonríe y murmura eso para sí misma.

—Eso sería genial —respondo con indiferencia, pero sus ojos comienzan a brillar.

—En efecto. El paisaje de la ciudad era muy hermoso, y sobre todo, la comida era extremadamente deliciosa… En particular, la cocina marina hecha de pescado fresco fue magnífica.

Mientras ella y yo conversamos sobre nuestros recuerdos del viaje, la mirada de Enerine permanece en la ventana.

El escenario difiere de nuestro viaje de ida a este lugar… Esto fue algo propuesto por Mellice-sama. Dijo que ya nos habíamos esforzado mucho para venir aquí, así que quería disfrutar de todo tipo de paisajes.

Cuando veníamos, ya que usamos un camino frecuentemente usado para llegar a la región de Rubel desde la capital, había mucho tráfico, pero nuestro viaje de regreso es diferente.

No hay mucho tráfico, y el paisaje se mantiene igual, así que, o bien mira distraídamente o, está atenta.

Como Enerine no revela mucha emoción a través de sus expresiones, es difícil de descifrar.

—¿Alguna de ustedes encontró algo por lo que se sientan atraídas en esa región, Anna, Enerine?

Ante la pregunta de Mellice-sama, Enerine y yo, que habíamos apartado la mirada de la ventana, nos miramos.

—Veamos… Cuando caminamos por el bosque, me recordó a nuestro pueblo natal y me sentí muy nostálgica —respondo.

Enerine asiente concordando con mis palabras.

—¿Es así…? Antes de que ustedes vinieran a nuestra casa, ¿se quedaron en su puedo natal todo el tiempo?

—No. Fuimos adoptadas por la abuela que formaba parte de la familia de nuestro padre, y vivimos en un pueblo diferente… Ya que dedicamos nuestro tiempo a entrenar mientras estuvimos ahí, no tenemos muchos recuerdos de ello aparte de eso.

—¿Tu abuela apoyó tu sueño…?

—No. Ella nos impidió entrenar incontables veces, diciendo que era poco femenino.

—Oh Dios~ Entonces, ¿cómo la persuadieron? ¿O se fueron sin decir nada?

—Ella falleció. Su condición física no había sido buena durante varios años, así que estábamos preparadas para ello.

—Ya veo… Lo siento.

—No… Estoy agradecida con ella. Por adoptarnos, ya que no teníamos parientes, y por permitirnos vivir un estilo de vida promedio como todos los demás.

—¿No se imaginaron viviendo siempre en ese pueblo…?

La pregunta de Mellice-sama causa una vez más que esas gruesas y oscuras emociones nazcan dentro de mi corazón.

Quizás no se ha dado cuenta de eso, ya que se ríe desconsideradamente.

—Por favor, no me malinterpretes… No tengo intenciones de burlarme de su sueño. Es sólo que quería saber. Habiendo entrado en contacto con el pacífico estilo de vida del pueblo, ¿no pensaron elegir otro camino?

—No lo hice… —responde Enerine claramente negándose.

—Aunque ya ha pasado bastante tiempo… Las escenas de guerra se han fundido en mis ojos, y los gritos de todos siguen sonando en mis oídos. Estoy segura de que me seguirán por el resto de mi vida… Mientras no podamos regresar en el tiempo, al menos espero que ya no haya gente que se haya visto obligada a enfrentarse a los mismos horrores que nosotras. Eso es algo que hemos seguido deseando fuertemente todo este tiempo.

—Ya veo…

La mirada de Mellice-sama se dirige hacia el exterior del carruaje. Parece estar perdida en sus pensamientos, ya que una arruga aparece en su frente.

¿Qué es? De cualquier manera… estoy segura que fue una pregunta caprichosa de un gran noble.

Al concluir eso, aprieto los labios y bajo la mirada.

El carruaje sigue adelante en silencio, y luego se detiene al llegar a un pueblo.

Nos dirigimos rápidamente a una posada. Mientras Mellice-sama toma un descanso, me pide un poco de té.

—Es delicioso, Anna… Has mejorado.

—Me siento honrada por su alabanza.

En un instante, un gran alboroto impropio de un pueblo tan tranquilo llega a la habitación.

—Oh, ¿así que también te has dado cuenta? Me pregunto qué podría ser…

—Enerine y yo iremos a ver. No se separe de los guardias, Mellice-sama.

—Ya veo. No lo haré.

Al recibir su permiso, salimos apresuradamente de la posada.

Los alrededores son ruidosos, muy diferentes a los de antes de entrar en la posada.

—¿Qué diablos está sucediendo…?

Atrapo a una de las personas que corre por el camino en un intento de escapar, y lo interrogo.

—¡C-Corre…! ¡Son bandidos! ¡Vienen de esa dirección!

Sólo dice eso antes de apartar su mano y comenzar a correr de nuevo.

—Bandidos, eso… Aunque ha pasado un tiempo desde que se logró la tregua, y el orden público también ha mejorado considerablemente… Pensar que esa clase de gente todavía está por aquí.

—Esta área está lejos de la estación militar más cercana. Además, ya que se dice que este lugar no es tan importante para las comunicaciones, no puedo imaginar que el país se mueva tan rápido para protegerla.

—¡¿Por qué Mellice-sama eligió tal ruta…?!

Inconscientemente revelo mi resentimiento hacia ella por haber elegido a propósito esta ruta que está lejos de cualquier tráfico importante, sólo porque quiere ver los diversos paisajes de este país.

—Ahora mismo no es el momento de discutir sobre algo así. Debemos fortificar de inmediato las defensas alrededor de Mellice-sama.

—Eso es verdad.

Acepto las palabras de Enerine y salgo corriendo. Sin embargo, ella, que debería estar a mi lado, no está en ninguna parte.

—¡Enerine!

Dando vueltas, grito su nombre.

—No puedo abandonar a las personas por las que ninguna ayuda llegará… Porque son iguales a nosotras en esa época.

—¡Entonces yo también…!

—Pero ahora mismo, somos empleadas de la Casa del Marqués Anderson. No debemos permitir que le pase nada a Mellice-sama. Por eso, Anna, debes ir con ella.

Aunque diga eso, no puedo moverme tan fácilmente.

—¡Deprisa! —grita, como para incentivarme.

—¡Regresaré inmediatamente…!

Mi vacilación es momentánea.

Me concentro en el lugar al que debo ir y enseguida comienzo a correr.

Zigzagueando entre la gente que está escapando, simplemente corro hacia la posada.


Sakuya
Por su forma de pensar, no me agradan. Creen que por que su infancia fue terrible, son las únicas que lo han pasado así, y que es imposible que alguien de buen acomodo, no podría sufrir. Están generalizando a todos los nobles. Y por eso tienen derecho a estar enojadas con melisse? Son de mente estrecha. Nadie las obliga a quedarse, se pueden ir cuando quieran ¬_¬. Lo siento, me enojan xD, pero cada quien tiene su opinión, esta fue la mía jeje

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido