Vida en prisión de la villana – Extra 1: Edición limitada de Akihabara

Traducido por Den

Editado por Sharon


—¡Oye, Rachel! Tú… ¡¿me estás escuchando?!

Elliot seguía sermoneando a Rachel día tras días ya que su actitud no mejoraba en absoluto.

—Estoy escuchando… Está hablando de aquella vez que cogió un pez increíblemente enorme mientras estaba en un banquete.

Le dio un falso halago.

—¡¿Quién hizo eso y cuándo?! ¡¿Dónde apareció exactamente ese tema en mi historia?!

—Suficiente. Está siendo demasiado ruidoso y no puedo leer.

El rostro de Elliot se estaba poniendo rojo mientras gritaba, pero Rachel no salió de su cama y mantuvo los ojos pegados a su libro. El chico estaba siendo menospreciado por completo.

—¡Mientras – el – príncipe – está hablando – no – se lee –  un – libro!

—¿No puede volver más tarde, Su Alteza?

Mientras el susodicho príncipe hacía una pataleta, Rachel le dio una respuesta poco entusiastas e ignoró el ruido. Tal arrogancia hacia la realeza no se podía permitir, por lo que Elliot intentó gritarle aún más… Sin embargo, cuando estaba a punto de decir algo…

—¡Ooki! —le gritó un mono desde atrás. Al darse la vuelta, encontró que la mascota de la noble dama llevaba una montaña de bolsas de papel. Como estaba cargando demasiados bultos, al parecer se vio obligado a usar la entrada principal y bajar las escaleras en lugar de entrar por la ventana como siempre hacía.

—¿Q-Qué pasa?

—Su Alteza, ¿no le está diciendo que deje de bloquear el tránsito?

—A-Ah, ya veo.

Una vez que se apartó del camino, el simio hizo una pequeña reverencia en agradecimiento antes de pasar junto a él y luego empujó los artículos que había traído entre los barrotes de la celda de su maestra.

Rachel, que hasta ahora había estado recostada leyendo un libro, se levantó alegre porque su mono había vuelto.

—¡Bienvenido a casa, Haley! ¿Compraste todo lo que te pedí?

—¡Ooki!

Cuando el primate abrió la bolsa de una tienda minorista importante, sacó mangas y novelas ligeras una tras otra… y comenzó a apilar los libros que había comprado sobre el escritorio. Luego, de una bolsa de plástico que había estado sujetando extrajo dos paquetes envueltos en papel e inmediatamente le entregó uno a Rachel.

—Gracias, Haley. Tenía muchas ganas de comer esto después de tanto tiempo.

—¡Ooki!

La humana y el animal desenvolvieron sus pequeños paquetes y, con el contenido aún humeante expuesto, mostraron muy malos modales e hincaron al instante sus dientes en él.

—¡Delicioso~!

—¡Ooki~!

En ese momento, Rachel y su mascota gritaron alegremente por lo sabrosa que era su comida.

—No…, ¡un príncipe haciéndose a un lado por un mono es imposible! —Elliot volvió a sus sentidos.

—Su Alteza, eso fue demasiado tarde.

—¡Cállate!

—¿Y no me dijo Su Alteza antes que nada es imposible para usted?

—Sí, ¡pero…! ¡Lo hice…! ¡Pero…! —Elliot apretó los dientes incapaz de replicar… De repente se interesó por los objetos que había traído el mono—. Oye, Rachel, ¿qué estás comiendo?

—¿Eh?

La noble dama y Haley intercambiaron una mirada.

—Es un Döner kebab [1].

—¡¿En qué parte de nuestro país venden Döner kebab?! ¡¿A dónde demonios fue este mono?!

—¿Dónde…? —Rachel ladeó la cabeza—. Akihabara.

Elliot se tomó un momento para asimilar sus palabras.

—¿Akihabara?

—Akihabara —respondió Rachel con una mirada muy seria.

—¿Este mono fue hasta Akihabara por su cuenta?

—Oh, cielos. Su Alteza, ¿está dudando de la genialidad de Haley?

—Mis dudas son un problema diferente. ¿Cómo llegó hasta allí?

—Bueno, Su Alteza, Haley tiene la cabeza en su sitio. De todos modos… —Desde el escritorio, Haley sacó una tarjeta plateada y verde de su bolsa—. ¡No hace falta decir que con su pase de tren cambió de metro a la perfección!

—¡Ooki! ¡Ooki!

El mono hizo el movimiento de mostrar su tarjeta antes de cambiar de línea ferroviaria.

—¿Qué le parece? ¡Hasta puede usar una tarjeta prepago Suica! ¡Increíble!

Cuando Haley sacó una tarjeta plateada y rosa, saltó para poder tirarla al suelo de forma violenta.

—¡Ooki!

—¡¿Así que disfruta tanto de la sensación de pasar una tarjeta prepago Pasmo?! [2]

—No, se supone que no la tiene.

Rachel acarició la cabeza del mono después de que la apoyara en su pecho.

—Pero eso no es todo. ¡Haley puede hacer cosas aún más increíbles!

—¡Ooki!

Haley adoptó una postura con las manos extendidas como si estuviera sujetando un anillo.

—¡Haley puede viajar por toda la autopista Shuto sin un GPS!

—Como un patán del campo que se jacta de cómo han dominado Tokio… Espera, lo que quería decir es… ¡¿Oye, este mono conduce?! ¡No podría ver el frente incluso si se pone de pie en el asiento! Y, para empezar, ¡¿cómo pisaría el acelerador y el freno?!

El primate sacó otra tarjeta y volvió a mover el brazo para imitar un par de pases.

—¡Ooki!

—¿Cómo? ¡Tiene una tarjeta ETC!

—¡Así no es como funcionan las tarjetas ETC! [3]

—Además, recientemente ha comenzado a utilizar un coche de transmisión manual poco común estos días. [4]

—¡¿Entonces tiene que conducir hasta con el embrague y la manija de cambio?! ¡Un equipo! ¡¿Tienes a todo un grupo de animales para hacer funcionar eso?!

Frente a Elliot, que se estaba cansando de tanto gritar, el mono de repente recordó algo y empezó a registrar una bolsa de una tienda de electrónica. Cuando encontró lo que buscaba, sacó una caja de cartón. Luego, se la presentó al príncipe.

—Ooki.

—Un recuerdo para Su Alteza. ¡Haley es un buen chico por incluso comprar regalos para la gente que no le importa en lo más mínimo!

—Que no le importa… Rachel… tú…

Mientras pensaba que iba a matar a esta mujer, Elliot aceptó por reflejo la caja que le ofrecía el animal. Cuando la miró, se dio cuenta que había chicas lindas dibujadas en vívidos colores pastel con el título garabateado en el frente en grandes letras redondas:

「Simplemente Petaísmo 2 ~ ¡Continúa el romance de una doncella! ~ +18 」

—Mono…

—¡Ooki!

—Tú… ¡¿qué clase de hombre crees que soy para comprar un juego sólo para adultos para mí?!

—¿Ooki?

El mono inclinó la cabeza hacia un lado, inseguro de lo que el príncipe quería decir mientras señalaba furioso la caja en su mano.

—¡Y, además, es una broma verde! ¡Wolanski es petaísta, no yo!

—No, ¿Su Alteza no tiene esas tendencias también?

—Cállate, George. ¡¿Y por qué es “2”?! ¡Solo los idiotas comprarían abruptamente la secuela! ¡Deberías haber comprado el “1” en su lugar!

—Si no lo quiere, me lo quedaré. He estado queriendo conseguir el segundo.

—Tú también cállate, Wolanski. Además, mono, esta m****a  de juego salió hace tres años. ¡¿Elegiste algo de la cesta de las ofertas?! ¡¿Te estás burlando de mí?! ¡¿O es que eres tan simple como para coger algo del área de las estanterías con mercancías nuevas?!

—Este mono definitivamente está tratando de menospreciarlo. [5]

—¡Cállate Sykes! Volviendo a lo que estábamos hablando en un principio… El juego tiene una historia completamente lineal y sólo te da la posibilidad de elegir entre tres opciones al final, así que ¡¿cómo te atreves a llamarlo un gran juego de aventuras con múltiples finales?!

—Como era de esperar de Su alteza, el peso de lo que un hombre tiene que decir es ciertamente diferente después de que alguien haya pisado una mina terrestre.

—¡Los extraños deberían mantener el pico cerrado!

Elliot lanzó la caja del juego a sus ayudantes que seguían haciendo comentarios innecesarios a sus espaldas. Pero una vez se dio la vuelta, una voz fría le preguntó desde la celda:

—Su Alteza, ¿cómo sabe tanto de un juego con solo haber visto el título…?

—Dejando eso de lado…

—¿Qué tal si lo dejamos donde está y lo discutimos un poco más?

En cualquier caso, parece que el rubio idiota no está satisfecho con el regalo que recibió.

Haley concluyó que no se podía evitar, así que sacó otra cosa.

—Ooki.

—¿Hmm?

Una vez más, Elliot aceptó lo que le ofrecía sin pensar. En esta ocasión, se trataba de un CD de una banda de chicas cuya sede estaba en Akihabara y cuyas cifras se mantenían estáticas en 48, aunque si se incluían grupos secundarios se elevaban a alrededor de 4 a 500 miembros.

—Oh, el mono en realidad tiene buen gusto… es lo que me gustaría decir, pero ¿por qué está abierto?

—Ooki.

—¿Me das el CD porque solo necesitabas el ticket para el evento de apretón de manos? Tú… ¡¿no es eso lo más valioso…?!

Mientras Elliot protestaba, el mono se aproximó con una pequeña montaña de CDs y empezó a repartirlos entre los lacayos. Era el mismo que Elliot había recibido aunque no había abierto ninguno de ellos. Pero mientras lo hacía, acabó rascándose la cabeza al ver que todavía quedaban algunos discos incluso después de que todos hubieran recibido uno. Por ello, le preguntó a Wolanski:

—¡Ookii!

—No, incluso si dices que me das tres porque sobran algunos… me pregunto si necesito tres del mismo.

—Ooki…

—¿Así que Su Alteza tiene menos amigos de los que pensabas? A pesar de que te lo dije…

Me rindo. Sintiéndose de esa manera, el mono miró a Elliot.

—¿Ooki?

—¡Así que me vas a dar las sobras, idiota! ¡¿Por qué estos chicos se llevan mi CD favorito mientras yo obtengo esta m****a de videojuego?!

—Entonces, Su Alteza, esa historia sobre esa m****a de videojuego que estaba contando… o más bien Haley, ¿cuánto compraste con el dinero que te di?

—¡Rachel, ¿cuánta mesada le das a un mono?!

—¿No iba a Akiba? Por mucho dinero que le diera, ¡no habría sido suficiente como para que fuera rebuscando por ahí!

—¡Estoy de acuerdo!

Rachel entrecerró los ojos con nostalgia, como si estuviera abriendo un nuevo disco de vinilo.

—Pero, estos días Akihabara ha estado cambiando… Es tan diferente del pasado.

—No creo que te sientas así después de este último viaje… Quiero decir, ciertamente la zona alrededor de la estación ha sido remodelada, pero sigue siendo la Ciudad Eléctrica.

Rachel infló las mejillas ante la negación de Elliot.

—Es casi completamente diferente, ahora está destinada casi por completo a los otaku. Recuerdo… cuando rebuscaba en puestos callejeros sin letreros en busca de repuestos chatarra, o deambulaba por esos edificios con múltiples tiendas en busca de tubos de vacío.

—¡¿Finges ser mayor de lo que eres?! ¡¿Crees que eres mayor que tu padre?!

—¿Lo recuerdas, Haley?

—¡Oye, no me ignores!

Haley pensó por un momento después de que Rachel le preguntara, y empezó a hacer gestos a medida que regresaban los recuerdos.

—Ah~. Hacer cola en mitad de la noche para el evento de la cuenta atrás el día en que se lanza un nuevo sistema operativo, ¿eh? Así es, recientemente no ha habido ninguno de esos. Es solitario, ¿verdad?

—Ookii. ¡Ooki, ooki!

—¡¿Qué edad tiene este mono?!

Se cernió un silencio, y Elliot hizo un gesto a Haley para que se acercara a su lado.

—¿Ooki?

Cuando éste llegó a sus pies, el príncipe se agachó y le susurró al oído:

—Oye, mono, estás reuniendo tickets para el evento de apretón de manos… ¿de quién eres fan?

—Ooki… —le susurró Haley al oído y entonces… el hombre y el simio compartieron un firme apretón de manos.

—¿Los dos son iguales…?

¿Ambos de repente comenzaron a llevarse bien? Una ligeramente conmocionada Rachel quiso preguntar, pero luego negó con la cabeza con vehemencia.

—¡No digas estupideces, Rachel! ¡No somos iguales!

—¡Ooki!

—¿Eh…?

Elliot y Haley replicaron ante el extraño comentario sorpresa de Rachel, pero ninguno de los dos pareció darse cuenta de lo emocionados que estaban.

—Algunos chicos se niegan a aceptar la opinión de otra persona. ¡Pero no todos podemos ser el número uno! ¡De lo contrario, habría una guerra entre fans!

—¡Ooki!

—Ci… cierto…

Sin notar que Rachel se estaba alejando poco a poco de ellos, ambos se fueron emocionando cada vez más.

—Mono, ¿vas a ir al evento en vivo del próximo mes?

—Ooki.

—Ya veo, tienes la entrada, pero ¿sólo puedes ir si cuadra con la agenda de Rachel? Oye Rachel, intenta disfrutar de tus vacaciones sin depender del mono todo el tiempo. La generosidad de un jefe significa encontrar maneras de adaptarse a las circunstancias de un subordinado, ¿no es así?

—Correcto… Sin embargo, nunca pensé que oiría a Su Alteza decir algo así.

Rachel se estaba quedando atrás en la conversación mientras Elliot, que había llegado a un punto álgido tras encontrar a un hermano que comparte su mismo interés, sacó un palo luminoso como si fuera su sable.

—Entonces, mono, permíteme mostrarte los resultados de mi entrenamiento especial.

—¡Ooki!

—¿Eh? ¿Qué?

Ignorando a Rachel que no sabía lo que iba a empezar, Haley se apresuró a sacar un radiocasete portátil [6] e insertó un disco. Todos los lacayos sacaron sus propios palos de luz, uno para cada mano, y se alinearon de forma espectacular detrás de Elliot, que hacía una pose.

—¿Um? ¿Qué está pasando?

—¡Ooki!

—¡Comencemos!

Sin ninguna explicación, justo frente a ella, que tenía un gran signo de interrogación flotando sobre su cabeza mientras observaba lo ininteligible… Cuando la primera nota surgió de los altavoces, los hombres levantaron sus palos luminosos a la vez y comenzaron a bailar llenos de energía el Wotagei [7]. Todo para poder presumir ante un mono.

—¡¿Qué?!

—¡Ookii!

—¡¿Haley, podrías explicar esto un poco?! ¿Qué están haciendo? ¿George también?

—¡Estamos haciendo las tres canciones de un tirooooooooón!

—¡Wooooooooooo!

—¡¿Qué sucede con Su Alteza?! ¡¿George?! ¡¿Sykes?! ¡Haley, um, explica estoooo!

El príncipe y su grupo de hijos nobles siguieron bailando como si estuvieran en una especie de trance ante una hija noble desconcertada y prisionera mientras un mono saltaba de alegría. Dentro de la mazmorra tenuemente iluminada, el brillo cegador de los palitos luminiscentes penetraba en la oscuridad y era verdaderamente hermoso.

Mientras se desarrollaba ante sus ojos algo que desconocía por completo, sólo había una cosa que entendía.

Esto… No tengo intenciones de tratar de comprender a esta gente…

Así que con la única chica quedándose atrás en todo este suceso, la juerga de los hombres prosiguió.


[1] Döner kebab es un plato comúnmente encontrado en Medio Oriente. Es generalmente consumido con un pan plano como pide o pita junto con verduras y otros acompañamientos.

[2] Suica y Pasmo son dos tipos diferentes de bonos de transporte. La única diferencia entre ellos es en qué estaciones los obtienes. Pero cuando se han terminado, se supone que debes devolver las tarjetas para recuperar la fianza.

[3] La autopista Shuto es una carretera de peaje complicada en Tokio. Hay muchas curvas cerradas y vías de acceso, por lo que hay que tener mucho cuidado conduciendo. La tarjeta ETC es una tarjeta de pago electrónico que puedes utilizar para pagar los peajes de la autopista sin tener que detenerte. La razón por la que Elliot grita que no es así como se usa una es porque hay que insertar la tarjeta como una tarjeta con chip en lugar de deslizarla como una tarjeta de metro.

[4] Los vehículos de transmisión manual, o también conocidos como transmisión mecánica, disponen de una caja de cambios que el conductor debe manipular para cambiar de velocidad. A diferencia de un vehículo automático, que solo requiere el uso de los pedales, este tipo de coche requiere coordinar los pies para pisar el embrague y cambiar la marcha del motor para así aumentar o disminuir la velocidad.

[5] Se trata de una broma. Montura en katakana puede referirse a cómo Haley se está burlando de Elliot, pero también podría hacer referencia a las pantallas “montadas” que tendría para los juegos nuevos.

[6] Un radiocasete es un reproductor de audio portátil (generalmente estéreo) que integra en un solo aparato tanto un reproductor de casetes de audio como un receptor de radio.

[7] Es un tipo de baile enérgico que hace la gente para los ídolos en sus conciertos.

Den
Cada capítulo extra es un pequeño bono que recibes cuando compras la novela. Consigues una historia extra diferente dependiendo de dónde la compres. Cada capítulo también tiene lugar en un mundo alternativo ambientado en tiempos modernos. Disfruten~

Sharon
Quién diría que llegaría el día en que Elliot dejaría a Rachel desconcertada, y ni siquiera se dio cuenta como para poder disfrutarlo XD

2 respuestas a “Vida en prisión de la villana – Extra 1: Edición limitada de Akihabara”

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