Traducido por Shroedinger
Editado por Sakuya
Rivetti se tambaleó por el pasillo blanco en un estado de ánimo de ensueño.
Antes solo había visto la imagen de la Emperatriz en un retrato, pero ahora veía a Su Majestad sentada y bebiendo té ante ella de cerca. La Emperatriz incluso le sonrió y la invitó a otra fiesta de té unos días después. Para Rivetti, esto era mucho más emocionante que una espectacular mansión nueva e innumerables sirvientes.
Debería hornear unas galletas para la fiesta del té. Estoy segura de que a la emperatriz le gustaran. ¡Las galletas de Rivetti son las mejores del mundo! Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 58: ¿Qué quieres que diga?”