Traducido por Shisai
Editado por Sakuya
Al principio, Ye Ying Zhi estaba disfrutando de la dulzura de Chi Yan jugando solo, dejándolo tratar de “calentarlo” con sus propios labios y lengua a su manera. Después de aguantar por un tiempo, no pudo resistirlo más. Se dio la vuelta, lo presionó debajo de él y lo besó. Estuvieron así un largo rato hasta que logró reunir fuerzas para separarse, soltándolo de mala gana.
—… Mi Ah Yan es tan dulce —susurró jadeante.
La cara del joven se puso roja en un instante, lo miraba sin saber cómo reaccionar. Seguí leyendo “El Perseguido – Capítulo 108: Cosas extrañas”
Traducido por Shisai
Editado por Sakuya
La familia Xu había preparado alojamiento para los maestros taoístas que venían de otras partes del mundo para participar en el ritual de oración, pero Ye Ying Zhi se llevó a Chi Yan. No al jardín donde se habían conocido, sino a la casa principal de la familia Ye. La casa de la familia Ye y la de la familia Xu no estaban muy cerca y tampoco muy lejos. Ambos estaban en la misma zona, pero se tardaba media hora en ir de un punto al otro.
Como Ye Ying Zhi no vivió ahí en el pasado, Chi Yan recordó que rara vez había estado ahí, unas pocas veces para participar en algunas actividades con la familia Chi. Seguí leyendo “El Perseguido – Capítulo 107: Calentarlo”
Así que recurrió a la drástica medida de derribar la mesa de un portazo, pero lo hizo con demasiada fuerza. El ruido del golpe seguía resonando en el pasillo y los empleados, sorprendidos, se asomaban al comedor para ver qué pasaba.
Por suerte, había heredado más el aspecto de su madre. Aunque su aspecto seguía siendo intimidante y asustaba a la mayoría de los niños, seguía siendo mejor que el de su padre. No obstante, sus miradas aterradoras y sus golpes en la mesa debían hacer la hazaña, y ella lloraría pronto, ¿no? Seguí leyendo “El contrato de la Princesa y la Duquesa Monstruosa – Capítulo 25”
Traducido por Bee
Editado por Sakuya
Xi Ran fue a preguntar y descubrió que su amigo se iría poco después de que él regresara en unos días, por lo que tuvo que fijar una hora para la reunión rápidamente. De hecho, la otra parte quería visitarlo, pero como Xi Ran se “volvió a casar” rápidamente, temía que a Huan Xiu no le gustara, por lo que no quiso tomar la iniciativa.
De regreso a casa, Huan Ye miró hacia arriba y le preguntó a Xi Ran: —¿Es el tío Lan?
—Sí, es él. Lo recuerdas. Seguí leyendo “Hogar Zerg – Capítulo 17: Los amigos de Xi Ran.”