Al borde de lo impresionante – Capítulo 90

Traducido por Lucy

Editado por Nemoné


—¿Está bien entrenar con nosotros y abandonar a tanta gente?

Li Mingyu miró hacia las puertas de la ciudad.

—¡Si me hubiera quedado, entonces no habría estado bien! —jorobó Claire con frialdad, molesta.

¡Ella había sido atrapada por ese viejo zorro! Y entre tanta gente por lo que no pudo resistirse en absoluto. No entendía por qué el papa quería arrastrarla hacia el lado del Templo de la Luz, pero una cosa era segura: no podía ser que el Papa cediera a un impulso del momento. ¿Estaba relacionado con la investigación de Leng Lingyun sobre la anomalía de aquel día? No importaba, dejar atrás la disputa era bueno. Estar atrapada entre la autoridad real y el derecho divino sería sin duda incómodo.

La alineación de este grupo de mercenarios era rara. Claire pretendía ser una arquera, Summer era una ladrona, Qiao Chuxin era una arquera de verdad, Jean era una guerrera, Walter era un mago oscuro, Ben iba a ser tanto guerrero como mago, y Camille era un asesino narcisista y loco. En cualquier caso, era una alineación con variedad, que tenía todo tipo de clases. En apariencia, Li Mingyu y Li Yuewen eran los empleadores de su grupo mercenario.

—Pequeño leopardo, ven.

Ella extendió con tranquilidad la mano y llamó al leopardo de viento que les seguía por detrás. Se montó en él.

—Ah, traidora. ¿No dijiste que ibas a entrenar? —protestó de inmediato Summer.

Todos caminaban mientras Claire, esa tipa, montaba de verdad.

—No solo se entrena el cuerpo, sino también la fuerza de voluntad. Si te enfadas por una cosa tan pequeña, nuestro comandante secundario, Camille, se va a enfadar —le contestó.

De inmediato, Summer sintió un viento frío soplar desde detrás de ella. Al darse la vuelta, vio la cálida y amable sonrisa de Camille. La muchacha se estremeció y siguió sintiendo que era una persona muy peligrosa, de verdad peligrosa. Summer dejó de hablar siendo sensata y corrió al lado de Claire.

Y así, el pequeño grupo de mercenarios abandonó la capital de forma pacífica, dirigiéndose a la siguiente ciudad. La onda azure apuntaba hacia la frontera de Belruk.

Claire levantó la vista justo cuando el viento soplaba, agitando un poco su flequillo. Todo se aclaró de golpe.

Su nueva vida acababa de empezar.

El grupo parecía un grupo de mercenarios normal y corriente. Los que más llamaban la atención eran los hermanos Li. Su apariencia sobresaliente y su aire fuera de lo común atraían muchas miradas. Cada vez que iban a un lugar nuevo, la gente no podía evitar mirarles.

Pero hoy era una excepción. Todos vieron a mucha gente huyendo con frenesí de la puerta de la ciudad que tenían delante y se quedaron perplejos. Era el tercer pueblo portuario de Amparkland, Agua Plácida, siempre próspera y pacífica, un importante mercado comercial. Por lo general, había un flujo interminable de hombres de negocios entrando o saliendo, pero hoy, actuaban como si estuvieran siendo perseguidos por fantasmas, como si estuvieran deseando que les crecieran alas y volar lejos.

—Ah, espera…

Summer intentó preguntar a alguien, pero éste hizo oídos sordos, huyendo sin dejar rastro con una bolsa de algo en la mano.

Li Mingyu y Li Yuewen también quisieron preguntar a la gente que pasaba corriendo, pero todos les ignoraron, corriendo como si su vida dependiera de ello. Los carruajes también salían sin parar, creando grietas en el suelo. Toda la ciudad era un caos.

—¡Ben! —llamó Claire.

Él comprendió de inmediato, agarrando a un transeúnte que corría, levantándolo.

—¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame!

La persona que estaba levantando pateó temerosa con las piernas que estaban suspendidas en el aire, gritando enfadada.

—Te soltaremos cuando respondas una pregunta —dijo Claire, enarcando una ceja.

—Es imposible salir al mar, sálvese quien pueda rápido. El puerto ya se ha sumergido, ¡hay una bestia marina enloquecida que no deja de atacar el puerto! Y ha convocado a muchas otras bestias marinas. ¡Es una catástrofe, una gran catástrofe! Corre por tu vida —dijo todo con impaciencia, sin que Claire se lo pida—. El señor de la ciudad ha pedido ayuda, pero no ha habido respuesta en todo el tiempo. Me temo que para cuando llegue la gente del Templo de la Luz, este lugar estará sumergido por completo. Por favor, déjame ir.

La persona se sintió como si se le cayera el cielo encima, deseando con ansiedad poder liberarse del agarre de Ben.

Claire asintió. Él lo lanzó sin fuerza, y la persona fue arrojada lejos. Cuando aterrizó, se levantó de inmediato. Sin siquiera tomarse el tiempo de quitarse la tierra de encima, corrió rápido hacia delante. Parecía muy contento de que Ben le hubiera lanzado tan lejos.

—¿Por qué iba a ser atacado el puerto por bestias marinas sin motivo? —Frunció el ceño Li Yuewen, perplejo, mientras miraba hacia la caótica entrada de la ciudad.

—Debemos ponernos a la marcha —dijo Li Mingyu, como resolución, mirando hacia la entrada de la ciudad.

—Primero tenemos que ver qué está pasando.

Claire desmontó el leopardo de viento con el pequeño y exquisito arco mágico que le había dado Cliff y se dirigió hacia las puertas de la ciudad, tomando la delantera.

Todos la siguieron de cerca por detrás.

Cuando entraron por las puertas, toda la ciudad era un caos. Las tiendas se cerraban de manera apresurada, mucha gente en las calles corría de manera apresurada, con grandes y pequeñas bolsas de equipaje, hacia las puertas de la ciudad. Algunos soldados seguían órdenes, pero eran incapaces de detener la frenética huida caótica de los residentes.

—¿Dónde está el señor de la ciudad?

Jean agarró a un soldado que intentaba apaciguar a los residentes.

—¿Quiénes son?

El soldado frunció el ceño, molesto al ver al maleducado que tenía delante.

—Te estamos haciendo una pregunta, ¡contesta!

Una luz fría brilló en los ojos de Li Yuewen, mostrando al instante una intención asesina, haciendo que el soldado se estremeciera un poco en su interior.

El soldado de inmediato respondió con obediencia.

—E-En la muralla de la ciudad. Trajo magos para luchar contra las bestias marinas.

—Vamos a ver —dijo Claire, mirando a lo lejos la alta muralla de la ciudad.

Una vez que todos llegaron, la muralla de la ciudad estaba vigilada de forma estricta, todos los soldados con expresiones solemnes. El sonido aterrador de las enormes olas llegó desde más allá de la muralla de la ciudad, haciendo que uno se alarmara de miedo.

—Alto, ¿quiénes son?

Una persona con aspecto de capitán se acercó, bloqueando de manera solemne al grupo de Claire.

—Su señoría está en este momento resistiendo a la bestia marina enloquecida con magos, la gente normal no puede acercarse.

—Nosotros también tenemos magos y queremos echar una mano al señor de la ciudad —respondió de manera insípida Claire—. Cuanta más gente, mejor. Los magos de nuestro grupo mercenario son muy poderosos.

El capitán observó a Claire con duda. Esta chica corriente no tenía ninguna característica definitoria, alguien a quien no podrías encontrar en medio de una multitud. Luego observó a la gente que había detrás de Claire. Ni una sola persona parecía fuera de lo común ni tenía aspecto de ser sobresaliente. El capitán dudó y no dijo nada.

De repente, un rugido aterrador y estremecedor sonó desde el otro lado de la muralla, seguido de un fuerte estruendo. Un gigantesco maremoto golpeó la muralla que parecía a punto de derrumbarse.

—¡Capitán, la bestia mágica se ha vuelto loca otra vez!

Un soldado cercano gritó asustado. Era un soldado joven y todavía parecía algo infantil, con los ojos llenos de terror. Al ver esto, el corazón del capitán se volvió algo complejo.

—De acuerdo. ¿Puedo preguntar qué grupo de mercenario son? Como he dicho, cuantos más, mejor. Espero que puedan ser de ayuda a mi señor y a los magos.

El capitán por fin se movió para dejarlos pasar.

—Cuerpo Mercenario Yuan Bao.

Claire dijo con indiferencia, y luego llevó a todos a escalar la muralla de la ciudad.

¿Cuerpo de mercenarios Yuan Bao? El capitán parpadeó, mirando con escepticismo al grupo de Claire desde atrás. ¿Qué tipo de nombre extraño era éste? Nunca había oído hablar de este grupo mercenario. Esperaba que no desperdiciaran su vida en vano. El capitán miró al cielo encapotado, rezando en su interior, esperando que la ayuda militar llegara pronto. Si seguía así, toda la ciudad iba a quedar sumergida.

Una vez que Claire y ellos treparon por la muralla, vieron que más allá de la ciudad ya solo quedaba una vasta masa de agua. Solo se veían uno cuantos mástiles altos, lo que demostraba que antes había sido un puerto próspero. En la muralla había una hilera de personas empapadas por el agua del mar.

Había un hombre de mediana edad que parecía muy serio y frenético con los puños apretados con fuerza al ver la situación de abajo. A su lado, dos guerreros empuñaban con fuerza sus espadas, protegiendo su seguridad. De seguro se trataba del señor de la ciudad, y los que estaban a su lado eran magos que luchaban con ferocidad. Sus anchas túnicas mágicas estaban empapadas, lo que les daba un aspecto lamentable. Todos lucían exhaustos y casi incapaces de soportarlo, pero estaban recitando hechizos con velocidad para atacar.

Claire adelantó la mirada y vio una enorme bestia marina de color blanco cremoso que se retorcía entre las olas, rugiendo. La gigantesca bestia marina no medía menos de tres metros de altura, y sus diez extremidades se agitaban con locura en el aire. A su alrededor parecía haber muchas bestias marinas menos notables que también rugían y se retorcían enloquecidas.

¿Por qué la bestia marina parecía un pulpo?

Claire frunció el ceño al ver la situación ante ella, reflexionando. Las bestias marinas, seres muy fuertes, casi nunca se acercaban a tierra sin motivo. ¿Por qué había aparecido aquí una situación tan inusual?

—¿Quiénes son ustedes? Esto no es seguro, ¡marchense de inmediato!

Al momento siguiente, una voz digna pero preocupada rompió el hilo de los pensamientos de Claire.

Claire se giró para ver la mirada solemne y preocupada de un hombre de mediana edad.

—¿Es usted el señor de la ciudad?

Claire no se retiró y se acercó más.

—¡Quién eres tú, no está permitido faltar al respeto al señor de la ciudad!

Un guerrero junto al hombre de mediana edad frunció el ceño y gritó. Se puso alerta cuando vio a Claire acercarse.

—Cierra el pico —gritó el señor de la ciudad, frunciendo el ceño y disgustado con el guardaespaldas. Luego se volvió hacia Claire y le habló—. Pequeña, este lugar no es para que vengas. Márchate rápido. Si no podemos contener a las bestias marinas, las consecuencias serán impensables. Debes irte rápido con tus compañeros.

El señor de la ciudad pudo ver con una mirada que Claire era la líder del grupo.

—Somos el Cuerpo Mercenario Yuan Bao. ¿Y si no pueden contener los ataques de las bestias mágicas? —preguntó Claire sin prisa, entrecerrando los ojos para ver a la no tan lejana bestia marina retorciéndose enloquecida entre las olas.


Lucy
Creo que los hermanos Li son los sobrinos de Catherine. Seguro Catherine viene de una antigua familia y la tia llamada rui o ruyi (ya lo he olvidado) es su nombre de soltera. Porque en el capítulo reciente el duque Gordon dijo que para Roger, Catherine dejó a su familia, así que los hermanos Li serían los primos de Claire

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