¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 10: Antes de partir

Traducido por Ichigo

Editado por Dimah


Por la tarde, después de que Cordelia terminara sus clases de baile, que no se le daban muy bien, se dedicó a manipular alegremente los utensilios del té. Aunque no era tan mala en el baile como para pisar a su pareja, tampoco podía decir que fuera su fuerte.

No estaba familiarizada con el tiempo triple -el vals, el minué y la mazurca- cuando era japonesa. Debería estar acostumbrada a la vida en este mundo, pero el hecho de que sus recuerdos volvieran antes de tiempo fue probablemente una barrera y, sea como fuera, no podía igualarse a sí misma con el triple tiempo. Probablemente tendrá que seguir practicando cada día para acostumbrarse al ritmo. Apreciaba el recordar su vida pasada, pero si podía elegir, no quería rememorar.

Por lo tanto, se refrescaba haciendo té. Sabía que el té es más delicioso si le pedía a Emma que se lo preparara, pero en su vida pasada también se divertía elaborándolo. Emina intentó prepararlo hoy, empero le dijo:

—He conseguido una nueva hierba, así que quiero intentar hacerlo yo misma.

Su doncella dispuso entonces una tetera para que Cordelia la utilizara en el laboratorio. Tal vez le hubiera sido difícil hacer su propio té en el edificio principal, ya que los demás sirvientes también se encontraban allí, pero parecía que aquí podía preparar su propia tetera.

Cordelia estaba disfrutando de su tiempo haciendo el té, ya que no lo había hecho en un tiempo, y Ronnie bajó del segundo piso cargando una caja con ambas manos.

—Oh, señorita. ¿Qué estás elaborando esta vez?

—He conseguido una nueva hierba. Así que quería hacer un té de hierbas con ella. ¿Quieres probar un poco, Ronnie?

—Sí, el té que hace la señorita es definitivamente más delicioso que el té preparado por la criada de allí… Oh, gah, esto no me gusta, es amargo.

—Iba a decirte que puedes añadirle miel ya que es amargo, pero te bebiste el té antes de que pudiera decir nada.

Cordelia sonrió irónicamente a Ronnie, quien intentaba devolverle el té con el ceño fruncido. Le ofreció un poco de miel. Se sintió como si tuviera un hermano menor que diera mucho trabajo… No, ¿un hermano menor?

—Sí, la miel es genial… Entonces, ¿qué tipo de efectos tiene este té?

—Este té se bebía originalmente en los reinos del suroeste, y es una buena medida contra la fiebre del heno.

Cordelia le habló a Ronnie mientras bebía su té, sin ponerle miel.

La hierba de saúco era una hierba que ella había encontrado en un trabajo de investigación sobre remedios populares. Es una hierba bonita, con pequeñas flores blancas. Ya se había establecido la ruta para conseguirla y estaba emocionada por su llegada.

Sin embargo, nunca había oído hablar de que alguien en la capital real sufriera la fiebre del heno. Jamás había visto que la gente de este mundo usara mascarillas, pero sí parecía que les picaban los ojos y la nariz. Tampoco vio que sus sirvientes desarrollaran los llamados síntomas “fáciles de reconocer” de la fiebre del heno. Una encuesta realizada entre el público concluyó que, alrededor del 30% de la población, tenía fiebre del heno. Este mundo era probablemente diferente. Incluso si alguien tenía fiebre del heno, había una gran posibilidad de que no se diera cuenta por sí mismo, ya que solo un bajo porcentaje de personas la padecía. Así que si la vendiera, tendría que hacerlo para otros usos. Por ejemplo, utilizarla como medida contra el frío, pero la miel no era económica en esta realidad. Puede ser difícil para la gente beberla si son malos con las cosas amargas, como Ronnie. Si es así, es posible añadir zumo de limón y hacer un jarabe. Cordelia pensó que eso era bueno, pero también podría haber gente que no fuera buena con las cosas ácidas.

Personalmente, me gusta de cualquier manera.

Bueno, es difícil que le guste a todo el mundo. Pensó y dio una ligera palmada.

—Muy bien, entonces, terminemos la hora del té aquí. Los aceites de la caléndula deberían extraerse bastante bien ahora. Vamos a mezclarlo con la cera de abejas.

—Si no recuerdo mal, ibas a hacer una crema para contrarrestar la piel agrietada. Los sirvientes que trabajan con agua están esperando ansiosamente que se termine.

A Ronnie parecía gustarle mucho el té con hierbas y miel, se sirvió otra taza mientras decía eso.

Se sorprendió un poco por las acciones del mago, ya que eran un poco incómodas, y sonrió con ironía.

Lo había empezado para comprobar su propio trabajo, pero como era de esperar, se alegró de que la gente se adelantara a sus productos.

Ignoró a Ronnie, quien había empezado a beber su segunda taza de té de hierbas, y fue a recuperar los aceites de caléndula del estante.

Sin embargo, la detuvo un golpe en la puerta. Quien apareció fue Hans.

—Señorita Cordelia, el Maestro la llama.

—Vaya, ¿es él? Iré ahora mismo.

Hoy debería estar en el castillo, qué raro, pensó Cordelia, pero sabía que no había hecho nada malo, así que sus pasos fueron ligeros.

♦ ♦ ♦

—¿Una inspección del Feudo?

—Sí. Pensé que estaría bien si te llevaba conmigo el próximo mes. Ya he terminado mi trabajo. Estoy pensando en quedarme allí un poco más. Nos vamos en cinco días. Prepárate para entonces.

Las palabras de Elvis no dejaban lugar a una negativa.

Cordelia no tenía ninguna razón para negarse. Se inclinó una vez y dijo:

—Entendido, y conteniendo su corazón que latía de alegría, regresó a su habitación. Su paso fue visiblemente más rápido.

Lo primero que hizo al llegar a sus aposentos fue sacar un mapa.

Era del Feudo de Pameradia que había tomado prestado de la habitación de Elvis.

La ciudad más grande del Feudo de Pameradia, Ertiga, estaba situada donde la carretera este-oeste chocaba con la norte-sur. Por lo tanto, el comercio prosperaba allí, y era tan favorable que también se le llamaba “la tercera ciudad” del reino. Los productos marinos del sur, la artesanía del norte, los artículos de lana del oeste y el hierro y el acero del este. Igualmente tenían abundancia de frutas comestibles.

Pero… Esto no me dice nada sobre los pueblos que tienen árboles de buena calidad. 

Ella había escuchado de Ishma que el nivel de vida dentro del Feudo de Pameradia era relativamente alto. Sin embargo, también había oído hablar de la disparidad regional; por ejemplo, existían problemas en las regiones con menos población que la próspera Ertiga.

Como se trata de Elvis, seguramente también me hablará de esas zonas, —pensó y levantó la cara como si hubiera estallado.

—No, no es el momento de hacer esto. Estaba preparando una crema de caléndula.

Guardó rápidamente el mapa y se apresuró a volver a su laboratorio sin perder la elegancia.

Cuando volvió, Ronnie tenía las piernas sumergidas en una bañera llena de agua caliente y hierbas y disfrutaba de la sensación de remojar los pies mientras leía. Había dicho: —¡Participaré en el experimento! A su antojo, pero Cordelia pensó que sólo se estaba divirtiendo al relajarse. No, más bien, no había nada por lo que estuviera tenso. El libro que estaba leyendo, titulado “Historias divertidas de todas las épocas”, tampoco tenía nada que ver con el trabajo.

Si no tenía nada por lo que estar estresado, entonces me pregunto si necesitaba relajarse o no… Bueno, da igual. Está bien mientras se divierta. 

Cordelia tosió ligeramente para aclararse la garganta y le informó.

—Ronnie. Este es un trabajo urgente. Padre me ha permitido acompañarle en su inspección al Feudo. Por lo tanto, me gustaría hacer un regalo para todos en la mansión de allí.

Era la primera vez que visitaba la mansión del feudo, así que quería llevar algunos regalos hechos a mano, y quería que vieran los efectos de sus productos. Todavía no conocían sus colecciones de plantas y sus experimentos, y estaba ansiosa por ver cómo reaccionaban.

En realidad, también tengo muchas ganas de probar los efectos de los masajes con bálsamo, pero, incluso Emina está todavía en medio del actual tratamiento de masaje con bálsamo. Así que probablemente no llegue a tiempo. 

A pesar de sentirse un poco decepcionada, Cordelia se animó al pensar que su debut en la sociedad, de dieciocho años, aún se tardaría varios años más.

Además, no estaba mal atacar primero con los bienes cotidianos.

—Ah, entonces, esta crema reductora de grietas en la piel sería buena, ¿no? Hace un poco más de frío allí, así que podrían estar contentos de recibirla.

—Sí, yo también pensé en eso. Además, creo que iré en el mismo carruaje que mi padre en el camino.

—Supongo.

—Esta investigación comenzó porque quería curar el cansancio de mi padre. Así que Ronnie, ¡ve a hacer un trabajo que cause rigidez en los hombros ahora mismo!

Los ojos del mago se volvieron puntos, y giró su cabeza 90 grados como una máquina rota.

—¿Perdón?

—Los hombros rígidos de mi padre probablemente se debe a que fuerza sus ojos con tanto papeleo. Estoy tratando de elaborar una medicina de compresión que le alivie dicha rigidez. Pero no tengo ningún sujeto de prueba. Hans también parece tener los hombros rígidos, pero no creo que mi padre lo note.

—Señorita…

»¿Podría tener los hombros rígidos como resultado de los ojos tensos?

»Como quiera, señorita…- ¿Era así?

Las mejillas de Ronnie se crisparon mientras le decía a Cordelia.

—Puedo ver un demonio detrás de usted, señorita.

Al final, la rigidez de los hombros de Ronnie era algo que -no tardaría ni tres días en conseguirse si trabajara como un mago normal en el ala de magos-, así que Cordelia envió inmediatamente a Ronnie de vuelta al lugar de trabajo de los magos de análisis. Fingió que no veía la mirada patética en su rostro.

Después de que él saliera del laboratorio, recordó sus propias memorias.

—Un paño caliente puede usarse para la rigidez de los hombros causada por la fatiga visual, ¿no es así? Puedo echar aceites esenciales en agua caliente y sumergir una toalla para usarla. No es difícil. No es como… Padre tiene fatiga muscular.

Entonces, sacó su propio libro de investigación de la estantería y pasó las páginas con un susurro.

—Podría hacer una buena infusión si tuviera hibiscos o escaramujos, pero… aún no he conseguido ninguno de ellos, y esto tiene preferencia. Sin embargo, el romero es bastante útil para mejorar la circulación sanguínea. Si la circulación sanguínea se restablece, entonces también debería aliviar la rigidez en los hombros. Probemos la próxima vez.

Las cosas que podría hacer con las hierbas van aumentando poco a poco. Pero no es suficiente, después de todo. Si no aumento la variedad un poco más, entonces siento que no estaré satisfecha con mis experimentos. 

Cordelia pensó mientras establecía su siguiente objetivo: Es mejor hacer un tipo de tela caliente que se pueda pelar, en lugar de usar sólo una toalla, ¿no? Este mundo no tenía el concepto de pegatinas, así que hacerlas no era fácil, porque ella no contaba con el equipo; pero quería hacer algo fácil de usar, algún día. Las toallas no llevaban mucho tiempo de uso, pero algo más fácil de utilizar se extendería a más gente.

—Además, si puedo completar el paño caliente de tipo adhesivo, también podré regalárselo a mi hermano, Seguramente él también tiene moretones, y podría necesitar una compresa para la fatiga muscular.

Aunque tenía esos pensamientos, la tarea por delante era hacer regalos para la gente del feudo y el regalo de Elvis.

Dejó el obsequio de su hermano a un lado, por ahora, y anotó las cosas importantes que requería. No tenía tanto tiempo para prepararse. Si no utilizo mi tiempo de manera eficiente…pensó, y Vernoux apareció.

Vernoux, quien estaba siendo guiado por Emina, sonreía como si estuviera preocupado, no conocía el significado de la palabra “cita”, como siempre. No, probablemente conocía la palabra en sí, pero seguramente nunca pensó que era algo que debía usar. Especialmente cuando se trataba de Cordelia.

—Hola, Dilly. Pareces ocupada.

—Como puedes ver… ¿Qué clase de asuntos tiene hoy, Vernoux?

Cordelia habló mientras le decía a Emina que preparara el té y los aperitivos.

—Hablando de eso, ¿ya no te cambias el color del pelo?

¿Por qué se cambió el color de pelo cuando fue a la ciudad con Gille? Pensó y preguntó.

—Ah, eso, eh. Eso es exclusivamente para las veces que no estoy solo. Bueno, es algo así como un seguro —contestó vagamente.

¿Para qué es el seguro? Se preguntó, pero Vernoux puso una flor sobre la mesa y no pudo preguntar más.

Era una rosa roja brillante.

—¿Esto es?

—Es de Gille. Cuando le dije que te gustaban las rojas, me dijo que la trajera.

—Es una rosa muy… hermosa, ¿no?

Era una rosa de tamaño medio, con una agradable fragancia y, sobre todo, era fresca. Los pétalos blancos que se mezclaban en el centro también eran preciosos, y Cordelia nunca había visto ese tipo de rosa.

—¿Cómo se llama esta rosa?

—Ah… Es una nueva variedad que la casa de Gille crió, y no tenía nombre hasta hace poco. Se llama “Cordelia”.

La niña empezó a atragantarse, pero se lo tragó enseguida.

El nombre que se le dio a la flor que no había tenido nombre hasta hace poco era el mío… ¿no me digas que se derivó de mi nombre? Pensó, pero se sacudió para que no fuera cierto. Cordelia había sido presentada como Dilly y no había dado su verdadero nombre a Gille. En primer lugar, había escuchado que su madre era quien estaba mejorando las cosas, no él. Por lo tanto, esto es seguramente una coincidencia.

—Entonces tendré que mejorar para no perder con esta rosa.

—Gille dijo que si te gusta, podría compartir algunas acciones contigo. Así que si no te importa, ¿podrías escribirle una carta? Gille tenía muchas ganas de venir, pero no ha podido escaparse porque ha estado muy ocupado.

Vernoux hablaba mientras cogía los bocadillos que le habían llevado.

Su forma de comer era muy elegante. Era tan elegante que uno no pensaría que se escapa.

—Err, señorito Vernoux.

—¿Hmmm?

—Quiero escribir una carta adecuada, así que, ¿estaría bien que te diera la carta más tarde? No sería capaz de escribirla correctamente para cuando te vayas, joven Vernoux. Si es necesario, haré que mis sirvientes la entreguen —respondió, y Vernoux frunció el ceño.

—Si envías la carta a mi casa, será más fácil entregársela a Gille… Pero, bueno, ¿no puedes escribirla rápidamente?

—¿Por qué?

—Gille está definitivamente inquieto.

Lo dijo con tanta seriedad que Cordelia soltó un pequeño saltito.

—Señorito Vernoux, estás exagerando. Es imposible que el joven Gille esté inquieto esperando mi carta, ¿verdad?

Cordelia se rió de Vernoux, quien hizo una broma con una cara inusualmente seria.

—No diré que tienes que darme la carta hoy, pero me gustaría escuchar tu respuesta con respecto a la flor.

—¿La flor? Es preciosa.

—No me refería a eso. Sobre las acciones, ¿quieres un poco o no?

Ella se preocupó algo porque le dijeran eso.

Esta rosa era preciosa. Tenía una fragancia encantadora, y ella quería usarla en sus experimentos. Pero como era un nuevo tipo de rosa, había muchas posibilidades de que la familia de Gille la utilizara con fines comerciales. No estaba segura de si estaba bien que la usara.

Y tampoco era algo que pudiera consultar con Vernoux.

—Me gustaría escribir sobre eso en la carta también. Por favor, dile que es una rosa preciosa y que podría contemplarla para siempre.

—De acuerdo. Dilly es testaruda, así que aunque se decida por algo no me lo dirá.

—Vernoux, he estado pensando esto durante un tiempo, pero si le dices algo así a una dama, ¡perderás tu oportunidad de un encuentro fatídico!

Por supuesto, no tenía nada que ver con ella.

A pesar del énfasis de su padre en un encuentro fatídico, parecía estar bloqueando el camino hacia su propio destino. No se equivoque, se dirigía hacia un callejón sin salida.

Cordelia había comentado, preocupada por él, que tal vez sería mejor que lo corrigiera mientras era joven, pero él aludido, dijo:

—No lo entiendes, ¿verdad?, mientras la miraba con desprecio.

»No pienso tomar esta actitud si creo que es mi encuentro fatídico. Así que estará bien.

Ella pensó que era un niño realmente calculador, pero no estaba en condiciones de juzgarlo, así que sonrió y lo pasó por alto.

—Vernoux, te cuidaré cuando encuentres a alguien que te guste.

Podía escucharlo como amigo y darle consejos, pero juró en su corazón que se mantendría definitivamente alejada de él.

Así es, si encuentro algo inusual en el feudo, entonces compraré regalos para los dos. Me pregunto si un producto especial sería mejor que algo inusual. 

A Cordelia se le ocurrió de repente una idea.

Sin embargo, no sabía qué hace, que los chicos de esa edad, no, los chicos en general, estuvieran contentos. Se dio cuenta de que no sabía nada sobre los gustos de los hombres.

D-Dependamos de mi padre en momentos como este.

Sí, Cordelia tenía un hombre maravilloso cerca de ella. Su padre es extremadamente confiable.

♦️ ♦️ ♦️

A la mañana siguiente.

Cordelia abrió la boca para hacer una pregunta a Elvis mientras desayunaba en una cálida y soleada habitación.

—Padre, hay algo que me gustaría que me dijera.

—¿De qué se trata?

—¿Qué clase de productos harían felices a los caballeros?

Elvis frunció un poco el ceño ante la pregunta de Cordelia.

Sin embargo, no era una expresión que dijera: —No hagas preguntas tontas. Su expresión simplemente decía: —No te he oído.

Al mismo tiempo, el mayordomo apretó la mandíbula y se atragantó, ¿está bien?

Pensó y repitió su pregunta.

—Quiero hacer un regalo a unos caballeros, pero no estoy segura de qué tipo de regalos los harían felices. Por eso quiero que mi padre me lo diga.

—¿Un regalo…?

—Sí, eso es correcto. Por fin voy a ir al feudo, así que quiero darles regalos que representen mis sentimientos de gratitud hacia ellos. Quiero darles un producto maravilloso de nuestro feudo.

No era su intención utilizar palabras tan difíciles, y la reacción que obtuvo fue incomprensible.

¿Qué ocurre? 

Elvis guardó silencio.

Estaba confundida ya que el tiempo de reacción de su padre era inusualmente lento.

—Mm, ¿Padre…?

—No puedo decirte nada si no me das información sobre la persona…

—Ah… ¡Eso es! Lo siento.

Ya veo. Elvis estaba esperando que siguiera. Fui descuidada.

Ella entendió la situación, pero luego se dio cuenta de que había un problema.

Ella no podía darle información sobre ellos.

Vernoux y Gille eran las personas a las que ella quería dar regalos. Si le decía a Elvis su nombre como conjunto, mientras que Vernoux no supondría ningún problema, Gille era alguien a quien conoció cuando se escapó de la mansión. No podía decirlo. Si lo hacía, Ronnie se metería en problemas.

Podría contarle lo de Vernoux, pero me molestaría que lo malinterpretara. 

El deseo de Cordelia era “dar un regalo a su amigo”. Pero, si ella solo nombrara a una persona, entonces probablemente sonaría como: “Quiero darle un regalo a Vernoux”. Algo así sonaba como una chica consultando sobre asuntos de amor.

Pensó que sonaba encantador, pero no cuando se trataba de ella. No es divertido en absoluto. Quería evitar tales malentendidos con Vernoux, y sus intenciones eran completamente diferentes. Además, no podía imaginarse qué le gustaba a Gille, y no quería fijar su imagen en Vernoux.

También podría mentir y decir que los regalos son para los criados, pero eso sería exagerar, seguramente. En primer lugar, los regalos pueden terminar siendo para gente de otra generación. Pero no se me ocurre otra forma de hacerlo. 

Era un poco imposible ya que sólo tenía unos cuantos conocidos y debía mantener a Gille en secreto ante su padre.

Si ese es el caso… Entonces vamos a preguntar sobre algo que parece que va a convenirle a Gille. 

Tener una idea exacta puede ser difícil, pero me daría por satisfecha si pudiera obtener algunas pistas sobre lo que hay que adquirir. Si consigo muchas ideas, entonces siento que sabré qué regalar a Vernoux también.

Pensó y le dijo a Elvis sobre la personalidad de Gille.

—Mhmm… es una persona muy directa.

Se dio cuenta de por qué Elvis no respondía después de que ella pronunciara esas palabras.

No podía hacerse una idea solo con esas palabras. La información era demasiado abstracta.

La mejor referencia es probablemente su edad, pero no puedo decirla…

Por lo tanto, lo único que puedo hacer es decir lo que creo es su personalidad. 

—Es una persona modesta.

» amable.

» es extremadamente considerado.

—¿El hijo de Flantheim…?

—¡No!

Cordelia respondió inmediatamente con un tono firme. ¿Cómo se produjeron esas palabras?

Elvis asintió profundamente como si entendiera su respuesta. Si lo entiendes entonces, ¿por qué lo preguntas? Quiso preguntarle.

No, sé por qué lo hizo. Es porque el señorito Vernoux nos visita a menudo, pero es solo un amigo. Era difícil decir que no podía no relacionarlo con él, supongo.

Sin embargo, Cordelia no creía que la palabra “honestidad” fuera adecuada para él. Que Gille fuera modesto y considerado era completamente opuesto a cómo actuaba Vernoux. El heredero del marqués no era muy modesto y eso, en sí mismo, podía ser un problema.

—Ah, pero por supuesto estoy pensando en conseguir un regalo para el joven Vernoux también. Quiero que nos llevemos bien.

Las palabras que había dicho antes se referían a Gille, por lo que lo negó sin querer, pero sí quería comprarle un regalo a Vernoux. Si Elvis se enteraba de que ella le había hecho un regalo a Vernoux después de haberlo negado, entonces puede pensar que estaba ocultando su vergüenza.

Cordelia volvió a pensar en lo que había dicho mientras continuaba el silencio.

Pero siento que ya estoy ocultando mi vergüenza.

Habló de Gille protegiendo su identidad, luego negó que fuera a comprarle un regalo a Vernoux, pero dijo que lo haría.

Tanto si tenía la intención de hacerlo o no, esa era probablemente la forma de actuar de una dulce tsundere.

No tenía intención de hacerlo, qué fastidio.

Era muy difícil sacar adelante la conversación mientras ocultaba el nombre de Gille.

Su impresión de él era aparentemente optimista.

Pero nunca había regalado a alguien del sexo opuesto, y me basta con reflexionar para la próxima vez.

En primer lugar, las acusaciones de que se comportaba como una tsundere solo estaban en su imaginación.

Pero, solo para estar segura, ella dijo palabras que probablemente detendrían el daño.

—Creo que el señorito Vernoux se convertirá en un gran caballero en el futuro; pero, eso es solo lo que pienso. No importa cuánto crezca el joven Vernoux en el futuro, nunca rivalizará con mi padre.

No es que mire al señorito Vernoux con ojos soñadores, Cordelia trató de conectar sus palabras con tal pensamiento en mente y sonrió con engaño.

Las palabras que he dicho no son mentiras. Mi padre es fantástico. Es áspero pero maravilloso. Una persona realmente encantadora. Afirmó en su mente una vez tras otra y de repente se dio cuenta de algo. No. Si sigo así, nos desviaremos del tema de los productos. No puedo dejar que eso ocurra.

—Entonces, mmm…. ¿Qué tipo de artículos crees que son buenos, padre?

—Los productos perecederos son buenos. En el feudo tenemos dulces y carne ahumada que no se venden aquí.

Elvis dio una respuesta aceptable después de permanecer en silencio durante un rato.

Efectivamente, las cosas como la comida desaparecen después de comerlas. Será superficial aunque no les guste. 

Vernoux era una cosa, pero Gille parecía el tipo de persona que se preocupa por cosas así.

Si le regalaba algo caro, entonces podría alborotarse por ello. Pensando en eso, elegir productos perecederos podría no ser una mala opción. Era una mujer en su vida anterior y tenía un sentimiento de que siempre que no sabía qué hacer, simplemente obsequiaba bocadillos.

Pero, ¿dulces y carne ahumada? La comida es ciertamente una fuente de energía, así que podría ser buena, pero…

Cordelia sólo tenía una vaga y lujosa imagen de: —Es práctico y no se vendía en la Capital Real, así que a los jóvenes les gusta. 

También le preocupaba dejar una impresión de “función por encima de la estética” darle dulces a Gille ya que él le había regalado flores. Por otro lado, Vernoux siempre iba a su mansión a comer bocadillos, así que tenía la sensación de que él también comería bocadillos poco habituales. En cuanto a la carne ahumada, ¿era algo que las jóvenes regalaban a sus amigos? En ese sentido, las sugerencias de Elvis no coincidían con las expectativas de Cordelia.

En primer lugar, no era que Cordelia quisiera una respuesta con la que pudiera estar de acuerdo. Había preguntado porque realmente no sabía qué regalos obsequiar. Por lo tanto, incluso si la respuesta no era algo que ella esperaba obtener, pensó que lo dicho por Elvis de que esto es para un hombre noble en general, podría estar más cerca de sus gustos.

Ella quería regalarles algo con lo que estuvieran contentos, por eso había preguntado.

Bueno, si no voy al lugar real, puede que no me entere de lo que hay, después de todo. 

Según el consejo de Elvis, era Cordelia quien debía elegir los dulces que quería regalar. Si veía los productos reales, entonces podría encontrar algo mejor que lo que ella pensaba que había. Entonces, sintió que podía ver un punto de giro de varios dulces. Por supuesto, no dudó del consejo que le dio Elvis, porque podría haber artículos allí que la harían exclamar: ¡Esto es!.

Después de todo, fue la opción correcta preguntarle a mi padre. 

Gracias a él, ahora también consideraba regalar comida, cuando antes no lo había hecho.

—También deberías preguntar a otras personas. La respuesta podría ser similar a la mía. Pero no importa, siempre es más rápido preguntar a la persona.

Cordelia asintió ante la respuesta de Elvis.

—Tienes razón. Entonces, le preguntaré a mi hermano Isma también.

Como dijo Elvis, era mejor preguntar a otras personas. Si era Isma, conocería bien el feudo, y además estaba más cerca en edad de Vernoux y Gille que Elvis. Por lo tanto, también podría obtener pistas desde otra perspectiva.

Elvis se sorprendió del proceso de pensamiento de Cordelia.

—¿Vas a preguntarle a Isma?

—¿Eh? Sí.

¿Es malo preguntarle a mi hermano Isma?

—¿Piensas darle a Isma un regalo también…?

—¿Eh? S-Sí. Lo he pensado.

Cordelia respondió inmediatamente a las repentinas palabras de Elvis, pero el interior de su cabeza estaba lleno de signos de interrogación.

Padre… ¿Me pregunto qué pasa?

Cordelia tampoco volvió a esa pregunta. Ella no sabía lo que estaba pasando, pero parecía que él había encubierto bien la historia.

—Isma va al feudo muchas veces. No hay necesidad de que te preocupes por su regalo ahora.

—Pero…

—Si te preocupa, entonces puedes traerle alcohol.

Veo que a mi hermano Isma le gusta el alcohol. Aprecio que me haya dado un artículo específico, pero no era algo que pudiera dar a un niño. No le vendrían bien a los jóvenes Gille o Vernoux, pensó Cordelia, y Elvis la miró con una expresión solemne.

La tensión le recorrió la espalda al notar esa mirada.

—Cordelia, deja que te enseñe algo.

—De acuerdo.

—Hay momentos en los que no deberías usar palabras tan perezosas. Si la otra parte es un hombre, debes decir su nombre. Encubrirlo podría dar lugar a grandes malentendidos.

Cordelia se congeló ante las palabras de Elvis.

Realmente cree que le estoy consultando sobre el amor.

Era inevitable ya que incluso ella lo había pensado en medio de la conversación. No era extraño que Elvis pensara así.

Cordelia le dio una sonrisa a su padre para recordarle.

—Sólo puedo sentirme atraída por aquellos que realmente se preocupan por mí, como padre.

Así que no tienes que inquietarte, ¿de acuerdo? Le dijo con eso en mente. Desafortunadamente, ella no podía adivinar lo que Elvis estaba pensando con su taza de té en la mano, pero el malentendido fue probablemente resuelto, o eso le gustaría pensar. También prefiere suponer que ella le recordó que, “como padre se preocupa por mí, no me casará sin que yo lo sepa, ¿verdad? Aunque sea con Su Alteza”.

Sin embargo, Cordelia también supuso que sería un reto preguntarle a Isma sobre este asunto si Elvis llegaba a tergiversarlo, podría crear un nuevo tipo de malentendido, y ella quería evitarlo.

Bueno…, si realmente no puedo encontrar el artículo adecuado para ellos, entonces puedo preguntar en el feudo. 

Ella no tuvo que entrar en pánico en ese momento. También obtuvo una pista, así que lo único que le quedaba era encontrar un objeto bonito.

Cordelia volvió a mover la mano que había dejado de mover y se terminó el desayuno.

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