La Legión del Unicornio – Capítulo 22: Los hermanos Joseph

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


Una ráfaga de viento que arrastraba tierra y hojas se precipitó hacia el rostro del hombre, este levantó su mano derecha para cubrirse los ojos. Seguidamente, sintió un dolor penetrante en su mano izquierda, haciéndolo tirar al suelo la larga espada.

Miró incrédulo a su brazo debilitado, la flecha había perforado el espacio entre la armadura, pasando entre los huesos de su brazo, hasta la parte posterior.

Su compañero ya había sacado su daga, planeaba arrojarle la espada que le había quitado al caballero. El hombre estaba a punto de levantar mano sana para recibir la espada cuando una voz lo detuvo.

—Baja tu arma y retrocede. O, la siguiente flecha podría perforar tu garganta.

Coincidiendo con ese comentario, los arbustos que rodeaban a los dos hombres comenzaron a temblar, como para hacer más amenazador el ambiente.

El hombre suspiró, asintiendo con la cabeza a su compañero. Los dos hombres comenzaron a retroceder lentamente.

Esperando hasta que los dos hubieran retrocedido un poco, el elfo emergió de los árboles. Su flecha todavía se encontraba tensada en la cuerda del arco, su mirada seguía de cerca a los dos, manteniéndose alerta por cualquier movimiento sospechoso.

Pero el compañero del hombre, que se había mantenido en silencio hasta ahora, gritó de repente.

— ¡Dios mío, Ellen! ¿Qué estás haciendo aquí?

—No me importa que nos conozcamos, revelense. —El elfo frunció el ceño.

Los dos hombres extendieron sus manos para quitarse las máscaras que cubrían sus rostros. El primero poseía una gran barba, con una mirada digna y envejecida. Su compañero parecía más joven, su rostro alegre y sonriente estaba cubierto de pecas, ambos poseían un elegante cabello rojo.

Eran un par de hermanos mercenarios de apellido Joseph, un guerrero y un bandido, siempre estaban juntos, apareciendo a menudo con un arquero de nombre White.

— ¿Thomas y Titán? —El elfo estaba un poco sorprendido, aunque todavía no planeaba bajar su arma—. ¿Por qué están aquí?

—Quisiera preguntar lo mismo —el mayor llamado Thomas volvió a suspirar—. ¿Por qué estás con esta rat… con esta persona?

En ese momento Titán interrumpió.

—Nosotros nos convertimos en empleados regulares del marqués Arnold. Dijo que había un Paladín involucrado con la muerte de su hija y que este pasaría por aquí hoy. Nos ordenó que lo emboscáramos y que después de obtener la información, podíamos matarlo.

—Titán —Thomas lo detuvo desanimado—. ¡Cállate!

—De todos modos, ya perdimos —dijo Titán con indiferencia—. Y no creo que él le haya hecho eso a la hija del marqués. ¡Tan sólo mira ese cuerpo y ese rostro! Si yo fuera la hija del marqués, con tan sólo una sonrisa suya, me habría quitado la ropa para que él me hiciera lo que quisiera. Cualquiera fuera la posición, ¡por el tiempo que quisiera!

Nemoné
BWAJAJAJAJA Titán, i see you (ㆆᴗㆆ)

— ¡Titán! ¡No insultes a los muertos! —El rostro del hermano mayor estaba un poco verde.

Titán Joseph se encogió de hombros, —No estaba hablando de ella, sólo decía lo que pensaba…

El elfo no se paró a escuchar su conversación, se apresuró en cortar la cuerda alrededor del caballero, ayudándolo a levantarse.

— ¿Estás lastimado?

—No hay problema —el caballero sacudió la cabeza y se volvió hacia Titán—. ¿Qué dijiste sobre la hija del marqués…? ¿De qué se trata?

—Entonces, ¿realmente no lo sabes? —Thomas negó con la cabeza—. Según los rumores en la residencia del marqués, cuando examinaron el cuerpo de la dama, descubrieron que ella… erm, no era pura y que podría haber cometido suicidio.

—Ese viejo era realmente extraño —Titán extendió sus manos, interrumpiendo—. Diciendo que al morir con el fin de proteger su pureza, ella podría ir al cielo y darle una clase de compensación a su prometido. Pero que, si por el contrario, había tenido una aventura con alguien y perdido su virginidad, entonces merecía ir al infierno. Cuando lo escuchaba hablar, me daba la sensación de que prefería que su hija hubiera sido violada.

—La hija del marqués era más noble y pura de lo que su padre alguna vez fue —La voz del caballero temblaba un poco—. El marqués Arnold ni siquiera fue capaz de prender una mísera vela por ella. Pero, si eso le dará un funeral adecuado, entonces no me importaría cargar con esta culpa.

El elfo extendió la mano y agarró con fuerza la del caballero.

—Regresen y díganle al marqués que el paladín que estaba buscando está muerto.

Los hermanos Joseph parecieron relajarse un poco.

—Será lo mejor… Por cierto, ¿dónde está White?

—Herido, pero no de gravedad —asintió el elfo—. Lo siento, tuve que asegurarme de que perdía su movilidad por unos momentos.

—Dios mío —de repente Titán dejó escapar un extraño grito—. No le disparaste al pequeñín, ¿verdad? Ese tipo es completamente inútil, excepto por el pequeñín, si se lo inutilizas, tendría que encontrar a otro.

—No, parecía que justo se estaba girando para salir corriendo —el elfo respondió con un poco de vergüenza—. De todos modos, poseo algunos conocimientos de primeros auxilios y herbología, así que déjame tratar eso.

Señaló el brazo de Thomas.

El grupo regresó al lugar donde se habían separado del resto de sus compañeros. El enano y el sireno esperaban obedientemente, al verlos aparecer, dieron un gran suspiro de alivio.

—El hombre por allí parece que ha estado llorando todo este tiempo… —El enano señaló con cautela en dirección a White.

—Le tiré una bolsa de raciones de viaje, pero parece que no quiere comer —se quejó el joven sireno.

La herida en la pierna de White no era grave, pero parecía haber recibido un profundo trauma emocional. Se acurrucó hacia un lado después de que el elfo había quitado la flecha y aplicado un poco de ungüento, agarrando la manga de la camisa de Titán y llorando aún más.

En comparación, la lesión de Thomas era mucho más grave, pero como había sido en su mano izquierda, este afirmaba que no afectaba demasiado sus habilidades de combate.

El caballo del caballero, al caer en la trampa, se había roto una pata delantera. Después de entablillarla, debería recuperarse por completo, pero no podría viajar a corto plazo, por lo que se lo encomendaron a los hermanos Joseph para que lo cuidaran.

Después de lidiar con estas cosas, el elfo levantó la cabeza y se dirigió al caballero que estaba sentado a un lado.

—Caín, déjame revisar tu espalda.

A su lado, Titán hizo un sonido al tragar saliva, levantó la cabeza y se quedó mirando fijamente al caballero.

—Está raspada a lo sumo —el caballero sintió la mirada hambrienta sobre él y sacudió la mano en negación—. Hablemos de eso después de que se hayan ido.

—No perderás nada al dejarnos mirar —Titán sacudió la cabeza con pesar—. Eres demasiado tímido, pequeño caballero. ¿Puedo llamarte Caín también? Espera… ¿Caín? ¿Ese Caín? ¡¿El de la armadura?!

—Te has equivocado de persona. —El caballero se dio la vuelta.

Titán se levantó de un salto. —No, no, no, esa es la voz, debería haberlo recordado antes. Oh, Dios, si hubiera sabido que esto estaba debajo del yelmo…

—Titán, deberíamos irnos. —Thomas finalmente se había cansado y se acercó para llevarse a su hermano.

—Cierto, bueno… —pensó por un momento, volviendo a preguntar—. ¿Hay algo que puedas darnos? Cualquier cosa para identificarte. Para que sea más fácil convencer al marqués.

—Sí, como un mechón de pelo o algo así —sonrió Titán—. Junto con un beso sería mucho mejor…

El caballero suspiró, metiéndose la mano en la camisa, para desatar una cadena con una pequeña cruz adjunta.

—Esta es la prueba de juramento de cuando me convertí en paladín, tiene mi nombre grabado, ¿servirá?

—Bien, esto debería ser suficiente. —Thomas asintió, tomando la cruz—. No volverán a Elvira por lo pronto, ¿verdad? Es mejor esperar un par de meses, para que la mentira no sea descubierta.

—No lo haremos —respondió el elfo—. Muchas gracias, les debemos una.

—Bien dicho, bien dicho —Titán se relamió los labios—. La próxima vez que vuelvan a la capital, déjenme entretenerme con ese pequeño caballero y quedaremos a mano.

— ¡Titán! —Thomas prácticamente gritó de ira—. ¡Compórtate!

A un lado, los gritos de White parecieron hacerse más fuertes.


Kavaalin
Pobre White, casi lo dejan incapacitado y, más encima, le quieren ser infiel en su cara xD

Una respuesta en “La Legión del Unicornio – Capítulo 22: Los hermanos Joseph”

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