La revolución mágica de la princesa reencarnada – Capítulo 9: La extraña princesa parece no querer detenerse (2)

Traducido por Akatsuki

Editado por Lugiia


En el reino de Palletia existe un enorme y denso bosque llamado “El Bosque Negro”.

Su nombre lo obtuvo gracias a los árboles que crecen en su interior, los cuales parecen bloquear la luz del exterior.

Es un lugar donde se reúnen los espíritus y, por ende, el sitio donde crean las piedras espirituales. Sin embargo, no se debe olvidar también la cantidad de demonios que viven en su interior…, quienes son el pan y mantequilla de los aventureros y caballeros reales.

Y, entonces, todo comenzo cuando se escuchó un rugido en el interior del bosque Negro.

No era poco común que ocurrieran estampidas en ese lugar. Por lo general, podrían ser evitadas al cazar demonios y reducir sus números, pero incluso al hacer eso no se evitaba por completo que llegaran a aparecer.

Como tal, cuando alguien encontraba señales de una estampida, el gremio era notificado. Este, a su vez, desplegaba caballeros y aventureros para proteger a las villas más cercanas.

—¡Apresúrense! ¡Saquen a los aldeanos de aquí, ahora! ¡Recuerden sus formaciones de batalla! ¡Rápido, antes de que llegue la estampida!

—¿Qué tan malo es esta vez?

—¡No olviden sus ungüentos curativos!

Akatsuki
Pensé haber leído mal. Son ungüentos y no pociones. La diferencia, la calidad y tipo de aplicación.

—Oye, ¡estás en mi camino! ¡Fíjate!

Las voces de las personas preparándose para la estampida se escuchaban por todo el lugar. En medio de todo este alboroto, se encontraban varios aventureros novatos, quienes apenas habían ganado experiencia en el bosque. Parecían estar asustados mientras se miraban unos a otros.

—Um, ¿q-qué podemos hacer?

—¿Qué es lo que vamos a hacer… durante la estampida?

—Entre huir o arriesgarse a pelear, tenemos una mayor probabilidad de supervivencia si luchamos todos.

—No esperaba que esto sucediera en mi primera salida… ¡Soy tan desafortunado!

Akatsuki
Hay que ser inclusivos. 😊

Maldecir solo ocurría cuando uno se arrepentía de su situación actual. De cualquier forma, a partir de aquí, solo les esperaría la muerte.

El plan original de estos aventureros era obtener la paga diaria por eliminar a los demonios y recoger algunas piedras espirituales en un área relativamente segura. Quedar atrapados en una subyugación demoníaca era prácticamente solo mala suerte, ¿no?

A lo lejos, se lograba escuchar el mismo rugido, indicando la distancia de la estampida e infundiendo miedo a los aventureros. Sus piernas temblaban, sus estómagos rugían, causando estreñimiento, e incluso sus mentes se batallaban sobre querer escapar.

En ese momento, todos sus corazones fueron cubiertos por completo con miedo.

—¿Qué dem…? ¿No los puedes escuchar?

—¿Escuchar? ¡Estoy escuchando desde hace un momento cómo los demonios vienen hacia nosotros!

—No, eso no. Este sonido… Parece, un rugido realmente estúpido…

Uno de los aventureros se detuvo para buscar el origen de tal sonido mientras su frustración aumentaba. Aterrado, uno de sus compañeros desvió rápidamente su mirada hacia una dirección en concreto.

El aventurero miró en la dirección opuesta al bosque Netro. El rugido parecía provenir en dirección a la villa. Entrecerrando con fuerza sus ojos y fijando su mirada, le pareció ver a una pequeña sombra negra acercándose.

—Oye, ¿algo viene hacia aquí?

—¿Qué quieres decir con eso?

—¡No lo sé, pero se escucha cada vez más cerca!

—¡¿Hablas en serio?!

La sombra se acercó desde el cielo a una gran velocidad y poco a poco se pudo distinguir su forma.

La figura tomó la forma de un “barco”, con un aspecto algo extraño, y se acercó a los aventureros sin detenerse. Mientras lo hacía, pudieron oír un rugido que les resultaba tanto familiar como desconocido.

¿Qué es ese sonido?,  se preguntaron todos.

La sombra emitió un sonido parecido a cuando el viento ruge al dispersarse. La figura comenzó a disminuir su velocidad…

—¡¡Olvide cómo aterrizar…! ¡¡Salgan del camino…!

El barco se estrelló con toda su fuerza contra el suelo, rebotando y perdiendo velocidad gradualmente.

La atención de todos se dirigió hacia el barco de aspecto extraño y a las dos chicas que se quejaban mientras se arrastraban lejos de los escombros.

—¡Voy a…!

—¡Euphie! ¡Detente! Si vomitas ahora, ¡tu dignidad como señorita estará en riesgo!

La chica con un aspecto más saludable sujetó la espalda de la otra que estaba arrodillada y con rostro pálido. Uno de los aventureros, quien presenció lo sucedido, susurró en voz alta:

—¡Eso… no puede ser…! Un barco extraño que puede volar en el cielo, una chica con un comportamiento que solo puede ser descrito como fuera de lo ordinario, y… una acompañante con un aspecto tan refinado…

—¡¿La princesa merodeadora?!

—¡¿A quién llamas “princesa merodeadora”?! Al menos dime Mud, ¿oíste? ¡Mud! —gritó con indignación la chica, quien se negaba a aceptar su apodo…, no, la princesa de este país, Ana-Sofía von Palletia.

Lugiia
Una pequeña explicación: «Mud» significa barro. En ingles, cuando alguien te llama así es que tu reputación es terrible o está arruinada. Este significado original proviene de la naturaleza del barro o la tierra. La gente suele asociar el barro con la suciedad y las cosas humildes. Por lo tanto, si te llaman Mud es como decir que eres un tonto y nadie confiará en ti para hacer un trabajo.

En ese instante, los aventureros empezaron a aplaudir. Todos levantaron sus manos y celebraron la llegada de su princesa, Ana-Sofía. Por otro lado, los caballeros tenían una expresión en su rostro parecida a cuando se tiene un mal sabor en la boca.

—¡La merodeadora está aquí! ¡Ahora la estampida ya no será un problema!

—¡Oye, no jueguen con su suerte! ¡Si alguien toca el botín de la princesa, nos perseguirá!

—¡Los demonios rogaran por piedad! ¡Estoy emocionado por comenzar…!

—¡No es un sueño, la princesa realmente está aquí! ¡Sin duda ganaremos!

—¿No creen que mi reputación ya es mala para estar diciendo eso?

—¿Acaso no te lo mereces…? —murmuró Euphilia para sí misma mientras se ponía al lado de Ana-Sofía, todavía luciendo algo pálida.

Los caballeros trataron de calmar a los aventureros emocionados, pero todo esto era ignorado por la princesa mientras observaba en dirección al bosque Negro.

—Bueno, ¡Euphie! ¡Te dejo como apoyo para los caballeros en la retaguardia!

—¿Señorita Anise…?

Euphilia dirigió su mirada hacia Ana-Sofía y sus labios se tensaron, no podía evitar sentir otra mala premonición.

—Bueno, me voy. ¡Ordena a los caballeros que comiencen con su formación!

—Um, señorita Anise, ¡¿por qué de repente…?!

—¡¡Es momento de obtener materiales!!

Tan pronto como quiso intervenir, Ana-Sofía se dirigió rápidamente y en línea recta hacia el bosque.

Euphilia apartó la mirada, estupefacta, pero pronto comenzó a temblar como si no pudiera soportarlo. Entonces, gritó:

—¡¿Qué clase de princesa va sola contra una estampida?!

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