Mi prometido ama a mi hermana – Arco 7 – Capítulo 6

Traducido por Ichigo

Editado por Lucy


Emma lloraba inquieta, hasta el punto de que parecía que iba a ser engullida por su dolor y dejaría de respirar. De hecho, verla llorar mientras jadeaba para respirar me hizo pensar que morir podría haber sido más fácil para ella. Si en ese momento, hubiera tenido manos que pudieran haberlo abrazado… La habría abrazado con fuerza, tan fuerte, hasta ahogar su vida. Sabía que estaba pensando en cosas estúpidas. Pero si eso podía salvarla, una parte de mí pensó que no sería tan malo.

Ya veo… ¿Es esto lo que es la “muerte”?

Mis sensaciones eran demasiado vagas. Tal vez llegue a este pensamiento que nunca hubiera estado en mi estado normal, porque en realidad estaba experimentando por mí mismo lo que siente una persona al fallecer, cómo se siente la muerte. No era una sensación ambigua como la que había tenido hasta ahora, en la que no sabía si estaba vivo o muerto. Yo lo sabía con seguridad… esta forma de decirlo podría ser un poco extraña. Sí. Debo decir que entendí que estaba muerto. Si las almas existían en este mundo, ¿entonces el yo de ahora no era algo cercano a eso? Si ese fuera el caso, entonces tal vez, una persona con la llamada habilidad de sentir lo sobrenatural podría ser capaz de verme. Cuando de manera inesperada llegué a esta idea, traté de llamar a la que ahora había caído en trance.

Pero en ese momento, me di cuenta de que no tenía “medios” para probar mi propia existencia.

Ella había llorado y gritado hasta el punto de que su voz ahora estaba ronca. Aunque su apariencia era por completo visible para mí, no podía acariciar su espalda, no podía decirle que estaba bien. Los brazos que deberían haberla sostenido, las piernas que deberían haber corrido hacia ella, la voz que debería haberla animado, no tenía nada.

—Rya… Aah… ¡Sí, bueno, por supuesto que no estás aquí…!

Por un segundo, tuve una sensación incómoda como si el flujo de aire se hubiera detenido. De repente, empezó a hablar, y luego se rió. Era una sonrisa torcida de manera terrible, una sonrisa que inducía al terror. Entonces, aún sosteniendo mi ropa en sus brazos, salió corriendo de la habitación. Ante esta inesperada situación, ni un solo sirviente que había estado rodeando a Emma logró reaccionar a tiempo. Cuando al final volvieron en sí y la persiguieron a toda prisa, ya era demasiado tarde. Emma había salido de las puertas de la mansión y seguía el camino que llevaba al mercado, corriendo a algún lugar mientras llamaba mi nombre en un delirio. Durante ese tiempo, pasó por delante de un conocido comerciante en la carretera. Viendo su conducta, que no parecía en nada a su gracia habitual, se quedó boquiabierto. Así que no pasó mucho tiempo antes de que Emma alcanzará a un transeúnte y le llamará.

—¿Han visto a un hombre… con pelo negro y ojos negros que parece muy joven? Es un hombre que se llama Rya… Kaliarya Ignis…

Había estado llorando hasta hace un rato, así que su respiración no era todavía estable. Exprimió de forma desesperada su voz ronca, y mientras todavía se sacudía a veces, cuestionaba a la gente. Mientras se sorprendían al ser llamados, estas personas solo sacudían la cabeza. Sin embargo, Emma no se dio por vencida. Su cara estaba pálida, sus piernas temblorosas, sus cabellos revueltos. Pero continuó preguntando a las personas. El mercado al que llegó fue un lugar al que yo pasaba con frecuencia cuando volvía del trabajo. Aquí escogí fruta para Emma.

—¡Madame! ¡Madame! ¡Por favor, espere…!

Un sirviente que al final la había alcanzado llamó con un chillido, tratando de detenerla. Bueno, tenía razón. Porque una mujer que llevaba un atuendo que con seguridad dejaba saber a los demás que era una noble, llamaba a cualquiera y a todos, casi aferrándose a ellos en la desesperación. Pero no se detuvo. Sin prestar la más mínima atención a su aspecto exterior, renunció a su reputación y lo abandonó todo.

Ella siguió llamando mi nombre, llamándome a mí.

No puede ser, pensé, mientras continuaba mirándola. Se suponía que nos habíamos decidido por este momento. Para cuando yo perdiera mi vida. Pero ahora que lo pensé, lo que necesitaba hacer no era prepararme para el momento en que moriría. Era “prepararla” para ese momento. Aunque debería haberla preparado para aceptar el futuro en el que su marido moriría, sólo pensé en mí mismo, no en sus sentimientos hacia mí.

—¡Debería estar en alguna parte! ¡Alguien, alguien…! ¡¿No lo has visto…?!

Si las cosas siguen así, ella perdería la cabeza. Debo hacer algo. Porque yo era el único que podía salvarla.

¡Alguien! ¡Alguien! Por favor, escuchen mi voz, ayúdenla… Cuando estaba rezando fuerte y en silencio así… mi conciencia fue arrastrada por algo. Mientras estaba de pie junto a Emma, mirando el paisaje que nos rodeaba, la escena frente a mis ojos comenzó a girar. Fue una sensación tempestuosa, como si me hubiera tragado una ráfaga repentina. No pude resistirme en absoluto. Estaba siendo arrastrado a algún lugar. Mientras tales sensaciones me abrumaban, no hacía más que llamar a Emma…

—Pobrecito… Estás en tal estado…

De repente, escuché una voz así. Cuando “miré alrededor” me di cuenta de que estaba “de pie” dentro de una habitación familiar. Por reflejo, traté de hablar, pero como era de esperar, no pude emitir ningún sonido. La impresión de que estaba de pie allí, ¿era solo un truco de imaginación? Me pregunté sobre mi estado actual y si no era solo mi conciencia la que flotaba en el aire.

—Has perdido tu cuerpo y solo queda tu poder mágico. ¿Estaba tu conciencia imbuida en él…? No, me pregunto qué es. Es la primera vez que veo un fenómeno tan extraño.

El doctor hablaba con calma, sus palabras eran como gotas de lluvia que caen siguiendo un ritmo una a una. Ah, ya veo. Este lugar es la clínica que visité antes, lo entiendo.

—Pero parece que nuestras longitudes de onda coinciden. Puedo adivinar un poco su voluntad y lo que está tratando de decir… Siendo así, sí, claro, hum…

El doctor estaba mirando al aire, su suave rostro se veía un poco agudo. El poder mágico ordinario no se veía. Era algo que solo se podía “sentir”. Por eso, ya que había sido reducido a un bulto de poder mágico, era bastante increíble decir que nuestra mirada se encontró, pero aún así se sentía como si nos estuviéramos mirando fijo.

—Tampoco puedes sostener ningún objeto… pero, tal vez, dejar que otros vean una ilusión es posible…

Estaba sentado en una silla, escribiendo algo pero su mano pronto dejó de moverse y se levantó de forma abrupta. Luego fue a recoger varios libros de su colección en los estantes.

—No soy un especialista en este campo de la brujería, así que… puede que no funcione, pero…

Como antes, su línea de visión estaba merodeando por la habitación, pero de verdad estaba mirando “hacia mí”

—Tomará tiempo, ya sabes. Ya que también tendré que consultar a expertos en esto.

Estuve de acuerdo con ese hombre que sonreía de forma atrevida. Aunque no tenía claro lo que quería decir con esto. Supongo que esto era lo que se llamaría mi última esperanza. No había nadie más en quien pudiera confiar, y sentí que si es él, se las arreglaría para hacer algo. Eso podría ser la razón por la que mi conciencia había volado de forma inconsciente hasta aquí.

—Lo más seguro es que el hecho de que aparecieras delante de mí es la respuesta. Si algo como el destino existe, entonces debemos haber sido llevados a otro.

El doctor murmuró así, como si estuviera hablando consigo mismo, y después de sentarse de nuevo en su silla abrió un enorme libro.

—Puedes quedarte aquí si quieres, pero llevará tiempo —volvió a repetir sus palabras de antes—. Bueno, supongo que el tiempo ya no te importa.

En ese momento encontré una débil esperanza en sus palabras. Creía que “esperanza” era, como decía la palabra, algo que iluminaría mi vida futura de forma brillante.

Con esto, también será capaz de sentir mi existencia. Podría vivir junto a ella una vez más. Seré capaz de salvarla, o tal vez a mí mismo. Tales pensamientos frívolos cruzaron mi mente.

♦ ♦ ♦

No supe cuánto tiempo se tardó en completar el hechizo mágico. Como el doctor había afirmado de antemano, tal vez tomó mucho tiempo. O tal vez fue más corto de lo que imaginé. Lo que sí estaba seguro era que había pasado un cierto tiempo. El doctor conservó su aspecto juvenil como siempre, pero sus rasgos aún mostraban que habían pasado varios años.

Entonces, gracias a la magia, me convertí en una existencia “que podía ser vista por otros”.

—Al final es sólo un hechizo. Así que no podrás tocar a la gente y viceversa. Solo estás dando una “forma” a tu poder mágico. Por lo tanto, la gente que tiene un débil sentido de la magia solo verá “una figura”. En primer lugar, tu presencia no se reflejará en los ojos de la gente.

Como dijo el doctor, pude transmitir de alguna manera mi voluntad, pero no fui capaz de hablar. Eso fue porque no tenía cuerdas vocales con las que emitir sonidos. Por otro lado, podía oír las voces de otras personas no porque mis oídos funcionaran, sino sólo porque sentía la “longitud de onda” emitida por mi compañero de conversación. Al menos esa era mi opinión sobre ese tema. Pero todavía había algunas cosas puntuales que yo no entendía. Lo que causaba una inconsistencia era que yo era un bulto de poder mágico pero también tenía un alma. Todo lo relacionado con el alma y el espíritu entraba en el dominio de Dios, así que no podía ser explicado. Pero incluso así pensé que era suficiente. Cualquier cosa estaba bien. Era mejor que este estado previo en el que nadie podía percibirme. Incluso si no puedo recuperar un cuerpo, podría “ser visto” por Emma. No había nada más que deseara más que eso.

Cuando miré hacia abajo, vi mis manos. Podía cerrar los dedos y era posible agitar la mano. Aunque entendiera que era una ilusión, sentí que había vuelto a la vida.

—He intentando considerar con qué propósito querías crear esta magia… Bueno, incluso sin pensarlo, podría adivinar que era para tu esposa. Así, este hechizo se convirtió en una magia hecha para ella. En otras palabras, será capaz de verte sin problemas.

¿Había mirado mi pasado? El doctor parecía conocer muy bien mi vida personal. Pero tal vez era necesario para crear este hechizo. Hizo una pequeña pausa.

—¿Has tomado una decisión? —preguntó.

Incliné la cabeza, preguntándome para qué necesitaba revolverme, pero me dio una explicación detallada.

—Para ti… El tiempo puede ser infinito, pero para nosotros, el tiempo es algo demasiado corto.

Intenté leer el verdadero significado entre sus palabras, y me esforcé por tener los “ojos” que se suponía que no debía tener. Pero no pude percibir nada. Y así, no me di cuenta de cómo en ese momento dibujó una línea limpia entre “ellos” y yo.

Solo pensaba en Emma.

Me pregunto qué está haciendo ahora. ¿Me está buscando otra vez? ¿No es solitario vivir en esa gran mansión? Cuando la vuelva a ver, no podré hablar, pero puedo escuchar. Tal vez sea suficiente. Lo que importa es que nos volveremos a ver. Lo más seguro, es que sea así.

De esa manera, traté de forma desesperada de convencerme a mí mismo. Luego, cuando fui a verla…

—¿Por qué…? —preguntó, con una voz chillona.

La mujer que estaba de pie en el conocido hall de entrada llevaba una bata mucho más sencilla y gastada que las que tenía en el pasado. Tal vez debido a estas ropas, su complexión parecía muy pálida. Como todo estaba en silencio, cuando miré alrededor preguntándome si no había ningún sirviente, vi las sábanas que colgaban de los cuadros y los floreros vacíos. Cuando miré de cerca, vi que los candelabros que colgaban del techo estaban cubiertos de polvo. Incliné la cabeza, pensando que la atmósfera era extraña, pero en ese momento…

—¿Qué está pasando…? —susurró Emma con una voz distraída.

Volví, fue lo que traté de transmitir, pero como se esperaba, mi voz no salió. No había pensado en qué tipo de gestos debería hacer para que ella me entendiera. Aunque me arrepintiera de no haber hecho más preparativos antes de venir a conocerla, era demasiado tarde. Pero sus dedos se deslizaron rápido por mi cuerpo. En ese momento, sus ojos se abrieron de par en par y su expresión se volvió impactante y asustada. Entonces sus labios temblaron de miedo y gritó.

Más que un sonido que perforaba el oído, sonaba como un grito sombrío y patético. Sí, por ejemplo, sentí como si hubiera perdido a alguien ahora mismo, delante de sus ojos. Podría haber sido como la voz que levantarías si estuvieras sufriendo demasiado. Creo que su voz resonaba por toda la mansión. Fue entonces cuando me di cuenta de que algo estaba fuera de lugar.

La dueña de la casa había gritado pero nadie había venido a ver qué pasaba. Ni siquiera los empleados superiores como la persona que trabajaba como mayordomo aparecieron. Tal vez, ¿de verdad no había nadie? No, eso no es posible. Fue la propia finca la que creó la atmósfera de una ruina. Esta mansión era el lugar donde nosotros, Emma y yo, habíamos construido los cimientos de nuestra vida juntos. Sin embargo, las flores que se habían dispuesto allí y aquí no se veían por ninguna parte.

—¡Emma…! ¿Qué demonios te ha pasado…?

Por un segundo, pensé que mi voz había resonado. Pero, no podía ser así. No sabía de dónde venía, pero un hombre apareció y se interpuso entre nosotros. Por sus movimientos, me di cuenta de que no podía percibirme… no podía ver mi apariencia.

—Allí, él… —respondió Emma, con una voz temblorosa.

El hombre se dio la vuelta y miró en la dirección que ella señalaba, pero inclinó la cabeza con una expresión de perplejidad.

—¿Qué…? ¿Hay algo ahí?

—¿No puedes verlo? Para ti, ¿él no es visible…?

Mientras Emma repetía lo mismo en un murmullo incoherente, el hombre abrazó suave su delicado cuerpo. La espada del hombre alto la ocultó por completo. Su voz baja susurrando “Está bien” sonaba tan lejos para mí. No pude verlo bien desde donde estaba, pero sus manos seguro le acariciaban la espalda. Al ver ese gesto afectuoso, el dolor se elevó en mi pecho. Mi corazón, que no debería estar ahí, estaba gritando.

—Debo haberme vuelto loco. Ves, ves… se siente como si estuviera parado ahí.

No entendía lo que estaba pasando allí. Mientras seguía susurrando “Él es… él es”, el hombre respondió.

—No… No hay nadie allí. Solo estás viendo una alucinación. Después de todo, ¿no está muerto?

—Sí, claro. Tienes razón.

Mientras ella asentía con la cabeza varias veces, sus delgados dedos le agarraban la espalda. Como era de esperar, sólo podía mirar. Mire los dedos de Emma mientras lo abrazaban. Estos dedos que habían sido raspados en el suelo cuando recogieron la arena en la que me convertí, estaban curados por completo. Como si fuera una mentira que tal cosa haya sucedido.

—Yo… podría haberme loca —su voz murmurante resonó. Parecía hacer temblar mi tímpano inexistente, para perforar mi cerebro.

—Vendamos rápido la finca y comencemos nuestra nueva vida. De esta manera, estoy seguro de que volverás a ser como eras antes. Todo va a estar bien.

Una voz gentil, muy gentil, se lo dijo. Aunque estas palabras no tenían ninguna fuerza ni hostilidad… me arrancaron el corazón. Como para perderme de vista, Emma enterró su cabeza en su pecho.

—¿No está bien ya? Has sufrido más que suficiente, y creo que le dolería verte así también… Por lo tanto, debes seguir adelante. También haré todo lo que pueda para apoyarte, siempre estaré a tu lado…

Me quedé petrificado. Incapaz de moverme ni siquiera un paso de donde estaba, escuché la voz de este hombre mientras le rogaba en un susurro.

—Así que, por favor, de alguna manera, olvídate de él.

Entonces, cuando escuché las siguientes palabras: “Su esposo falleció hace muchos años”, al final me di cuenta de la realidad

Para ella, desde hace ya mucho tiempo… Yo estaba muerto.

—Sí, tienes razón. Está muerto. Rya, está muerto. Mi marido está muerto.

Las palabras que Emma repetía, como para persuadirse, sentían que me quitaban todo.

7 respuestas a “Mi prometido ama a mi hermana – Arco 7 – Capítulo 6”

  1. ¿¡Cómo puede ser tan triste!?

    ¡¡¡Cuervo!!!
    ¡¡¡AAAAAA!!!
    Sabía….lo sabía, sabía que iba ser tan trágico…pero aún así, de masoquista, le seguí.

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