Al borde de lo impresionante – Capítulo 75

Traducido por Sharon

Editado por Sakuya


El corazón de Claire le dio un tirón doloroso.

Era imposible, ¿el nivel de la princesa divina ya es tan alto que era capaz de sentirla ligeramente a pesar de que estaba invisible? El manto tenía un tiempo límite. Si la princesa divina se quedaba por más tiempo, entonces estaría en problemas.

No se atrevió a volver a moverse. Ya que la princesa podía sentir que había algo mal, entonces si lo hacía, la descubriría. Había una razón por la que tenía ese título, no era alguien con quien fuera fácil lidiar.

Claire comenzó a preocuparse. ¿Qué haría si la otra mujer se quedara?

—Hermana mayor Qing, vamos a apurarnos. Pronto será demasiado tarde y ya no podremos ver al dragón. —Xuanxuan Leng tiró del borde de las ropas de Liuxue Qing, diciendo con súplica—: Rápido, si no lo veo esta vez, no lo veré en el resto de mi vida.

—Xuanxuan. —Una vez Liuxue Qing escuchó esto, su expresión cambió ligeramente. Su ceño fruncido se relajó, reemplazado con una expresión lamentable. El cuerpo de Xuanxuan Leng era muy débil, y confiaba en la medicina del templo para mantenerla con vida.

En cuanto hubiera cualquier tipo de problema, no sería capaz de seguir viviendo.

—Hermana mayor, vamos rápido.

La joven siguió tirando de su acompañante con urgencia.

—Bien, bien, compórtate, Xuanxuan. Te llevaré de inmediato. Cuando regrese, no puedes decirle a tu hermano mayor que te saqué en medio de la noche.

Liuxue Qing se inclinó y levantó a Xuanxuan Leng, saliendo rápidamente.

Claire las observó salir, dejando escapar un suspiro cuando finalmente se giraron para irse. Si terminaba alcanzando el tiempo límite del manto, tendría que volver a insertarle gran cantidad de magia.

Cuando estaba sintiéndose aliviada, vio que Xuanxuan Leng, que estaba abrazada al cuello de Liuxue Qing y acostada en su hombro, estiraba su cabeza y le sonreía en silencio.

Las pupilas de Claire se abrieron al instante.

¡La pequeña me vio!

Claire estaba muy sorprendida. En otras palabras, la razón por la que Xuanxuan Leng estaba tan impaciente por salir y ver al dragón, no era porque estuviera interesada, sino porque quería que Liuxue Qing se fuera. ¿Estaba protegiéndola? ¿Por qué haría eso? ¿Por qué la trataba tan bien?

Pensando esto, Claire se giró hacia ella y le reveló una sonrisa, para luego asentir ligeramente. Después de que Xuanxuan Leng le devolvió un guiño travieso, se escondió en el hombro de Liuxue Qing y ambas desaparecieron.

Claire se giró de inmediato para leer la ondulación de la barrera, entonces la atravesó. Retiró el tesoro con cuidado, e hizo el camino de regreso. Al mismo tiempo que dejaba la pared del templo, alcanzó el límite del manto de invisibilidad. Su figura apareció al instante.

La mujer se sacó el manto y desapareció en la noche.

♦ ♦ ♦

Cuando regresó al callejón en el que Ben y ella estaban antes, estabilizando su balance, un movimiento extraño e imperceptible atravesó el aire. El corazón de Claire latió furioso, y la extraña figura apareció a un lado.

Al instante siguiente, una daga cortó el cabello de Claire, cortando algunos mechones. El pelo cayó suavemente al suelo.

—¡Tienes bastantes agallas para atreverte a infiltrarte en el Templo de Luz y robar en medio de la noche! —dijo una voz fría a su espalda.

Claire se giró, y se enfrentó a un par de ojos fríos.

Ropas negras, habilidades anormalmente excepcionales, y una voz que había escuchado antes.

Miró a la persona detrás suyo, algo atónita. Se trataba de la mujer asesina de esa noche, aquella que pudo haberla matado, pero no lo hizo.

Claire la observó en silencio. A pesar de que había ondeado su daga, no tenía ninguna intención asesina. Aunque no sabía por qué, no desconfiaba de ella.

—¿Por qué fuiste a robarles algo al Templo de la Luz en lugar de ir a dormir tan tarde? —bufó la mujer.

—Estás equivocada, no les robé. Se dice “tomar prestado”. —Claire sacudió su cabeza, luciendo algo culpable.

La mujer quitó la daga, mirando a Claire con ojos fríos.

—Hah, nunca encontré a alguien tan desvergonzada como tú. Estabas robando, pero te atreves a negarlo —dijo con amargura.

—Bueno, ¿podría ser que estás vagando por la noche en lugar de dormir para charlar conmigo? —Una leve sonrisa apareció en la boca de Claire. La habilidad de esta mujer era anormal. Además, como Walter dijo, tenía una ligera aura oscura.

¿Quién diablos es? ¿Por qué sentía que esta persona sabía quién era?

—Mocosa, ¿te atreves a discutir conmigo? —frunció el ceño la asesina.

—No me atrevo. —El tono de la mujer la confundió. No lucía como si fuera muy anciana, pero su tono no era joven. Era en verdad intrigante.

—Rápido, dile a tu estúpido dragón que se retire.

Después de advertirle, la asesina desapareció.

Claire frunció el ceño, algo sorprendida. Sentía que la asesina sólo estaba pasando cuando se encontró con ella, para charlar un poco y luego desaparecer. Este tipo de sentimiento era el que tenía después de que dos conocidos salieran a caminar después de comer, habiéndose encontrado por accidente.

Se sentía sin palabras. ¿Cómo podría encajar en ese tipo de analogía?

Pero, por lo menos había obtenido el objeto. Era tiempo de llamar a Ben. Cerró los ojos, sintiendo la conexión contractual entre ella y el Emperador Blanco, y le pasó su mensaje.

♦ ♦ ♦

Emperador Blanco abrió sus ojos, extendió sus patas frontales y comenzó a cavar con vigor en la espalda de Ben indicándole que podían retirarse.

—Sólo estaba de paso, pero aterricé aquí para visitar. Naturalmente, los dragones tratamos bien a los seguidores del Templo de la Luz… —Ben seguía hablando animado. Su saliva estaba volando por todas partes, haciendo que las personas debajo de él se sintieran amargas, pero no se atrevieron a decir algo al respecto.

Habían dejado de cuestionarse su presencia, y observaban embobados al gigante dragón frente a ellos, escuchándole hablar.

—Muy bien, he descansado lo suficiente. Hasta que nos encontremos de nuevo, dignos seguidores del Templo de la Luz.

Sintiendo a Emperador Blanco cavando en su espalda, comprendió que Claire había terminado su parte. Se rió mientras se despedía de todos, y desapareció en la noche.

Las personas reunidas no volvieron a sus sentidos hasta que la figura de Ben desapareció. Sentían que habían estado durmiendo, que todos habían tenido el mismo sueño místico, pero era real. Definitivamente real.

El Papa frunció el ceño, mirando hacia la noche. Seguía sintiendo que había algo mal, pero no podía decir con certeza qué era.

La mirada de Liuxue Qing no dejó al dragón negro. No fue hasta que estaba muy lejos, extrañamente, que pudo ver un punto blanco y esponjoso en su espalda, aunque no pudo mirarlo con claridad.

—Hermana mayor Qing, el dragón ha volado lejos —dijo Xuanxuan Leng despacio mientras la observaba a lo lejos.

—Sí. Vamos a regresar y descansar —le sonrió Liuxue Qing, llevándola.

—Sí. —Xuanxuan Leng desvió la mirada. Una sonrisa imperceptible pasó por sus ojos.

Todos se dispersaron. En el momento en que el Papa dejó escapar un suspiro y se giró para regresar a su cuarto a descansar, alguien se acercó corriendo a reportar, nervioso.

—¡Su santidad, algo terrible ha sucedido! ¡El regalo de la diosa de la Luz ha desaparecido! —dijo frenético, con un rostro pálido.

—¡¿Qué?! —La expresión del Papa cambió de inmediato, al igual que Liuxue Qing cuando lo escuchó.

Cuando pasó por el salón principal hace rato, había sentido algo raro. ¡Al parecer, era cierto que algo malo había sucedido!

¡¡Alguien les robó el regalo de la diosa de la Luz bajo sus propias narices!!

Asombro, ira, impaciencia y todo tipo de emociones negativas casi hicieron que el Papa perdiera la razón.

—¡Ve a investigar de inmediato! ¡Debemos recuperarlo!

El rostro del Papa estaba verde. ¡Existía alguien tan audaz!

Todo fue porque mi atención fue atraída por el dragón que apareció de repente y desvió nuestra atención… ¡Es cierto, el dragón!, se dio cuenta. ¡¿Por qué aparecería un dragón sin motivos a decir estupideces?! ¿Quizás…? Quizás el dragón fue llamado por la persona que había robado el regalo de la diosa de la Luz. Podía hacer que un dragón apareciera e hiciera tal cosa, así que su fuerza debía ser… 

Su corazón se hundió. Mientras más lo pensaba, más inseguro se sentía. El tesoro no era una decoración, sino algo que podía usarse. Ya que la persona que lo robó tenía tal fuerza, entonces era probable que no pudieran recuperarlo. Aunque lo encontrasen, sería demasiado tarde. ¡Ya lo habrían usado!

Pensando esto, su apariencia se volvió decrépita. En su corazón, se sentía confundido. ¿Quién diablos tenía tales capacidades que podía enviar a un dragón, cuando estos eran criaturas orgullosas? ¿Desde cuándo apareció alguien así en la capital? ¿O cuándo llegó? No había escuchado nada hasta ahora.

Su complexión pasó de verde, a negra, y de vuelta a verde. Nadie se atrevió a acercarse y hablar, por lo que el Papa regresó solo a su cuarto, pensando en el culpable.

♦ ♦ ♦

Actualmente, Claire y Ben, que había regresado a su forma humana, volvieron en secreto y en silencio a la casa de Camille. Él lucía completamente satisfecho mientras regresaba a dormir. Esa noche se había sentido muy bien. Una vez pensó en todos los humanos que le habían observado, sufriendo por sus palabras, su humor mejoró.

Claire regresó a su cuarto a descansar, pero al entrar, una lámpara se iluminó.

En el medio de la habitación, tan tranquilo como el agua, estaba Camille.


Sharon
Pensaron que era Dio, ¡pero en realidad soy yo, Sharon! (Espero que todos hayan entendido esa referencia~) ¿Qué tal? Vengo a invadir la novela de Alba por los próximos diez capítulos, estoy cumpliendo mi cuota de condena. ¡Disfruten y acompáñenme durante mi tiempo como presidiaria!

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