Apaga las Luces – Capítulo 21 (II)

Traducido por Shiro

Editado por Sakuya


—Apaga el televisor, Ashley. —Aaron, quien había regresado, miró a su alrededor y dijo con brusquedad.

Ashley tiró del cable como si estuviera harta y Aaron dejó escapar un suspiro.

—¿Quieres negociar? —preguntó con tono burlón a Haley, que estaba abrazando a Noah.

¿Negociar?

En un principio, pensó que estaba jodiendo cuando lo vio subirse al auto, pero esto se estaba poniendo cada vez más divertido.

—¿Tú vas a negociar con nosotros?

Aaron sabía quién era Haley. En realidad, ¿quién no? A menos que fuera alguien como Mason, a quien todo le resultaba indiferente, no había manera de no saber quién era Haley Lusk. Era una perra promiscua que le abría las piernas a cualquier tipo; un chivo expiatorio adicto al alcohol y las drogas que ocasionaba problemas; una persona a quien la palabra «alborotador» le quedaba pequeña.

—Hijo de puta, ¿cómo te atreves…? —Rechinó los dientes y sacó el arma.

Este hijo de perra no me gustó desde el principio. Si no hubiese entrado a la habitación y nos hubiésemos visto solos con Noah, no estaríamos en esta situación. No estoy seguro si ese bastardo lo hizo a sabiendas, pero es su culpa que la situación ahora sea tan complicada.

Cuando Aaron lo apuntó con el arma, suspiró por lo bajo y clavó en él la mirada, cosa que lo hizo sentir un escalofrío en la espalda.

—¿Por qué? ¿Piensas que como un actor terminó involucrado en todo esto te convertiste en el protagonista de una película? Nunca soñaste en acabar con un agujero en la cabeza, ¿cierto?

Aaron hizo un esfuerzo e ignoró los escalofríos mientras ponía el arma en la frente de Haley.

—Le disparé a Raynoah, ¿crees estar a salvo? —farfulló, preguntándose al mismo tiempo si debería tirar del gatillo. Una parte de él quería matarlos a todos: Haley, Noah, Ashley, y luego suicidarse. En realidad, era el único camino que le quedaba.

—No seas idiota, Aaron —dijo Haley con tono indiferente. Aaron quedó estupefacto.

¿Aaron? ¿Acaso dije mi nombre? ¿Lo habrá escuchado de Noah?

Por un segundo, Aaron no supo cómo reaccionar.

—Estás pensando que todo terminará si mueres, ¿cierto? Tan pronto como mates a Noah, las vidas de tu hermana y mamá en Berlín también habrán terminado —continuó Mason—. Sabes a lo que me refiero, ¿no es así? —rió por lo bajo, sosteniéndole la mirada.

Aaron se quedó sin palabras, moviendo los labios sin conseguir articular palabra.

¿Qué acaba de decir este hijo de perra?

—Tú también —se volvió hacia Ashley—. No te atreves a suicidarte por tu hija de seis años.

¿Tiene una hija?

Aaron, sorprendido, miró a Ashley, quien se encogió y dio un paso atrás.

Un disparo resonó en el edificio en ese momento; Aaron había tirado del gatillo. La bala salió del cañón, pasó junto a la mejilla de Haley y se incrustó en la pared.

—¿Quién diablos eres? ¿Cómo supiste? ¿Nos investigaste de antemano? —preguntó Aaron de manera amenazadora con los ojos muy abiertos.

Mason lo perforó con la mirada y dijo—: Si no quieres terminar con una bala en la cabeza, será mejor que me escuches.

Lo ideal era decirles algo que los agitara, pero sin provocarlos. Le pidió a Dios que lo ayudara por una vez en esto para que su estrategia funcionara. La situación no se veía nada bien, y no le sorprendería terminar con una bala en la cabeza.

—Dejen ir a Noah —dijo con tono gélido.

Tienen que dejar ir a Noah, de lo contrario, pelear con ellos aquí lo pondría en peligro.

Entonces, Mason clavó en ellos su mirada mientras sentía cómo se enfriaba la mano con la que sostenía a Noah.

—Negocien con los policías de afuera para hacer un intercambio. Pidan un helicóptero… Aunque un avión privado sería mejor ya que tendrán que irse a un lugar muy lejano.

No podrán recibir todo lo que quieren. Si huyeran con el dinero de rescate después de secuestrar a Noah, lo más probable es que en el futuro apareciera un segundo y un tercer secuestrador con las mismas intenciones.

—Váyanse lejos, a cualquier país tercermundista. Mientras tanto, manténganme como rehén, así no los perseguirán.

—¡Maldición, te pregunté quién eres! —Lo golpeó en la cabeza con la pistola, y él se limpió la sangre que goteaba con el dorso de la mano.

Que lo golpeara y no le disparara era un buen indicio. Significaba que estaban conmocionados, y esa confusión sería el factor clave para que este peligroso plan, el cual podría ser el último de su vida, funcione.

—Sigues preguntando quién soy… ¿Cuánto tiempo piensas fingir no saberlo? —preguntó, sonriendo tan tranquilo como le fue posible.

—¿Qué?

Clavando la mirada en Aaron, quien lo miraba con una expresión idiota, vio su rostro reflejado en sus grandes pupilas. Esta escena era similar al momento de su muerte.

—12 —dijo Mason con suavidad y el ceño fruncido.

—¿Qué? —preguntó Ashley, confundida ante la repentina mención de un número, mientras que Aaron se sobresaltó, parecía haber recordado algo. Entonces, Mason se percató de sus hombros temblorosos y sonrió levemente, como siempre lo hacía.

—6.5, 37…

—Tú… No me digas.

A medida que Mason continuó recitando los números, tanto Aaron como Ashley lo miraron con rostros pálidos.

—¡No mientas! —gritó Ashley, y Aaron le apuntó de nuevo con el arma. Esta vez, su mano temblaba.

Mason inhaló profundamente y exhaló.

—Ese día, solo yo escuché el último número de boca de Alta, ¿no es así?

Los rostros de ambos se pusieron azules ante sus palabras.

♦ ♦ ♦

—Ja, ja, ja. —Aaron dejó la boca abierta durante un largo rato tras lo que continuó—: Ja, ja, ja. —Continuaba riendo y, de pronto, su expresión se tornó fría—. No me mientas. ¿Quién va a creer eso?

Mason se encogió de hombros, como si no le importara lo que al final pensara.

—¿Acaso piensas mentir diciendo algo así como que eres Mason? —preguntó mientras le apuntaba de cerca con el arma.

En lugar de responderle, Mason lo miró. Aaron sintió que esos ojos negros le recordaban el momento en el que Mason murió; apretó los dientes. Pupilas negras e irritantes. Esa fría mirada le sonrió con suficiencia, incluso mientras colapsaba luego de haber recibido el disparo.

—¿Qué estás planeando? —Aaron apretó el gatillo hasta la mitad, como si fuera a dispararle si hacía algo mal y lo fulminó con la mirada. Aunque ahora estaba más calmado que antes, la mano aún le temblaba.

Mason miró esa mano temblorosa y dijo, apartando la mirada.

—Te dije, negociemos. —Con lentitud, se puso de pie sosteniendo a Noah.

El brazo de Aaron, con el que sostenía el arma, subió con él. Los nervios de Mason se encontraban tensos como una cuerda, al límite, y al percatarse de cómo la temperatura de Noah bajaba, sintió que esta estaba a punto de reventarse.

—Incluso si se van a un país tercermundista, necesitarán dinero, ¿verdad? Y deben saber que la familia Raycarlton no les garantizará un futuro próspero —dijo, fingiendo compostura.

Podría dar la impresión que están prometiendo esa clase de futuro en ese momento, pero sin importar cuánto se aferraran a la vida de Noah para escudarse, sus oponentes eran como una bestia salvaje. Tan pronto como les entregasen a Noah, cambiarían y les mostrarían su verdadera naturaleza.

Mientras más demandas hicieran los secuestradores, los padres de Noah se vengarán de forma más extrema y cruel. Además, aunque toleren su escape inmediato, nunca olvidarán esto, ni siquiera con el paso de los años. Esa era su forma de ser. Aaron y Ashley sin duda lo sabían.

Mason miró con fijeza la boca del arma con expresión gélida.

—Aaron… —Ashley agarró el brazo con el que sostenía el arma y él la miró con ojos rojos.

—Mason está muerto —soltó—. Volamos su cuerpo con la bomba y luego lo quemamos, pero ahora, ¿alguien regresó de entre los muertos? Además, ¿en el cuerpo de otra persona? ¿Cómo puedo creer esa mierda?

Alta, Mason, Ashley y Aaron eran los únicos que sabían lo que sucedió en la habitación de Alta. De ellos, Alta y Mason estaban muertos, cosa que ambos confirmaron con sus propios ojos. Entonces, si no había manera de que creyeran que la persona frente a ellos era Mason, quería decir que entre ellos se habían traicionado. Como era más sencillo dudar del otro que creer en el intercambio de almas, Aaron fulminó con la mirada a Ashley.

—¡Aaron! —gritó Ashley, sintiéndose traicionada al verse enfrentada a la fría mirada del otro. Aaron la miró primero a ella y luego a Mason de nuevo.

—No me importa lo que ustedes piensen ni quién creen que soy —afirmó con mirada gélida mientras acercaba hacia sí a Noah y lo instaba a no dormirse; haciendo incluso que descansara su cuerpo sobre su hombro—. Liberen a Noah. Si no quieren morir, arriésguense con lo que más oportunidades de vivir les ofrezca.

Aaron miró a Noah, cuya piel estaba tornándose azul de lo pálido que estaba, bañado en sudor y con los ojos cerrados, y se volvió hacia su compañera de nuevo.

—Ashley.

Con los ojos entornados, ella volteó hacia él.

—Sal y llévatelo —dijo acompañado de un gesto con la cabeza.

Ashley siguió el movimiento con la mirada y vio a Noah, cosa que la confundió. Aaron con seguridad sospechaba de ella, por lo que debía estar observando cada uno de sus movimientos. Salir con Noah implicaba el riesgo de que lo vendiera y huyera solo ella, sin embargo, inesperadamente, le estaba pidiendo que saliera con él.

—Está… bien. Pediré un avión privado —respondió, mordiéndose los labios. No sabía cómo terminaría todo, pero si existía la posibilidad de salir de ahí con vida, estaba dispuesta a aferrarse a ello con desesperación—. Dame a Noah.

Mason miró a la persona que sostenía, y tuvo la sensación de que este lo agarró por la ropa, pero no estaba seguro. A continuación, hizo que Noah, quien había perdido el conocimiento, se apoyara con firmeza en el hombro de ella y le tomó la mano fría por un segundo. Fue muy triste cuando esa mano, fría y húmeda, abandonó la suya.

En cuanto Ashley salió de la habitación con Noah, Mason respiró hondo mientras escuchaba cómo se cerraba la puerta trasera.

Ahora que habían salido, los negociadores y el equipo médico esperando afuera revisarán la condición de Noah e intentarían llegar a un acuerdo tan pronto como fuera posible.

Eso es suficiente. Quizás sufra algunos efectos secundarios debido a la herida del brazo, pero sin duda, sobrevivirá.

Mason estaba satisfecho siempre y cuando él sobreviviera, así como Noah sentía lo mismo hacia él.

Por favor, di que eres Mason.

Quizás, aunque no estaba seguro, era probable que muriera. A lo mejor, ni siquiera dejarán su cuerpo intacto para fingir que aún lo tienen como rehén, y era muy probable ya que pensaban que estaba imitando a Mason, cosa que encontraban irritante al extremo.

De lo contrario, podría dispararme en la cabeza.

El rostro de Noah mientras lloraba le vino a la mente, y un sabor amargo le inundó la boca.

Espero que no se suicide o haga algo parecido si llego a morir, pensó con aflicción y levantó la cabeza. Aaron lo apuntaba con el arma.

—Seguro todo lo hizo la perra de Ashley, pero… esos ojos son tan irritantes como los del bastardo de Mason —dijo con expresión fría.

Mason lo miró y pensó: Aaron, bastardo codicioso.

Había tenido suerte de que Aaron fuera esta clase de hombre. Si no hubiese esperado hasta el último momento para renunciar a la caja, los cuatro probablemente estarían muertos.

Sería acertado pensar que, mientras codiciara la caja fuerte, mientras pensara en los cincuenta millones de dólares, haría todo lo posible por sobrevivir, y eso salvaría la vida de Noah.

—Entonces, ¿cuál es el último número? —Esperó un breve momento y continuó impaciente al ver que Mason demoraba—: Dime a la cuenta de tres. Si no puedes hacerlo, te dispararé y correré hasta Ashley y la mataré a ella también.

Mason suspiró con suavidad y respondió antes que el otro comenzara a contar.

—7.

Aaron lo miró con los ojos entornados.

—Ábrela —dijo sacudiendo el arma que tenía en la mano.

Previendo que Mason pudiera decirle un número falso, Aaron le ordenó que abriera la caja fuerte.

Todavía alberga muchas dudas, pensó sonriendo con suficiencia mientras se acercaba a la caja. Quizás debería presionar números al azar y hacer que la bomba explote, este pensamiento fue desbancado apenas cruzó por su mente por el agradable rostro de Noah.

Probablemente muera, pero, aun así, aunque la oportunidad de vivir fuese pequeña, quería tomarla si la había. Porque no lo quiero hacer llorar así de nuevo, pensó con amargura en cuanto recordó el rostro de Noah empapado en lágrimas. Ahora que pienso en ello, nunca le dije que era Mason. No es algo asombroso, debí decírselo antes. Aunque es demasiado tarde para arrepentimientos.

Mason percibió un sabor amargo extremo, quizás debido al sangrado, y cuando presionó el último dígito, se escuchó el sonido de la caja abriéndose. En ese momento, la mano de Aaron apareció y lo apartó tirando de su cabello.

—¡Ugh! —Mason rodó por el suelo y vio a Aaron mirar con ojos rojos el interior de la caja; parecía hechizado. Entonces, miró sobre sus hombros y vio pilas de oro y documentos.

—Ahh… —Aaron no podía creer lo que estaba viendo, se giró y clavó la mirada en Mason, tras lo que preguntó con ojos entornados—: Tú… ¿De verdad eres Mason?

Frente al hombre que una vez mató, Aaron de nuevo lo apuntó con el arma mientras que el otro observaba su mirada desenfocada.

—¿De verdad eres…?

No pudo terminar la oración porque, en ese momento, se escuchó un disparo afuera.

Ambos, incrédulos, se giraron para ver lo que había sucedido afuera mientras el sonido continuaba haciendo eco en el edificio. No se escuchó ningún otro sonido afuera de la puerta. Aparte de ese disparo, todo estaba en silencio, como si el tiempo se hubiese detenido.

—¿Qué rayos…? —dijo Mason, labios repentinamente secos.

El disparo se escuchó muy cerca de la puerta. Noah estaba inconsciente y Ashley no era la clase de mujer que se suicidaría debido a que tenía una hija. No tenía que pensar mucho para deducir quién disparó y quién recibió el disparo.

No puede ser. No es cierto. Escuché mal, pensó Mason, pero su cuerpo reaccionó antes que su mente.

—¡Noah! —Estaba a punto de salir corriendo cuando Aaron lo agarró por detrás. Acto seguido, Mason agarró el brazo aferrado a su hombro, lo torció y golpeó la mandíbula del otro con el codo. Aaron dio un paso atrás y se agarró el mentón, sorprendido de que Haley, tan débil en apariencia, pudiera reaccionar de forma tan rápida.

Aprovechando la oportunidad para huir, abrió la puerta para verificar si Noah estaba derrumbado en el suelo cuando se escuchó un disparo detrás de él. Una bala penetró su muslo. Mason cayó hacia adelante y tomó una bocanada de aire abruptamente.

—¡Argh! —Lágrimas se derramaron por sus mejillas, aunque no había manera de saber si se debía a causa del dolor del disparo o por la idea de que Noah estuviera muerto.

—Maldición… No hay forma de que seas Mason —dijo Aaron, limpiándose la sangre del labio—. ¿Dices que el tipo que salió corriendo sin pensar, solo porque alguien resultó herido y lloró porque recibió un disparo, es ese bastardo obstinado?

Ese hijo de perra ni siquiera parpadeó cuando murió. Mason era famoso por no parpadear ni gritar ni siquiera cuando lo torturaban cruelmente, dejó escapar un suspiro. Casi me engañó. Sí, no hay manera de que algo así pueda suceder en la vida real, pensó y le pisó el hombro cuando se arrastraba por el suelo como insecto.

Mason se mordió el labio y arrojó el botiquín de primeros auxilios con el brazo libre. Sorprendido, Aaron jadeó y él aprovechó la oportunidad de agarrar las tijeras y apuñalarle el tobillo con ellas. Aunque el hombre fue capaz de esquivar el repentino ataque, un corte bastante profundo le quedó en el tobillo.

—¡Ugh, mierda!

Antes de que Aaron pudiera apretar el gatillo, Mason se levantó deprisa, lo agarró del brazo y se giró, hundiéndose en el pecho del otro. El cuerpo de Haley era bastante débil físicamente, pero si usaba la fuerza del oponente, podría arrojarlo por encima del hombro de manera apropiada. Si tan solo su pierna estuviera bien.

Sin embargo, la pierna que había recibido el disparo no pudo soportar el peso y cedió hacia adelante. Sudor frío lo empapó por completo. Entonces, enterrado bajo Aaron, soportó el dolor de su pierna y apuñaló la espalda del otro con todas sus fuerzas. Aunque sintió que atravesó la piel con las tijeras, no parecía ser el abdomen, sospechaba que fuese el glúteo o algo similar.

En ese instante, recibió un impacto en la frente y sintió que su visión se nublaba. Aaron lo había agarrado por la parte posterior del cabello y lo había estampado contra el suelo.

—Ahh…

Noah.

Mason intentó levantarse con brazos temblorosos. En lugar de pensar en el dolor o en su débil cuerpo, lo único que ocupaba su mente era Noah, el cual podría estar colapsado en el suelo afuera de la puerta.

Podría estar muriendo, no puedo quedarme aquí en el suelo. Ya ha sangrado mucho, si le dispararon una vez más, sería muy peligroso. Si el disparo no fue en un lugar como una pierna o un brazo podría de verdad morir. ¿Está muriendo en este momento? ¿Está muriendo en el piso frío sin nadie que lo rescate? De verdad odio…

Hizo todo lo posible por mantenerse consciente, pero hubo otra conmoción detrás de su cabeza. Trató de abrir sus temblorosos ojos, pero sentía que se desvanecía. Era completamente diferente a morir, pero de alguna manera similar.

De ese modo, todo se tornó blanco.

—Ja, ja… Este maldito. —Aaron soltó una maldición y se presionó el glúteo que sangraba. El tipo con aspecto de rata había resultado más complicado de lo que esperaba. Si no lo necesitara como rehén, lo habría matado de inmediato.

Cuando se arrastró con tal terquedad hacia la puerta, incluso después de recibir el primer golpe en la cabeza, de verdad se parecía a Mason. Sin embargo, fuera realmente Mason o no, si escapaba a un lugar seguro no lo dejaría con vida. Pensaba en destrozar su cuerpo por completo, incluso más que el de Mason, de modo que no pudieran encontrar ni el más mínimo rastro de él.

Aaron pateó con ira el cuerpo de Haley, quien se encontraba desmayado, y se alejó cojeando mientras presionaba sobre su herida. No sabía por qué Ashley le disparó a Noah, pero lo que le daba aún más curiosidad era lo silencioso que estaba afuera. Pensando que quizás había abandonado a Noah estando inconsciente y luego se había suicidado, no pudo evitar murmurar:

—Ashley… Esa perra, quizás… —Respiró profundo cuando abrió la puerta—. Ugh. —Una luz blanca y pálida lo bañó y él levantó los brazos para cubrirse los ojos—. ¿¡Qué es esto!? —gritó con el ceño fruncido, pero quedó petrificado en cuanto un punto rojo entró en su campo de visión.

A medida que sus ojos se acostumbraron a la claridad, levantó la cabeza y notó puntos rojos desplazándose por todo su cuerpo, la mayoría concentrados en su frente y pecho, dando la impresión de dos grandes pupilas.

—Esto es… —Aaron levantó la cabeza con expresión ausente. Frente a sus ojos, el ejército negro de Zii estaba alineado, y docenas, no, cientos de láseres de rifle de francotirador lo apuntaban; todos listos para disparar en cualquier momento.

Nadie le pidió que lo hiciera, pero lanzó su arma y alzó ambas manos.

¿Qué está pasando? ¿Ashley de verdad me traicionó?

Los médicos del ejército de Zii entraron y pasaron junto a Aaron, quien no podía moverse en lo absoluto. Inspeccionaron a Haley en el suelo y, pronto, uno de ellos lo cargó en su espalda, tras lo que regresaron por donde vinieron y le informaron a alguien.

El hombre a quien le hicieron el reporte acarició la pálida mejilla de Haley y lo sacó de ahí de inmediato.

Aaron vio cómo el hombre observaba a Haley mientras se lo llevaban. Ese cabello rubio empapado de sangre le parecía familiar y, cuando se dio la vuelta, le dedicó una mirada aterradoramente fría.

—¿A quién buscas? —dijo el hombre—. Ah, ¿quizás esta mujer? —Tiró del cabello castaño que aún sostenía y lo arrojó. Un ruido sordo se escuchó cuando un trozo de rojo oscuro cayó al suelo. Entonces, Noah lo empujó con el pie y apareció un rostro.

—Ashley… —murmuró con un gemido y se volvió hacia Noah, quien sonreía como si nada hubiese sucedido.


Shiro
¡¡Ahh!! ¡Qué agotador fue eso! Solo nos falta un capítulo para terminar la historia principal. :3 ¡Yay! Nos vemos pronto. (ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧

Sakuya
!Wii! 〇(>∀<)〇

5 respuestas a “Apaga las Luces – Capítulo 21 (II)”

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