Dejaré de ser la subordinada de una villana – Capítulo 25.5: Ese día (Perspectiva del príncipe heredero)

Traducido por Herijo

Editado por Michi

Corregido por Sharon


[POV: Leonhart]

Soy el primer príncipe del Reino de Altria, Leonhart. El príncipe heredero de este reino.

He perdido todo interés en esta aburrida vida, puesto que gracias a mi gran habilidad, los estudios para convertirse en emperador que llevo desde que era pequeño nunca se me dificultaron. Una vez que leía algún libro podía entenderlo a la perfección. Lo que más disfrutaba era mover mi cuerpo con el entrenamiento militar y el baile, pero debido a que las oportunidades de salir de la corte real eran pocas, no se podía evitar que fuera aburrido.

Habiendo dicho eso, no tenía el suficiente interés como para querer escabullirme en el pueblo. De algún modo lograba sobrellevar mi día a día.

Había otros aparte de mí. George, el hijo del líder de caballeros, quien tenía todo su interés puesto en el entrenamiento militar, así como Remias, el sombrío hijo del Primer Ministro y quien tampoco poseía algún pasatiempo especial.

La hermana menor de Remias era Remy, una candidata a convertirse en mi futura reina. He tenido la oportunidad de conocerla antes y debo decir que la considero encantadora con su hermoso pelo rubio y estruendosa risa, la cual nunca he terminado de entender.

Las únicas veces que salgo del palacio real es para ir a las aburridas fiestas de té de los grandes aristócratas, en donde paso mi tiempo manejando a las señoritas nobles que se cuelgan de mí.

La fiesta de té de hoy se sentía diferente de las demás. De alguna manera, tenía un ambiente más simple.

Había líneas dibujadas con rocas perfectamente arregladas sobre el suelo de arena. ¿Y un árbol cambiando hojas en la parte este del jardín? Hojas rojas y amarillas caían sobre la blanca arena haciendo un contraste inesperadamente bello.

En ese momento, se oyó un fuerte golpe a lo lejos. Me dirigí de inmediato a ese lugar a ver de qué se trataba.

—Deja este lugar de inmediato.

Sin enterarme de la conversación que estaban teniendo, pude oír esa línea en la esquina del jardín.

Esa voz… ¿es Remy? ¿No está riendo el día de hoy? Qué sorpresa.

Aunque no entendía lo que estaba pasando, decidí dirigirme allí, simplemente porque considero que la estruendosa Remy es interesante.

Desde atrás era seguido por Remias y George, quien tenía un dulce en su mano. Era un par de esferas blancas espolvoreadas en azúcar e insertadas en una brocheta. Tenía una forma extraña que nunca había visto, pero George estaba encantado y había pasado todo este tiempo comiéndolos.

—Se llama dango —me dijo la sirvienta a quien le pregunté el nombre. No pude evitar inquirir cómo se hacía—. Está preparado a base de arroz con la receta que la señorita de la casa vio en sus sueños.

¿Eso quería decir que quería comer los dulces que soñó? Que señorita tan peculiar. Me interesé un poco en ella.

Mientras me dirigía hacia donde se escuchó la voz de Remy, podía observar a una multitud rodeando a una sola persona.

—Cosette, este es tu jardín de flores, ¿no?

Una sola chica era empujada hacia adelante por Remy.

¿Chica joven? Más bien un muñeco de nieve.

Pero viéndola a ella y con el dulce que creó se puede decir que tiene un fuerte apetito…

Parece ser que le gusta comer.

Por alguna razón, me imaginé a una linda chica que era buena haciendo dulces…

Mientras seguía en shock por la diferencia entre lo que imaginé y la realidad.

—¡Solo vine a recoger flores! ¿Hay algún problema?

—¿Qué están haciendo?

Debido a esa voz desconocida, terminé levantando mi tono. Puesto que Remy estaba siendo demasiado intensa, no sería extraño que estuviera acosando a la otra parte.

Detrás de mí, Remias soltó un gran suspiro.

—¡Les estoy preguntando qué hacen!

Recordarlo ahora es realmente embarazoso. Nunca imaginé que la señorita sentada en el suelo no estuviera invitada. Cuando Cosette me preguntó más tarde qué estaba pensando en esa ocasión, no pude decirle que estaba evaluando su aspecto.

En el centro de esa gran multitud, se encontraba una encantadora jovencita de pelo rosa.

La chica tiene una madre enferma… o algo así estaba diciendo, realmente no le puse atención ya que estaba embelesado por su aspecto.

Pelo rosa… ¿Dónde lo he visto? ¡Ya sé! Es la viva imagen del cuadro que adorna la habitación personal de mi padre, el rey.

¿Hace cuánto fue? Realmente no lo recuerdo.

Era mucho más joven cuando me escabullí al cuarto de padre al cual no tenía permitido entrar.

Fue por simple curiosidad y un poco de travesura.

Cuando mi padre se encuentra en el trabajo, solo habría una persona custodiando la habitación. El momento de cambio de guardias era mi objetivo…

Estaba atrás de unas cortinas de seda, un retrato pintado con cuidado de una hermosa mujer.

Una cara encantadora embellecida por un hermoso pelo rosa. Incluso en la pintura sus grandes ojos azules parecían vivos.

Sin duda ese retrato era atesorado en gran medida por padre. Recuerdo mis manos temblorosas al regresar por haber visto lo que no debía.

Me encontraba tan perdido al momento de salir de la habitación, que el guardia afuera me vio. Le pedí que guardara el secreto y me retiré a mi cuarto.

El guardia asintió en respuesta, puesto que no quería que su propia ineptitud fuera descubierta. Para mí, eso no era importante.

El rostro de la mujer en el retrato que vi solo en una ocasión permaneció grabado en mi memoria.

Ese rostro es…

La mujer del retrato de alguna manera está conectada

Mientras me encontraba atorado, forzando a mi mente en pensar un rumbo de acción, terminé solicitando al Conde Edelweiss por un lugar para refugiarla.

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