Katarina – Volumen 5 – Capítulo 1: Aparece un rival (1)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon

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Después de estar confinada en el campo durante tanto tiempo, ver la capital nuevamente, con sus hermosas calles y su gente ocupada, llenó mi corazón de alegría. Volver fue el momento más feliz de los últimos siete años. Sin embargo, durante la fiesta que mis amigas habían preparado para darme la bienvenida, toda esa alegría fue quitada y reemplazada por ira.

—¡¿Cómo?! ¿Cómo se atreve esa chica a llamarse a sí misma la prometida de Jared? —grité, golpeando mis manos sobre la mesa y haciendo sonar la vajilla—. ¡Debería haberse librado de esa chica sin valor hace años! —Pude sentir la ira calentando mi rostro.

—Eso es lo que esperábamos, también… —murmuró una de mis amigas.

—¡¿Entonces por qué?! ¡¿Por qué siguen comprometidos?! —le pregunté, acercándome.

—Tampoco lo sabemos… se rumorea que el propio Jared se niega a cancelar el compromiso —respondió mientras se encogía ligeramente.

—¡¿Jared mismo?! ¡Eso no puede ser verdad! —grité aún más fuerte—. ¡¿Por qué el príncipe desearía una novia como ella?!

—Eso no lo sé, pero… —dijo, sin dejar de retirarse.

—¿Pero? ¡¿Pero que?!

—Algunos dicen que él es inflexible acerca de compensarle por la cicatriz en su rostro…

—¿La supuesta razón original del compromiso? ¡No puedo creer que no haya sanado después de todos estos años!

Hace siete años, esa niña tropezó en el jardín del castillo, y el accidente dejó una cicatriz en su frente. Jared, que la acompañaba, asumió la responsabilidad y la eligió como su prometida. ¡Se hizo responsable de su torpeza!

—Conociéndola, probablemente esté ocultando el hecho de que su herida se ha curado para mantener al príncipe en sus garras. ¡Oh, mi pobre Jared! —Solo pensar en él siendo engañado por esa arpía hizo que me doliera el pecho.

Jared Stuart… El tercer hijo del rey. La primera vez que lo conocí, viendo sus ojos azules, cabello rubio y su hermoso rostro, fue como ver a un príncipe de un cuento de hadas. Me enamoré de él y aproveché la posición de mi padre como marqués para que me consideraran una potencial prometida. ¡Lo haría mi príncipe! Sabía que ya había algunas otras damas compitiendo por Jared, pero eso no me detuvo. ¡Soy mucho más hermosa que ellas! ¡Y más lista! ¡Y tengo magia más fuerte! ¡Soy la novia perfecta para el príncipe!

O eso pensé. Poco después de que mi interés en Jared se hiciera público, alguien fue a robar mi lugar como candidata favorita a princesa. ¿Y por qué? Debido a una cicatriz de la que Jared quería asumir la responsabilidad. Increíble.

Al escuchar la noticia, caí en la desesperación. Si por lo menos hubiera sido alguien más hermosa, inteligente y mágicamente capaz que yo (lo cual es poco probable, lo sé), podría haber hecho las paces con el hecho y renunciado a mi amor. Pero resultó que la prometida de Jared no era particularmente atractiva, ni particularmente inteligente, ni particularmente buena con la magia. El rango de su familia era más alto que el mío, pero ese era el único tema en el que me superaba. Pensar que una chica así se casaría con el príncipe…

En realidad la ví cuando tenía seis o siete años, ya que nuestros padres se conocían. Ella me pareció una niña egoísta, malcriada y sin talento. Por supuesto que no estaba allí para presenciar la escena, pero apostaría a que amenazó a Jared para que se hiciera responsable de la herida en su estúpida cara.

Le pedí a mi padre y amigos ayuda para liberar al príncipe de su captora… Después de lo cual, por supuesto, me casaría con él. Sin embargo, por tonta, simple e inepta que sea, todavía estaba en contra de la hija de un duque. Ella no cedería fácilmente.

En primer lugar, tenía que hacer que se viera mal, y luego mejorar mi imagen a los ojos de Jared. Comencé a usar la red de conocidos de mi padre para difundir la verdad sobre qué tan malcriada es esa mocosa. Muy pronto después de eso, sin embargo, mi padre fue enviado a vivir al campo, lejos de la capital… y toda su familia, incluida yo, tuvimos que ir con él. Oficialmente, se le había encargado la reforma de nuevos territorios para el reino, pero no hizo falta ser un genio para darse cuenta que había sido relegado a la fuerza a un lugar lo más remoto posible.

Debe haber disgustado a alguien importante… Nunca nos dijo exactamente qué había hecho, pero el día que recibió las órdenes de mudarse, su rostro parecía haber envejecido unos diez años. Además, aunque antes siempre había sido amable conmigo, ahora era distante y frío.

Tanto mi madre como yo nos opusimos enérgicamente a acompañarlo, pero él no nos escuchó, y terminamos teniendo que vivir en el medio de la nada, cerca de la frontera del país. A mis ocho años fui exiliada entre el ganado y los campos por siete años, lo suficientemente lejos de la capital para que ni siquiera me llegaran rumores.

Rodeados de nada más que naturaleza, sin nada para entretenerme… fueron siete años de tortura. Pero logré escapar de esta agonía de aburrimiento gracias a una de las leyes del reino. Como he cumplido quince años, se me exige (o más bien, se me permite) regresar a la capital para inscribirme en la Academia de Magia. Todavía faltan algunos meses para que comience el año escolar, pero insistí en ir allí con anticipación con la excusa de necesitar tiempo para prepararme.

A mi padre, que había permanecido inmutablemente frío conmigo desde el comienzo de su exilio, no le gustaba la idea, pero lo molesté tanto que a regañadientes se rindió, con la única condición de que “me mantuviera tranquila y no causara problemas”.

En ese momento lo prometí, pero eso fue porque no sabía que Jared todavía estaba siendo controlado por esa terrible niña. No logré enterarme de ningún rumor de la capital, así que asumí que mi pobre príncipe ahora estaba comprometido con una dama diferente y decente.

Hace siete años, el fracaso prematuro de mi padre arruinó mis planes, pero esta vez tendré éxito. Liberaré a Jared de su compromiso… y luego, tal vez, ¡me convertiré en su nueva prometida!

Me levanté de mi silla e hice mi declaración de guerra.

—Katarina Claes, ¡tus días están contados! ¡Esta vez, tomaré a Jared de tus garras!

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