Katarina – Volumen 8 – Capítulo 5: Termina la asamblea (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon

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Todos los invitados extranjeros se habían marchado y era hora de que volviéramos a casa.

Jared parecía ocupado con las secuelas de la Asamblea, así que rápidamente me despedí y, junto con Keith, monté en el carruaje que nos llevaría de regreso a la mansión Claes.

—La Asamblea se sintió tan larga, pero tan corta —me dije mientras miraba la vista cambiante por la ventana.

—En general, estaba preocupado por si no harías nada problemático —respondió Keith, quien estaba sentado frente a mí, con frialdad.

—Pero no cometí ningún error importante, así que está bien, ¿verdad? —dije, haciendo un gesto para enfatizar mi punto, pero mi hermano hizo una mueca.

—¿Error importante? ¿Cómo llamarías salir corriendo del baile para luego trepar a un árbol y entrar en una habitación de invitados? 

—Bueno, eso es… ya sabes, Jared dijo que deberíamos fingir que eso nunca sucedió, así que…

El incidente de ayer fue causado por la ignorancia de dos nobles extranjeros, y hacer que esa situación fuese pública lo convertiría en un gran problema, por eso se decidió que todos nos olvidaríamos de él.

Por supuesto, esto fue con la condición de que los dos hombres se disculparan con María y fueran castigados por lo que hicieron.

Según Jared, dado que Lousabre no podía permitirse estar en el lado malo de Sorcié, probablemente castigarían a esos hombres más que suficiente.

Y, por lo que se suponía que todos sabían, ayer me sentí mal y dejé el baile temprano, antes de que pudiera hacer algo que justificara ser regañada por mamá. Por eso le pedí a Keith que ocultara toda la historia a nuestra familia… pero me suspiró.

—Hermana, escucha. Incluso si todos decidieran mantenerlo en secreto, ¿realmente creerías que no se lo dirían a los padres de una noble soltera? Y mi padre estuvo en la Asamblea para empezar, así que nuestra familia ya lo sabe todo.

—¡¿Qué?!

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Sabía que mi padre iba a asistir, pero supuse que no sabía nada sobre el incidente. Y si dice que nuestra familia ya lo sabe todo…

—¿Eso incluye… a madre? —pregunté, ya desesperada, y Keith asintió.

—Por supuesto. Ella sabe que te rompiste el vestido, te subiste a un árbol y entraste en una habitación de invitados en el segundo piso.

—¡Traigamos el carruaje de regreso al castillo! ¡Nos quedaremos allí una noche más! 

—Madre ya nos ha ordenado a los sirvientes y a mí que te llevemos a casa de inmediato

—¡Nooooo!

El alivio que sentí al terminar la Asamblea desapareció en un instante, al igual que mi ansia de volver a casa después de tanto tiempo.

No iba a volver a casa. Regresaría a una terrible prisión de regaños.

No quiero ir…

Cuando entré, fui recibida inmediatamente por la vista de mi madre, a quien le habían dicho que pronto estaríamos allí.

Rápidamente me llevó a su habitación y me sometió a un sermón interminable. En comparación, esas lecciones en el castillo fueron breves y dulces.

Cuando por fin terminó, el sol ya se había puesto, y volví aturdida a mi habitación, llevando conmigo una pila de libros sobre etiqueta que me habían ordenado estudiar.

—Vaya, estoy agotada… —murmuré mientras me tiraba en la cama.

—Al ver que está tan cansada, ¿preferiría descansar del trabajo mañana? —preguntó Anne, quien estaba desempacando mis cosas.

Casi lo había olvidado, pero ahora que la Asamblea había terminado, tenía que volver al trabajo.

—Ya me he tomado varios días libres seguidos, y si me quedara en casa me vería obligada a estudiar etiqueta con mi madre. Prefiero ir —dije, pensando que ir al Ministerio, donde también podía ver a María. Sonaba mucho mejor que quedarme aquí, con mamá regañándome y enseñándome a comportarme correctamente.

Y todavía quería preguntarle a María y a Sora sobre su misión secreta.

Me preparé para la mañana siguiente y me fui a la cama. Al día siguiente, viajaría en el carruaje al Ministerio por primera vez en mucho tiempo.

De camino a la oficina de mi departamento, me encontré a Sora.

—Buenos días. Perdón por meterte en problemas en la Asamblea —me dijo.

—¿Tú? ¿Me metiste en problemas?

—Ese incidente con María. Mientras continuaba con mi misión, también se suponía que debía cuidarla. Pero cuando esos dos hombres comenzaron a perseguirla, la perdí de vista, así que es mi culpa que hicieras lo que hiciste.

No fue sorprendente que una chica tan linda como María tuviera a alguien que actuara como su guardaespaldas. Sora era mucho más fuerte de lo que parecía, y estaba acostumbrado a tratar con todo tipo de personas desagradables.

—Pero fui yo quien decidió correr tras ella. Fueron Jared y los demás quienes la salvaron, y todo terminó bien así que no hay problemas, ¿verdad? —dije, y se rió.

—Sabía que dirías algo así. Gracias. Pero trata de tener cuidado, ¿de acuerdo?

Había perdido la cuenta de cuántas veces había escuchado esas palabras en los últimos días.

—Lo haré —dije, como había hecho con todos los demás, y seguimos caminando hacia la oficina. Justo cuando llegamos a la puerta, recordé que quería preguntarle algo—. Dime, Sora, tú y María estaban en una misión en el castillo, ¿verdad? ¿Cómo fue eso?

Casi lo había olvidado, dado todo lo que pasó.

—Bueno… —empezó a decir, pero la puerta se abrió frente a nosotros y una cara familiar salió de ella.

—¡Oh, señor Cyrus!

—Katarina Claes, Sora Smith. Buenos días. De regreso al Ministerio, ya veo —dijo, luciendo exhausto, y luego se alejó.

Me preguntaba por qué estaba en nuestra oficina y por qué parecía tan cansado.

—Se veía tan golpeado. ¿Alguna idea de por qué? —le pregunté a Sora.

—Él también estuvo en la Asamblea y no olvides que todavía está soltero. No puedo imaginar cuántas mujeres se le habrán acercado —respondió.

Eso lo habría explicado. Cyrus no estaba acostumbrado a hablar con mujeres, especialmente con las jóvenes. Pasar tres días rodeado de ellas debe haber sido agotador.

Y eso también explicaba por qué no lo vi en la Asamblea: probablemente estaba escondido dentro de un enjambre de chicas.

Realmente lo sentí por él, el pobre.

—Buenos días. Ha pasado un tiempo —dije, entrando por la puerta, y escuché tres respuestas.

—Buen día.

—¡Buenos días! Debes estar cansada después de la Asamblea.

—Buenos días.

Todavía era demasiado pronto para que todos estuvieran aquí, pero mis colegas mayores ya estaban trabajando, luciendo exactamente como lo hacían la última vez que los vi.

Laura había cubierto su musculoso cuerpo con un lindo vestido con volantes, y Hart estaba sentado en un rincón, casi invisible, mirando el papeleo.

Fuimos a saludar a Lahna, la directora del departamento, quien había llegado inusualmente temprano. Normalmente llegaba justo a tiempo para el inicio de la jornada laboral.

Ella era una mujer única, y decía con orgullo que prefería trabajar al aire libre, corriendo de un lado a otro. Verla sentada detrás de un escritorio era extraño.

—Vuelvo a trabajar a partir de hoy, ya que terminó la Asamblea —le dije y ella me sonrió.

—Sé lo cansado que fue la Asamblea para ti. Estoy segura de que todavía no puedes dar el 100%, pero haz lo que puedas —dijo.

Por un momento, me sentí confundida de que ella supiera cómo había sido la Asamblea, pero luego recordé que también era una dama noble y probablemente también asistió. Sin embargo, ella era una maestra del disfraz, e incluso la cara que estaba mirando mientras hablábamos no era más que una falsificación cuidadosamente elaborada. Ni yo ni nadie más aquí sabía cómo era realmente. Incluso si la hubiera visto en la Asamblea, probablemente no me habría dado cuenta.

Sin embargo, a pesar de asistir, se veía tan enérgica como siempre. No parecía cansada en lo más mínimo.

—Disculpe, señorita Lahna —Sora interrumpió mis pensamientos—. Me gustaría informar sobre mi misión.

Cyrus detuvo nuestra conversación antes, así que todavía no sabía de qué se trataba.

—Cyrus me dijo que ya le informaste antes. Buen trabajo.

—Lamento no haber podido obtener ninguna información útil —dijo, bajando la mirada en tono de disculpa.

¿Significaba eso que había fallado?

—Sora, ¿cuál era tu misión? —No pude resistirme a preguntar.

—Le dije a Sora que no te dijera nada para que pudieras concentrarte en la Asamblea, pero supongo que ya no importa —dijo Lahna, y comenzó a explicar.

Resultó que la hija de un barón no particularmente rico de las afueras del reino había desaparecido. Como sucedió en una parte del campo que se consideraba segura, todos estaban frenéticos.

Es más, la chica era una usuaria de magia, lo cual era raro para un noble de ese rango. Esto hizo que las personas que la rodeaban se preocuparan aún más.

Su repentina desaparición, aunque sorprendente, no era exactamente impensable. La primera suposición fue que fue secuestrada o se escapó.

Sin embargo, la familia no recibió ninguna notificación de los secuestradores y ella no tenía ninguna razón para dejar su casa por su cuenta.

La familia solicitó entonces la ayuda del Ministerio, que descubrió algo sospechoso. Los sirvientes que estaban trabajando en la mansión ese día, los que se suponía que iban a acompañar a la niña e incluso algunos de los granjeros que trabajaban cerca, no podían recordar lo que sucedió el día del incidente.

Sus recuerdos estaban nublados y, por mucho que lo intentaran, no recordaban los hechos. El Ministerio asumió que la Magia Oscura estaba involucrada, y las personas que estaban más familiarizadas con ella tenían la tarea de investigar.

Sora y María visitaron esa mansión rural y, por pura coincidencia, María usó su magia de luz para curar una herida en la mano de un granjero.

Cuando hizo eso, el granjero recordó haber visto un carruaje, probablemente perteneciente a nobles, corriendo cerca de la mansión.

Eso fue todo lo que lograron reunir, pero al menos ahora sabían que era muy probable que tanto la Magia Oscura como nobles de alto rango estuvieron involucrados. El siguiente paso lógico fue enviar a Maria y Sora, que podían sentir la magia oscura, a la Asamblea Internacional, donde estarían la mayoría de los nobles del país. Fingirían ser sirvientes e intervendrían si pasaba algo.

¡Esta misión fue más grande de lo que pensaba! Cuando la magia oscura está involucrada, quién sabe qué podría pasar. ¡De miedo!

—También intenté investigar un poco yo mismo, pero no encontré nada interesante. ¿Y tú, Katarina? —me preguntó Lahna, y traté de recordar cualquier cosa relevante que pudiera haber escuchado en la Asamblea.

Propuestas de matrimonio para Keith, propuestas de matrimonio para Nicol… Muchas propuestas de matrimonio… Y luego, por supuesto, ese incidente con María y esos dos estúpidos nobles extranjeros. ¿Será que…?

—¿Es posible que los dos nobles extranjeros que intentaron secuestrar a María también secuestraran a esa niña?

—Dado el momento en que ocurrió el incidente, justo antes del inicio de la Asamblea, consideramos la posibilidad de que estuvieran involucrados nobles extranjeros. Sin embargo, es poco probable que alguien fuera de Sorcié sepa sobre la magia oscura y, lo que es más importante, el secuestro se llevó a cabo demasiado bien. Uno tendría que estar familiarizado con el lugar. Entonces, el culpable es probablemente alguien dentro del reino —respondió Lahna a mi pregunta.

Tenía razón, pero después de escuchar todas esas historias de César sobre lo inseguros que eran otros países, no pude evitar sospechar.

Incluso dijo que personas en el extranjero practicaban la trata de personas y que al gobierno ni siquiera le importaría.

De todos modos, ¿por qué estaba hablando de la trata de personas con él?, pensé. Corría detrás de María, luego, en el jardín, me salvó cuando escuché algo peligroso, que sonaba de esos viejos nobles extranjeros… ¡Así es! ¡Decían que se podían comprar niños con magia a Sorcié en un puerto!

Estaba tan sorprendida por esa información que pensé que necesitaba hablar con Jared y los demás al respecto, pero todo el incidente de María me hizo olvidarlo.

Le expliqué lo que recordaba a Lahna y su rostro se oscureció de repente.

—El Ministerio tiene información sobre todos los niños que pueden usar magia, y en este momento esa niña es la única que falta. Si esos hombres estaban hablando de comprar un niño así, es muy probable que estuvieran hablando de la hija del barón. ¿Recuerdas cómo eran esos dos hombres?

—Nunca vi claramente sus caras… Todo lo que sé es que tenían mucho peso extra alrededor de la cintura.

Sin embargo, para ser honesta, eso se aplicaba a la mayoría de los nobles antiguos.

—Ya veo. Pero aún así, ¿cómo podían los extranjeros infiltrarse en la mansión de un noble y cómo iban a conocer la magia oscura para empezar? A menos, por supuesto, que alguien de Sorcié los haya ayudado… —dijo, hablando principalmente para sí misma mientras consideraba varias posibilidades con un dedo en el labio—. Gracias, Katarina, esa información resultará útil —dijo luego—. Se lo contaré a Cyrus y lo analizaremos más a fondo. Vuelve a descifrar el Pacto Oscuro. Y si recuerdas algo más, ven y cuéntamelo.

Luego salió rápidamente de la oficina.

—Ahí va… —dije, y luego noté que Sora me miraba con incredulidad.

—¿Cómo te las arreglas para olvidar algo así? —preguntó.

—Hm, supongo que después del incidente con María no pude pensar en nada más.

—De todos modos, —dijo, suspirando—, es increíble que tú, sin saber nada, hayas podido encontrar más información que yo.

Sonaba genuinamente impresionado.

—Sin embargo, no fue más que una coincidencia.

—Coincidencia, cierto… Al igual que con el Pacto Oscuro.

—Sí, así como así… 

Al ver que la expresión de Sora se volvía más seria, de repente me sentí nerviosa.

No estoy haciendo nada malo, lo juro… El familiar oscuro y el pacto oscuro son solo partes del juego, y no puedo hacer nada al respecto. No elegí ser la villana, pero ¿qué podía hacer?

Quizás Sora, con un sexto sentido exclusivo de los intereses amorosos del juego, sospechaba de mí.

Pero lo que dijo a continuación refutó ese pensamiento.

—Realmente te quedas atrapada en las cosas más peligrosas. Ten mucho cuidado, ¿de acuerdo? —dijo, preocupado.

Me sentí aliviada y muy feliz. La gente que me rodeaba, lejos de sospechar que yo estaba haciendo algo malo, siempre me cuidaba y eso me llenaba de alegría.

—¡Gracias! —respondí y luego nos pusimos manos a la obra.

Dejé a Sora y fui a la sala de reuniones que estaba usando para trabajar en el pacto y descubrí que María ya estaba allí.

—Buenos días, señorita Katarina. Debes estar cansada después de la Asamblea —dijo, y me sentí aliviada al ver que su rostro, que se había visto tan sombrío hace solo dos días, haya vuelto a la normalidad.

—Buenos días. Tú también debes estarlo.

—Oh, para nada. Al final, mi misión no dio frutos —dijo, decepcionada.

Probablemente todavía no había oído hablar de las últimas noticias, así que le repetí lo que le dije a Lahna antes.

—Eres increíble, señorita Katarina. ¡Pensar que obtendrías tanta información sin saber nada del incidente! —dijo, mirándome con asombro en sus ojos.

—Fue sólo una coincidencia… —dije, haciendo un gesto para alejar el temor inmerecido como si fuera una mosca—. Lahna dijo que cree que un noble Sorcié debe estar involucrado y que lo investigará. ¿Qué piensas? —le pregunté, y ella se llevó un dedo a la barbilla pensativamente.

—Estoy de acuerdo. Alguien de nuestro propio reino debe estar involucrado. Visité el pueblo donde vivía la niña y no sería fácil para un extranjero llevar a cabo un secuestro allí —dijo.

A diferencia de mí, ella había estado en la escena del presunto crimen.

—¿Y cómo se veía? Escuché que la magia oscura probablemente estaba involucrada, pero ¿estaba esa aura oscura habitual alrededor?

—Era una tranquila ciudad rural donde nunca se esperaría que ocurriera ningún crimen. Todos, incluidos los agricultores y la familia del barón, conocían a los demás, y parecían estar en buenos términos independientemente de su estatus —explicó—. Pero dado eso, probablemente se darían cuenta de inmediato, y lo recordarían bien, si vieran a un extraño. El hecho de que no lo hicieran es lo que se sintió extraño. Fue suficiente para convencerme de que la magia oscura estaba en juego, incluso sin el aura habitual que la acompaña. Y luego curé las heridas de alguien con magia de luz… 

—Y cuando usaste tu magia, recordaron lo que sucedió ese día, ¿verdad?

—Sí. Fue una coincidencia, por supuesto, pero creo que mi Magia de Luz contrarrestó la Magia Oscura. También intenté hacerlo con otras personas que decían que sus recuerdos eran confusos, pero no funcionó.

—¿Lo probaste con otras personas? —repetí sorprendida.

—Si. Pero, lamentablemente, ninguno de ellos recordó nada.

No sabía si eso dependía de cómo se usaba la Magia Oscura, de las personas en las que se usaba o de los límites de su propia magia, pero solo pudo obtener información de esa persona, que había visto algo que parecía el carruaje de un noble.

—Pero gracias a ti, ahora sabemos que los nobles extranjeros están involucrados y que la trata de personas está teniendo lugar en un puerto en algún lugar de nuestro país. ¡Tu ayuda ha sido muy útil! —dijo, dándome esa mirada impresionada una vez más.

¡Oh, María, para! Cuando me miras así, me siento tan, tan…

De repente, María bajó la mirada. 

—Quiero encontrar a esa chica lo antes posible. Solo tiene doce años … Debe estar muy asustada en este momento —dijo, luciendo horrorizada.

—María…

Después de que esos dos hombres la arrastraron a su habitación hace dos días, pensar en el secuestro de esa chica debió haberle afectado mucho.

—Sí, hagamos nuestro mejor esfuerzo y salvémosla lo antes posible. Magia oscura o no, ¡no hay problema! ¿Recuerdas el secuestro de Keith? ¿Y la misión del tanuki? ¡Resolvimos esos sin problemas! 

Ya habíamos pasado por dos (tres, si contamos lo de Raphael en la Academia) incidentes relacionados con la magia oscura, y tuvimos éxito. Incluso derrotamos a un dragón durante el examen del Ministerio: uno o dos viejos nobles extranjeros no serían un problema.

Está bien, técnicamente fue Pochi quien derrotó al dragón, pero aún así… ¡Espera, es cierto! Se suponía que debía mantenerlo oculto todo el tiempo en el castillo, ¡así que me olvidé de Pochi!

—Si la Magia Oscura está involucrada, ¡quizás Pochi pueda ayudar! ¡Pochi! —grité hacia mi sombra y escuché un rápido “¡Guau!” como respuesta.

Me había olvidado por completo de él por el seminario y la Asamblea, así que me alegré de ver que todavía estaba bien. Estoy tan contenta de que los familiares no necesiten ser alimentados…

—¡Si! Pochi siempre está contigo después de todo —dijo María con una sonrisa, escuchándolo ladrar.

—Sí, él siempre está ahí para salvarme cuando estoy en problemas —dije con orgullo.

Sin embargo, me pregunté por qué no había salido a salvarme mientras esos estúpidos nobles me iban a hacer daño en el castillo. 

¿Quizás es porque no lo llamé?

—¿Señorita Katarina? ¿Qué sucede? —preguntó María preocupada, viéndome perdida en mis pensamientos.

—Oh, no es nada. ¡Ahora volvamos a los pactos! ¡Quizás haya algún hechizo que pueda ayudarnos a salvar a la hija del barón! —dije.

Pochi probablemente tenía una buena razón para no salir, y tampoco es como si yo le hubiera pedido que lo hiciera.

La próxima vez que tenga problemas, me aseguraré de llamarlo para pedir ayuda, pensé, y abrí el Pacto Oscuro frente a mí por primera vez en mucho tiempo.

Ver las páginas llenas de esas complejas letras que no entendí de inmediato me hizo sentir cansada.

♦ ♦ ♦

—Has hecho todo lo posible, Sarah. Gracias —dijo, acariciando mi cabeza, pero la decepción que estaba sintiendo por mi propio fracaso no desapareció.

Mi misión era pedir prestada su ayuda y colarme en la Asamblea Internacional para acercarme a Katarina Claes. Ella tenía el Pacto Oscuro que habíamos estado buscando. Se suponía que debía espiarla y, si era necesario, quitarle sus recuerdos, pero no pude acercarme a ella en absoluto.

Era su Familiar Oscuro lo que me había alejado de mi tarea. Una vez que se dio cuenta de mí, hizo todo lo posible por estorbarme. Tan pronto como intentaba acercarme, salía y me mostraba los colmillos.

Ese mestizo ingrato, intimidando a la misma persona que lo creó…

Y el hecho de que Katarina pudiera seguir viviendo normalmente mientras escondía un Familiar Oscuro a su sombra era extraño. El hombre al que le di el familiar dragón terminó siendo consumido por la oscuridad y volviéndose loco, pero nada de eso le estaba sucediendo.

Quería saber más sobre ella, pero estaba demasiado bien protegida. Tenía tantos seguidores que actuar de forma grosera podía ponerlo en peligro.

Desde que me salvó de ese lugar oscuro y aterrador, mis sentimientos hacia él siempre habían sido los mismos. Felizmente daría mi vida por él.

No podía dejar que le pasara nada. El único deseo que tenía era protegerlo y hacerlo feliz, cueste lo que cueste. Incluso si significaba quitarle la vida a otra persona.

♦ ♦ ♦

Yo, Susanna Randall, más conocida como Lahna Smith, estaba hablando con Jeffrey Stuart, el príncipe más viejo de Sorcié y mi prometido, en su habitación.

—Así que ustedes en el castillo ya lo sabían —comenté, sorprendida.

Cuando obtuve información muy útil de una de mis subordinadas, Katarina Claes, me apresuré a contárselo a Jeffrey, pero ya había oído hablar de eso en otro lugar. Además, ya había enviado a uno de sus hombres a investigar, por lo que tenía más y mejor información que yo.

—Eres tan rápido como siempre para descubrir cosas y reaccionar a ellas, ya veo —le dije, y él me dio su habitual sonrisa relajada.

—Sabes que prefiero trabajar detrás de las cortinas, a diferencia de ti.

Eso fue algo preocupante de decir, si realmente lo pensaba. Podría haber sido inadecuado para un príncipe, pero no fue sorprendente viniendo de él, que estaba tan obsesionado con sus hermanos que básicamente los acechaba continuamente.

—Sin embargo, podrías haberme hablado de tu nueva información. ¿Por qué no lo hiciste? —le pregunté, como si quisiera regañarlo, y bajó las cejas con una expresión de disculpa que parecía muy ensayada.

—Solo la recibí hace dos días, y considerando de dónde venía, tenía que asegurarme de que fuera confiable.

—¿Por qué? ¿Quién te lo dio?

—El príncipe de Ethenell que estuvo en la Asamblea representando a su país.

—Esa es la fuente… 

—Sí, por eso necesitaba tiempo para investigar adecuadamente y, por supuesto, para convencer al príncipe de que no hablara de eso fuera de aquí.

Satisfecha con su explicación, decidí no quejarme más por su retraso.

—Y resulta que el príncipe obtuvo la información del mismo lugar que la señorita Katarina.

—¿Cómo es eso?

—Ellos estaban juntos en ese momento.

—Ya veo…

Eso significaba que las fuentes afirmaban los mismos hechos, pero lo más importante, me preguntaba por qué Katarina estaba junto con el príncipe de Ethenell.

—He escrito todos los detalles en estos documentos, para que pueda leerlos cuando lo desee en el Ministerio. Aún me queda mucho por hacer ahora que la Asamblea terminó, tanto que he tenido que dejar de disfrutar de mis queridos hermanos —dijo.

Realmente no necesitaba escuchar la última parte, pensé mientras me entregaba los documentos. De todos modos, era cierto que estaba ocupada, así que rápidamente me fui y comencé a leer mientras viajaba en el carruaje que me llevaría de regreso al Ministerio.

El informe era una explicación detallada y fácil de leer de por qué Katarina y el príncipe de Ethenell estaban juntos en la Asamblea y cómo obtuvieron su información. El apego de Jeffrey a sus hermanos rayaba en lo perverso, pero era increíblemente hábil en su trabajo.

Y la información en esos documentos, como pensé, hizo que pareciera probable que el Pacto Oscuro estuviera en juego.

Últimamente incidentes como estos habían ido en aumento, y tenía la sensación de que Sarah, la mujer que desapareció de la mansión de ese marqués que había intentado obtener Magia Oscura, estaba involucrada. A veces fue vista cerca de los sitios de crímenes relacionados con la magia oscura, pero aún no teníamos idea de cuáles eran sus intenciones.

Sin embargo, me di cuenta de que probablemente no estaba actuando sola. Creí que había alguien moviendo sus hilos, alguien poderoso, con una influencia considerable dentro del reino.

Ahora que la realeza ya no luchaba por la corona, Sorcié estaba en paz. ¿Estaban estas misteriosas figuras planeando manchar de sangre el país una vez más?

Si ese es el caso, debo detenerlos a toda costa.

Sentada sola dentro de mi carruaje, me mordí el labio.

♦ ♦ ♦

Habían pasado unos días desde el final de la Asamblea. Después de disfrutar de un almuerzo satisfactorio, estaba trabajando en el pacto junto con María, cuando Sora, quien estaba haciendo entregas en varios departamentos, vino a vernos.

—¿Cómo te va? ¿Hiciste algún progreso? —preguntó, con una sonrisa burlona.

—Pasar tiempo en el castillo sin pensar en ello ha hecho que sea aún más difícil de entender —dije, hinchando mis mejillas.

Oímos un golpe repentino en la puerta, que se abrió rápidamente. María, Sora y yo miramos, confundidos, cuando vimos a Lahna irrumpir.

—Resultó que la información de Katarina era correcta, y el puerto del que esos hombres estaban hablando es probablemente Puerto Océano, donde se lleva a cabo el comercio entre Sorcié y Ethenell, y debemos ir allí ahora mismo para asegurarnos —dijo en un suspiro, como si no pudiera perder un segundo antes de llegar allí.

Ya estábamos mentalmente preparados para ser arrastrados a Puerto Océano, pero por suerte Cyrus entró y logró convencer a Lahna de que ir allí ahora mismo, sin estar preparados, era una mala idea. Sin embargo, ella todavía insistió en que fuéramos allí lo antes posible.

Pensé que ahora que la Asamblea había terminado podría descansar un rato, pero parecía que no tendría tanta suerte; era hora de prepararnos para nuestro viaje a Puerto Océano.

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