Solo soy la hija “normal” de un duque – Capítulo 42: Festival de los amigos de Sui

Traducido por Lugiia

Editado por Yonile


El abuelo de Sui, quien corría a una velocidad increíble a pesar de su edad, era el jefe de la aldea de los elfos. Y, tal como dijo, celebró un festival para su nieto solo por haber hecho amigos. Aunque… parecía ser más una cena para toda la aldea que una celebración.

Avergonzado, Sui mantuvo su cabeza baja mientras su abuelo no paraba de sonreír. Sin embargo, a diferencia del aura alegre entre ellos, nuestro entorno parecía extraño.

Decidí seguir charlando con el abuelo sin molestarme en leer el estado de ánimo y mantuve la calma como cuando acompañaba a Dirk en las fiestas nocturnas de los caballeros.

—Entonces, señorita Rosarin, ¿cómo logró recibir la protección espiritual de nuestro Sui?

De alguna manera, los otros aldeanos… ¿aldeanos elfos? Es complicado, así que seguiré usando solo “aldeanos”… Parecían estar curiosos también. No hay nada que pueda lograr mintiendo, así que decidí decir la verdad.

—Siento mucho todo lo que ha ocurrido a causa de mi nieto —dijo el abuelo después de escuchar mi relato.

No debería disculparse. Después de todo, no le presto mucha atención a esos acontecimientos.

—No se preocupe, es cosa del pasado. En estos momentos…, o mejor dicho, desde antes, he estado recibiendo mucha ayuda de Sui. Es muy trabajador, ¿sabe? Cuidamos juntos de mis plantas —dije con una sonrisa.

No lo hago gratis. Recibo compensación de tu parte —interrumpió Sui, avergonzado por mis elogios.

—¿Compensación, dices? ¿Te refieres a los bocadillos? Te doy bocadillos porque eres realmente adorable cuando te atiborras de ellos.

¡¿Qué…?! —Él se atragantó ante mis palabras, pero yo decidí continuar.

—Parecen gustarle mucho las natillas. Cada vez que un postre tiene eso como base, se transforma en un hada pequeña y los mastica con alegría. Por lo general, no cambia su forma, pero lo hace en ese momento para comer. Es muy adorable.

Rosarin tiene una mala personalidad, ¿no es así…?

—Me honra tu elogio.

¡No te estaba elogiando!

Es inusual ver a Sui gritar con su rostro rojo y, a la vez, estar tan relativamente frustrado.

—Princesa, ¿recibió su protección aun sabiendo que era un hereje?

Tanto la expresión de Sui como la de Hal se pusieron rígidas ante la pregunta de Sugar.

—No lo sabía. Sin embargo, aunque lo supiera, mi elección no cambiaría. Sui es mi amigo.

—Si es usted, princesa, cualquier espíritu le obedecería, ¿no es así? No tenía que aceptar a este demonio…

—No busco espíritus que me obedezcan. Lo que busco es una relación de igualdad, eso es todo. Además, desde hace un momento, solo has sido grosera con mi amigo. No me controlaré si esto sigue —respondí de forma traviesa; sin embargo, además de liberar poder mágico y una presión de intimidación, mis ojos no sonreían.

—Por favor, cálmese. Me disculpo ante la rudeza de mi compañera. Parece que Sugar está afectada por su poder mágico y no puede respirar —comentó Myrha.

Ante sus palabras, suprimí mi poder mágico. Lo que liberé a propósito hace unos momentos solo era la mitad de mi poder.

—Sí, no pude evitarlo…

—Q-Qué miedo…

—C-Como se esperaba de la favorita de Martha…

Aunque mis acciones asustaron por completo a todos a mi alrededor, no me importaba.

—Sui es muy bondadoso, ¿saben? Me trajo la Magchelia sin decir nada para que no estuviera en peligro, e incluso me consiguió estos pendientes para protegerme. No sé los demás, pero yo no perdono a los que desprecian a mis amigos. Si eso sucede, los haré pagar.

—¡Tranquila,  no dirán nada más, así que no necesitas hacerlos pagar! Aun así, ¿qué pensabas hacer?

—No se puede evitar. Estoy molesta. Sui, ¿qué harías si alguien estuviera hablando mal de mí frente a tus ojos?

Le lanzaría unas cuantas orugas…

—Bueno, haré lo mismo.

—No, solo discute con palabras —interrumpió Binet, nuestro tanque taciturno.

—Entiendo. Los atormentaré mentalmente con palabras y luego les lanzaré orugas.

—¡Solo lo empeoraste! —exclamó Myrha. Hmm, no necesita estar tan sorprendido.

—Bueno, dejando de lado el método de venganza… ¿Quieres volver a casa, Sui? Cuando estemos en la mansión, podemos visitar al abuelo en secreto usando magia de teletransportación y no me importa volver enseguida si te sientes incómodo.

Está bien. Obtengo lo que me merezco.

—¿Eh? ¿Qué quieres decir?

Las personas de esta aldea me llamaron asqueroso, así que no se puede evitar que me odien después de haberlos hostigado mientras les lanzaba orugas.

—Sí, pero aunque tú tengas la culpa de eso, ellos también la tienen por otro lado, ¿no es así? Entonces, ¿puedo vengarme?

¡¿Eh?!

—Los que hacen que Sui se entristezca también son mis enemigos.

¡Está bien, no tienes que hacerlo! ¡No lo hagas!

—Bueno, solo los castigaré mentalmente añadiendo un poco de la magia que usé para ayudar a Dirk…

¡¿Es la de los zombis, verdad?! ¡No lo hagas! ¡El viejo podría morir del susto! ¡Definitivamente le dejarás un trauma!

—Se llevan bien, ¿verdad? —comentó el abuelo mientras observaba nuestro intercambio con una sonrisa.

—¡Jefe, deténgalos por favor!

—De ninguna manera. Es cierto que no puedo hacer nada contra las travesuras de mi nieto, pero lo que ustedes hicieron tampoco merece pasarse por alto. Será una buena medicina.

¡Viejo, te lo ruego, no consientas esto! ¡Definitivamente se convertirá en un gran desastre!

¿Qué piensa Sui de mí? Bueno, ya que parecía estar desesperado, decidí parar.

Como no tenía nada más que hacer, empecé a hablar sin parar con el jefe de los elfos sobre los gestos de Sui que me parecían adorables.

—Un día, mientras estaba abrazando a mis otros espíritus, nos dirigió una mirada llena de envidia. Cuando lo agarré y apreté sus mejillas, me dijo que no le gustaba eso, pero ni siquiera trató de escapar. Luego, el otro día, tenía una sonrisa en todo su rostro. Era muy adorable. —Me detuve un momento mientras observaba a Sui temblar de la vergüenza y continué—: Dice que no tengo que agradecerle, pero se ve que es feliz cuando se le mira con atención. Además, también arregla las flores en mi habitación todos los días y, cuando estoy cansada, me sirve un té de hierbas de manera casual. Su consideración y gentileza es algo muy maravilloso de él.

Me sorprende tu poder de observación, Rosarin.

—Fu, fu, fu, te observo con mucho cuidado, ¿sabes? Eres relativamente más directo que Hal y Kou, pero parece que no te gusta que te adulen, así que suelo observar tu comportamiento.

Lo siento, este es mi límite. Por favor, detente, Rosarin… —suplica Sui sin poder aguantar más su vergüenza.

—Hmm, podría considerar detenerme si me das un fuerte abrazo.

¿Aún quieres continuar?

—Puedo seguir hablando al menos una hora más, ¿sabes?

E-Entendido.

Sui, en su forma de niño, me abraza y una pequeña calidez emana de nuestro contacto. Cuando me acurruco más cerca, deja escapar una risa como si le hicieran cosquillas.

Es demasiado lindo. Los tsunderes son maravillosos.

—Me alegro. ¡Me alegro de que seas feliz por encima de todo! ¡Estoy tan feliz!

Oh, el abuelo comenzó a llorar. ¿Eh? Los elfos a nuestro alrededor también… ¡Incluso Sugar está llorando!

—Lo siento mucho —dijo Sugar entre sollozos—. Te juzgué solo por ser un hereje… Nunca te he visto hacer ese tipo de expresión. Lo lamento mucho.

El rostro de Sugar se convirtió en un desastre… incluso el de Sui iba por el mismo camino. Tuve el presentimiento de que un pañuelo no sería suficiente, así que saqué una toalla de baño.

Según Sui, las creencias y prejuicios de los elfos son muy fuertes.

Por el momento, la actitud de los elfos parece haberse suavizado. Además, tanto Sui como los elfos se disculparon mutuamente, así que supongo que todo salió bien…

Después de ver nuestra relación, la imagen que tenían los herejes de ser malos, ha mejorado un poco. Hay niños como Hal que pueden ser muy buenos cuando lo intentan, así que todo esto es un progreso.

Así pues, el festival de los amigos de Sui llegó a su fin, y decidimos pasar la noche en la casa del jefe elfo.

Informé a mi familia… pero me olvidé del espíritu de oscuridad, así que cuando el preocupado espíritu quedó atrapado en la barrera de la aldea, se armó un gran alboroto. Sin embargo, es una historia para otro momento.

Lamento mucho haberme olvidado por completo de ti, espíritu de oscuridad…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido