Traducido por Kiara
Editado por Susibet
Ergnade nos guió a nuestras habitaciones, y tan pronto como cerró cuidadosamente la puerta detrás de él al salir, Claudia ya no pudo contener su emoción y saltó sobre la cama.
— ¡¿Wha?!
Ante la acción repentina y excéntrica de Claudia, las dos mujeres de la aldea de Cyril saltaron también. Fue demasiado repentino para ellas.
Claudia hundió la cara en las sábanas, rodó y arrugó las sábanas. Vas a hacer un lío con mi cama.
—Ahh, ¡Ser un caballero, es tan digno y hermoso!
Con su cara todavía enterrada en la cama, Claudia hizo ese comentario. Estaba asombrada y sin palabras, y solo miré a Claudia con una sensación extraña. A ella realmente le gusta la idea de ser caballero. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 38: Según los deseos de uno”