Traducido por Shisai
Editado por Sharon
Mientras yo, Nicol Ascart, sostenía en mis brazos a Katarina, quien se acababa de desmayar, me debatía entre el pánico y el arrepentimiento. Verla por primera vez en tanto tiempo ya me había llenado de alegría, pero comer con ella, los dos solos, hizo que la emoción se me subiera a la cabeza. Incluso pronuncié frases románticas que no diría, solo porque Katarina pensó que no le hablaba directamente a ella.
La forma en que se sonrojó y sacudió la cabeza, como para convencerse de que, efectivamente, no le estaba hablando a ella, era tan entrañable que no pude evitarlo. Me pasé de la raya. Se desmayó. Leer más…