Traducido por Melin Ithil
Editado por Anyi
Ni en sus sueños se habría imaginado que quien agregó el azafrán en secreto en la medicina de la consorte Ying, sería en realidad aquel que le dio, amor devoto con valor de tres mil ¿por qué tenía que ser así?
La impresión que tenía del emperador era que era una persona débil y cobarde, sin el aire de coraje o dominio que debería tener un monarca. Sin embargo, daba la casualidad de que al escuchar su voz a solas en ese momento, le hacía sentir una capa de opresión sumamente inescrutable. Hace dos años Zheng Liu pudo alzarse victorioso sobre los otros príncipes, confiando en aquella fachada de benevolencia, pero ¿podría ser que fuera solo una imagen falsa?
Pensando en ese punto, no importaba cuan fuerte pudiera ser su mente tranquila, ella tampoco podía abstenerse de gotear sudor frío. Giró su cabeza para mirar a De Yu y su rostro también estaba pálido, con sus labios tan finos como el papel. Se rió con amargura por dentro, recordando de repente una advertencia que su madre le había dicho desde joven. Más allá de la gente, hay más gente. Más allá del cielo, hay más cielos. El arte del engaño es vasto, con alcances ilimitados y aquel que se sienta en una posición elevada, debía guardar algunos trucos bajo la manga y nunca debía pasarse por alto. Su mano se apretó en un puño y solo cuando sus uñas se clavaron en su piel, infligiendo dolor, se deshizo gradualmente de esa sensación de miedo y pánico. Calmándose, apretó suavemente sus labios, mientras se escondía en silencio en la oscuridad.
—Lou Che tiene un gran poder y el príncipe Duan es muy dominante. Yo he sido capaz de resistir hasta el día de hoy, este ya es el límite absoluto, ¿cómo podría tolerar aún más que ella diera a luz a ese vil engendro? —Su pregunta de respuesta parecía estar llena de un tono práctico.
—No tienes corazón… claramente no estás seguro de quién es el hijo en realidad… De hecho, también eres muy lamentable; para poder sentarte en el trono del dragón, no puedes vivir como tú mismo, incluso cuando te enfrentas a alguien que comparte la misma almohada que tú, todavía necesitas actuar… ¿Podría ser que colocar tanto dolor y sufrimiento en los demás, te haga feliz? —La risa de la consorte, parecía haber restaurado su gentil gracia habitual, pero todos los que estaban en el salón lo entendieron, su espíritu ya estaba a punto de colapsar.
—Como alguien que ya está a punto de morir, no hay necesidad de pensar demasiado en nada, simplemente disfruta el resto de tu tiempo.
El pasillo una vez más se hundió en el silencio. Gui Wan se sintió como si una piedra estuviera atascada en su pecho, su cuerpo se sintió de repente frío, de repente caliente, golpeándola alternativamente y sus pensamientos estaban bastante revueltos. Su estado de ánimo era tan sombrío como si su cuerpo se hubiera hundido en una oscuridad sin límites.
—Su Majestad… —La voz de duelo de la mujer sonó una vez más, suave, pero tristemente pregunto—: ¿Alguna vez me amó?
Un leve sonido de burla, como si lo que escuchó fuera una broma, sonó en su voz:
—Si todavía tuvieras un poco de uso, creo que todavía te amaría por un tiempo.
—Entonces, ¿ama a la consorte Ying?
—Amor… por su puesto que la amo. Ella no es más que una gran pieza de ajedrez que puedo usar para mantener a Lou Che bajo control. Por ahora, no tengo ningún pensamiento de descartarla.
La consorte Li se rió. Río salvaje e insolentemente, pareciendo como si algo grandioso acabara de suceder, en absoluto como alguien que estaba a punto de morir.
La risa se ahogaba tan abruptamente que la voz del encanto diabólico preguntó con desbordante ternura:
—¿De qué te ríes?
Su respiración estaba entrecortada, que solo pudo inhalar pequeñas cantidades de aire con dificultad, exhalando desarticuladamente las palabras:
—Su Majestad… es tan lamentable… en realidad… no… no entiende… lo que es el amor. —Finalizando esas palabras toda su respiración pareció desaparecer por completo, su ropa entró en contacto con la superficie del suelo y su cuerpo se deslizó lentamente hacia abajo. Solo el odio y el resentimiento se quedaron atrás antes de su último aliento, pareciendo haberse quedado en el pasillo. Los sentimientos de duelo persistieron, de tal manera que incluso el perpetrador parecía haberse congelado en el lugar, sin decir una sola palabra, sin hacer un solo movimiento.
Nunca pensó que la vida de la consorte Li terminaría ahí, así que se sintió a disgusto, pero, al mismo tiempo, también dio lugar a sentimientos de compasión. Antes de morir, todavía había revelado una ligera muestra de buena voluntad, sin mencionar que su propio destino era tan trágico…
—¿Escuchaste lo suficiente? —Pasos se acercaban con lentitud, preguntando suavemente.
Detrás del trono del dragón, su corazón se resistía a latir, y todo su cuerpo se enfriaba como el hielo, como si la arrojaran a un pozo de hielo. En su mente se produjo una ilusión, en la que, quien se acercaba, no era el hijo del cielo, sino un demonio. Todo, por esa sensación demoníaca que experimentó de haber escuchado su voz que aún persistía en su mente, afectó indirectamente su juicio. Si el trono del dragón estuviera colocado con ambos lados abiertos, definitivamente elegiría sacrificar a De Yu sin dudarlo, pero el trono del dragón estaba unido al pilar de cristal de vidrio, así que solo su lado estaba abierto.
Zheng Liu parecía estar torturándolos de manera deliberada. Sus pasos eran muy lentos, acercándose de manera rítmica, de manera muy lenta y suave, como el polvo que se niega a pegarse a la superficie.
Su corazón latía rápidamente como loco. Por primera vez se sentía tan cerca de la muerte, no se había sentido así ni cuando su cuerpo cayó junto al caballo en el valle de Feng Qi, o cuando la flecha larga de la tribu Nu pasó rozando su manga. Se sintió tan alarmada que cientos y miles de pensamientos fugaces pasaron por su mente, pero ninguno podía ayudarla a escapar de aquello. Los pasos se detuvieron de repente. Separándose del respaldo del asiento, parecía escuchar una ligera risa en las proximidades. Una vez que su mente se distrajo, una mano ya la había agarrado por el hombro, su cuerpo se soltó con fuerza del respaldo del asiento, tropezando, todo lo que pudo escuchar fue un sonido desde su cuello. Cayó al frente del trono del dragón.
Al levantarse, el sombrero de eunuco ya se había caído, su cabeza con un elegante cabello de seda se soltó de la atadura de la horquilla vidriada, extendiéndose como la más alta calidad de seda negra. La horquilla vidriada golpeó el suelo, creando un impacto contra el piso de mármol, con un sonido claro como la rotura del jade. Sorprendida por el sonido, sé recuperó de inmediato, con el corazón tranquilo como un espejo y la mente clara como el agua. Levantando la cabeza, miró al hijo del cielo.
Con el cabello recogido en una corona dorada, ropa interior de túnica confuciana blanca y una túnica amarilla muy casualmente en capas en la parte superior. No sé sabía si no había prestado atención o si no se organizó después de las molestias con la consorte Li. Justo en ese momento, su falda estaba ligeramente arrugada, al lado de su frente había mechones colgando sueltos de cabello. El emperador, generalmente refinado, llevaba tres puntos de maldad en ese momento, lleno de aire de arrogancia, el aire noble de la familia imperial fue exhibido fuertemente, sus ojos con una mirada de ligera sorpresa miraron cuidadosamente a Gui Wan.
Originalmente había pensado que era un pequeño eunuco quien había traspasado al salón Yu Gan, pero después de sacar a la persona, en realidad se convirtió en una pequeña hada, elegante hasta el punto de tener un porte extremadamente elegante, una mirada y pudo reconocer a la que estaba frente a él.
—¿Señora Lou? —Sus palabras contenían una ligera risa, parecía que hubiera encontrado algo interesante.
Echando sus mangas hacia atrás casualmente, sin siquiera darse cuenta de lo cómoda y elegante que era esa acción, su mano se presionó contra el piso. Estaba a punto de levantarse, pero eso solo le hizo darse cuenta de que su cinturón había sido liberado con ese fuerte tirón de antes. Su ropa se había enganchado a la decoración del trono del dragón desde la parte trasera del cuello hasta la cintura del lado izquierdo, haciendo un gran agujero. Ahora mismo con sus movimientos, la ropa se había abierto, revelando su espalda de jade y su hombro fragante. Solo pudo fruncir el ceño levemente y luego sonreír. Se puso de pie y sin preocuparse por la ropa que se le resbalaba del hombro, sonrió levemente y miró al emperador, diciendo respetuosamente:
—Saludos, Majestad.
—Tranquila como el agua, cabello negro como la seda, sonrisa como ciruelas ligeras y una piel blanca cuál luna, verdaderamente una belleza difícil de conseguir. —Los delgados labios de Zheng Liu cantaban alabanzas, mientras sus ojos daban círculos alrededor de su cuerpo. Las palabras que aún tenía que decir eran sobre su presencia que llevaba un encanto indescriptiblemente único y también una naturaleza tan casual y despreocupada que daban una vista que hacía que su corazón se estremeciera de emoción. Alzó las cejas y una mirada aguada pasó por sus ojos—. ¿Qué estaba haciendo la señora Lou detrás del asiento? ¿Podría ser que también se interesó mucho en esta tierra de origen dragón?
Hoy acababa de descubrir cuán formidable era aquel monarca, un hombre completamente diferente en comparación con el emperador que originalmente confiaba en Lou Che para tomar las decisiones. Si no fuera por esa oportunidad coincidente al verlo con sus propios ojos, realmente no se atrevería a creerlo. Con los labios delicadamente entreabiertos habló con una voz resonante:
—Gui Wan admira enormemente el aire de gran grandeza de la familia imperial y aprovechándome de que no había nadie aquí, entre para disfrutar de la vista, interrumpiendo el estado de ánimo estético de Su Majestad. Es mi pecado. —Actuando como si involuntariamente estuviera mirando a su alrededor, vio algunos rayos de luz que penetraban en el interior de la sala. Mirando más allá para mirar el área del trono del dragón se sorprendió en secreto, ahora sabía cómo la habían encontrado. Ella había tenido sus dudas. El emperador también era una persona común, ¿cómo había sabido que alguien se estaba escondiendo detrás del trono? Solo ahora se dio cuenta de que había mucho más en la iluminación del salón. Usando el efecto de los cristales de vidrio como un espejo, brillaba perfectamente sobre el vidrio, reflejando la situación de la mitad del espacio detrás del trono. Se asombró en secreto por los hallazgos, no se atrevió a mirar de nuevo, asustada de que él descubriera que todavía quedaba alguien más ahí. Volvió a mirar al hijo del cielo, en ese momento, mientras pudiera encontrar la oportunidad de dejar que De Yu gong-gong saliera del salón, la mitad de su vida, sin duda, se salvaría.
—El estado de ánimo estético de la señora parece ser bueno, ¿qué será lo que vio o que escucho? —Sonreía con escepticismo mientras decía aquello a la ligera y con una ternura tan vigorosa como siempre. Sin embargo, esos ojos claros y fríos estaban mortalmente clavados en ella, negándose a dejarla ir.
Esa pregunta era, sin duda, la más difícil de responder. Su corazón se mantenía firme así que reveló gradualmente una sonrisa:
—Escuché todo, pero no vi absolutamente nada. —Sus palabras sonaban divertidas, pero su respuesta fue dada de la forma más honesta.
—La honestidad de la señora es verdaderamente de un carácter moral muy noble, lo que dificulta también las cosas para mí, que una naturaleza humana tan virtuosa desaparezca ante mis ojos… —Albergaba una sonrisa como la brisa primaveral que escondía una intención asesina.
Su corazón realmente quería retroceder, pero solo podía obligarse a sí misma a apretar los dientes. Dando medio paso hacia adelante, colocó los mechones de su cabello que se habían caído hasta el lado de su mejilla detrás de su oreja.
—Su Majestad, ¿por qué debería entrar en pánico? Su servidora no es una persona a la que debe erradicar apresuradamente, ¿podría ser que Su Majestad cree que todo lo que sucedió hoy fueron malas acciones?
—¿Cómo podría estar equivocado? —Miró hacia abajo con toda la arrogancia del mundo.
—Solo aquellos que han hecho mal, tendrían que encubrir sus malas acciones y, ya que usted no ha hecho nada malo, entonces, ¿por qué Su Majestad debería sentirse incómodo en su corazón? —Al interrogarlo, sus ojos se mantuvieron ligeros y tranquilos, sin ira, sin pánico, como si estuviera hablando de hechos comunes.
—Los comentarios de la señora me han permitido ver la luz, ah. —Levantando su mano la acercó a su lado. Su rostro mostraba una expresión de emociones complejas, revueltas con admiración—. Hacen que casi no pueda soportar verte muerta.
Aquella mano se fijó ferozmente en su cuello, ejerciendo ligeramente un poco de fuerza, su cuello se estrujaba haciendo que le resultara difícil respirar. Levantó los ojos y se dio cuenta de la débil mirada de gran neblina dentro de los ojos ajenos, aunque desapareció en un instante, lo había visto y era real, no importaba que, era un rayo de esperanza. Su mano se agarró a la de Zheng Liu, que parecía haber visto algo inesperado y con una voz chillona habló:
—Consorte Li
Su agarre se aflojó a la vez que su rostro se oscurecía. Aunque no miró atrás, en ese mismo momento escucho un grito de sorpresa. Aflojo sus fuerzas y vio a la mujer con un rostro frío, ajustar lentamente su respiración.
Inhalando y exhalando levemente unas cuantas veces, recupero el aliento gradualmente, aunque estaba resentida por dentro. Al levantar su cabeza, el hombre que vio todavía tenía una sonrisa como la de las orquídeas en su rostro.
—Su Majestad no es en realidad una persona sin emociones, la consorte no murió injustamente.
—¿Crees que no te mate por ella? Es realmente ridículo, ni siquiera tenía esa habilidad cuando estaba viva, así que, ¿qué podría hacer estando muerta?
—Aunque no hay nada particularmente tabú de una persona muerta, las palabras que ya se han dicho, en realidad no se pueden borrar, incluso cuando se sienta en lo alto del trono del dragón, todavía hay cierto grado de impotencia, ¿verdad? —dijo melódicamente con una mirada fría.
—Mientras estés muerta, todo lo que pasó hoy, ¿quién más podría saberlo? —Emitiendo una risa horrorosa hasta los huesos, avanzó medio paso, cubriendo la figura femenina una vez más.
Ella se paró en el lugar, inmóvil. Incluso en el momento en el que el aliento del emperador llegó justo ante su rostro, ella todavía no hizo un solo movimiento; solo él se cerró con su mano una vez más colocada en su cuello. Volvió a mirarle con los ojos fríos, mientras lo miraba atentamente habló dubitativa:
—Conmigo muerta, ¿podría ser que Su Majestad sea capaz de olvidar todas esas palabras? Me temo que no, ¿verdad? —Su voz sonaba tan suave, como si penetrara a través del corazón.
Su movimiento se detuvo de manera rígida, pero la acción de agarrarle del cuello permaneció sin cambios, sin embargo, no usaba ni una pizca de fuerza. Haciendo una pausa por un momento, su delgada sonrisa apareció una vez más.
—Interesante, interesante… —Actuando como si hubiera sido involuntario. En el momento en el que sus dedos se separaron de su cuello, se deslizaron por el hombro expuesto de la mujer, haciendo que la túnica andrajosa se deslizara hasta su cintura. El cinturón se había aflojado hace mucho tiempo y con la ligera acción del emperador, descendió hasta el suelo, desprendiéndose así de la túnica exterior; por dentro, solo llevaba una camiseta muy fina. Su piel era como la nieve, de una figura delicadamente exquisita y con un rostro inmutable de carácter casual y despreocupado, y atractivo hasta el extremo, un impresionante encanto demoníaco.
Los ojos del hijo del cielo se oscurecieron levemente, deambulando repetidamente por el cuerpo de aquella mujer. Suspiro y dijo:
—La calma de la señora me da mucha envidia.
Al ver las profundidades de sus ojos claros y tranquilos, se sorprendió en secreto de lo impredecible que era esa persona. Sabiendo que su intención asesina había disminuido en ese momento, se relajó un poco.
—Su Majestad sostiene al mundo entero, ¿que hay en este mundo que no sea suyo? así que, ¿cómo podría envidiar a alguien más?
Pese a que la distancia entre ambos era extremadamente cercana, a Zheng Liu no parecía importarle las palabras que oía. Enredo un dedo alrededor de aquel fino cabello, girando, una y otra vez, como si esa acción le resultara divertida y no se cansara de ello. Con esa seda negra enrollada y atrapada entre sus dedos, se rio superficialmente a carcajadas. Dando un tirón del cabello, tomó a Gui Wan entre sus brazos. Colocó una mano firme en la cintura de la mujer mientras que la otra estaba envuelta en su cabello, y la acariciaba en el hombro de forma tierna y delicada.
—Eres tan inteligente, adivina, ¿al final te matare o no te matare? —le dijo gentilmente.
Justo en ese momento, ella había llegado a comprender un poco el carácter moral de aquella persona. Tenía una brutalidad extrema, maliciosa e insidiosa y lo más aterrador era que, todo ello estaba oculto bajo una apariencia exterior bien refinada, provocando que la gente se sintiera invadida por un terror escalofriante.
—Entonces, ¿por qué Su Majestad no hace una apuesta conmigo? —Sus labios se separaron hablando suavemente.
—¿Crees que tienes una apuesta lo suficientemente digna para apostar conmigo? —La ridiculizó ligeramente. La mano que envolvía la cintura ajena, aflojo su confinamiento, permitiéndole hablar cómodamente.
—El resultado aún es incierto, ¿por qué temer si hay una participación digna o no? —Sonó su melodiosa voz, en un tono gracioso y dulce.
Un estallido de risa salvaje resonó levemente en todo el pasillo mientras un fuego se encendía en lo profundo de los ojos del hombre. Con altivez y escepticismo, susurro suavemente:
—Realmente también quiero saber, ¿a qué apostaremos la señora y yo?
Su corazón se sintió como si se ensanchara un poco, sabiendo que solo dejaría su intención asesina temporalmente. Las esquinas de sus labios se contrajeron, dibujando una hermosa curva.
—En un plazo de dos años, veremos si Su Majestad consigue lo que desea. —De sus labios salió una apuesta por todo un país.
El emperador entrecerró finamente sus afilados ojos, agregando un poco de ese aire maligno de su persona y una aparente sonrisa fingida apareció en sus labios. El cabello envuelto alrededor de su dedo fue soltado y con la yema del dedo tocó ligeramente el cuello ajeno. En su helada piel, de un blanco puro y brillante, componía una pintura escénica con su dedo fino y delgado, claramente era una situación de vagabundeo entre la vida y la muerte, pero debido a su personalidad abierta y casual, pausada como el agua, surgía un rastro de astucia brillante.
—¿Señora, está tratando de usar una táctica dilatoria?
Su risa ligera resonó justo antes de responder sarcásticamente, sosteniendo en sus labios la implicación de una invitación a un funeral.
—Ya que Su Majestad lo sabe, ¿por qué no me mata? —Tomando en cuenta el orgullo del hijo del cielo, incluso si sabía que era una táctica dilatoria, definitivamente la aceptaría. Además, en un principio era una batalla de perseverancia dentro de la guerra del ingenio. La mayor amenaza del emperador son las dos personas de mayor poder dentro de la corte imperial, que no eran otros que Lou Che y el príncipe Duan. Para centralizar el poder imperial, debía eliminar las dos obstrucciones o utilizar las dos potencias, pero tras toparse con el verdadero carácter de Zheng Liu, solo podía temer que sucediera lo primero.
Sus ojos se fruncieron y la maldad debajo de sus ojos se derritió gradualmente, bajó la mano de su fino cuello y aterrizó en su hombro de jade. Bajando ligeramente la cabeza, el cabello suelto de su mejilla, tocó ese rostro brillante y delicadamente elegante. Ambos pares de ojos se encontraron, quedando nariz con nariz, solo a media pulgada de distancia entre sus labios, al punto que incluso al inhalar y exhalar podían sentir la respiración del otro. Un leve toque de fragancia se enredó entre ellos, engañando ligeramente su fuerza de voluntad por unos pocos puntos. Inclinó un poco más sus labios, rozando más allá de su mejilla y susurrando suavemente a su oído:
—Este juego, de hecho, tiene bastante significado. Dígame, con respecto a los asuntos de hoy, lo que me está engatusando al final, ¿es esta interesante apuesta o será…usted?
El aliento caliente entraba en contacto con su oído. Ella sabía que aquella intención asesina había desaparecido por completo, así que dejó salir suavemente una pequeña risa:
—La implicación más profunda en Su Majestad, ¿cómo podría una persona promedio estar siquiera a la altura?
Tan pronto como esas palabras fueron dichas, una luz brillante penetró repentinamente en el pasillo. Con un sonido ligero, un eunuco abrió las puertas y entró con un movimiento ligero arrodillándose en el suelo, diciendo en voz baja:
—Su Majestad… — Al no escuchar respuesta alguna, se atrevió a levantar la cabeza para echar un vistazo, solo para quedarse sin habla; se había quedado congelado. Dentro del pasillo tenuemente iluminado, solo había unos pocos rayos de luz, usando la iluminación exterior brillando, ahora mismo las dos personas frente al trono del dragón se pueden ver ante sus ojos. Li gong-gong identificó cuidadosamente a las dos personas y su corazón comenzó a latir caóticamente, en el fondo se preguntó si había encontrado justo el momento equivocado para entrar. El emperador de una manera extremadamente ambigua, tenía su brazo envuelto alrededor de una mujer con el cabello despeinado y ropa medio rasgada, exponiendo un área enorme de un hombro limpio como el hielo y piel blanca como la nieve. Aun al otro lado del gran salón, claramente podía reconocer a ese tipo de belleza diabólica y de encanto único; una vez visto era difícil de olvidar, claramente era la esposa del Primer Ministro Lou. Bajando apresuradamente la cabeza, actuando como si no hubiera visto nada, se arrodilló respetuosamente en la entrada del salón. Las puertas se cerraron lentamente dejando una presencia adicional residiendo dentro de la sala, que volvía nuevamente al silencio.
Zheng Liu aflojo ligeramente su fuerza; la mano envuelta alrededor de la cintura de Gui Wan se desplazó hacia abajo, levantando la ropa hecha jirones, ocultando aquella espalda y cubriendo su hombro de jade, luego levantó el cinturón descendente con patrones bordados, acomodandolo suavemente alrededor de su cintura. Sus acciones parecían muy ordenadas y metódicas, llenas de gran paciencia.
Algo sorprendida mientras observaba sus movimientos, lo dejo ser en silencio. Volviendo la cabeza hacia Li gong-gong que seguía absolutamente inmovil, se lamentó en secreto. Originalmente pensó que el eunuco principal dentro del palacio, Li Yu era alguien que Lou Che había enviado para monitorear a la emperatriz, pero mirándolo ahora, él también era uno de los observadores plantados por el emperador. Gritaba en su interior por lo arriesgado que era, este palacio tenía tantos aciertos y errores. Los corazones de la gente eran siniestros y reales, y absolutamente impredecibles.
Zheng Liu dejó escapar una risa profunda, miraba a la mujer con ojos afilados, pero sus palabras parecían tener una calidez y una dulzura ilimitada:
—¿Qué? ¿Es muy sorprendente?
Reuniendo ligeramente su expresión de modo que al girar su cabeza se aflojara un poco, sonrió aparentemente:
—Los corazones de la gente son insondables. Hace que me de cuenta de lo profundo que es… —Una aparente lamentación. Sin embargo, lo dijo de una manera juguetona, causando que su acompañante soltara un suave sonido de risa.
Con el cinturón por fin atado, aquellas manos se detuvieron y Zheng Liu se dio la vuelta para bajar los escalones. Sus pasos lentamente se dirigían al eunuco principal, el cual aún arrodillado en el suelo, parecía muerto del miedo y retrocedió un poco al verle acercarse. Hasta que al fin estuvo justo frente a él pudo ponerse de pie e informarle en voz baja, a lo que el emperador parecía estar cada vez más feliz y su sonrisa se espesaba un poco.
—Señora, ¿está dispuesta a hacer una pequeña apuesta conmigo ahora mismo? —Con una risa calculadora, sus ojos estaban fijos en Gui Wan, observando cuidadosamente su comportamiento.
Simplemente sin poder negarse, lo dejo ir con una sonrisa de una vista tan clara como la luna. Suspirando con tranquilidad, respondió con la misma suavidad:
—Con el estado de ánimo tan agradable de Su Majestad, ¿cómo podría atreverme a interrumpirlo?
Suponiendo que le respondería de esa forma, una sonrisa llegó al fondo de sus ojos. Caminó hacia el lado derecho del enorme salón hacia el pilar más discreto con incrustaciones de una pieza cuadrada de vidrio, extendió la mano y presionó ligeramente el vidrio, luego lo giró en medio círculo hacia la izquierda. En el lado izquierdo del Salón Yu Gan, en realidad había otra puerta.
Gui Wan observó en silencio; su estado mental se calmaba lentamente, pensando en cuando estaba escondida detrás del trono del dragón. En ese momento la voz de Zheng Liu sonó de repente, haciéndola recibir un susto. Al ver aquella maquinaria sofisticada se sintió reconfortada por la revelación, haciendo que se sintiera mucho más a gusto.
—Su Majestad… —llamó desesperadamente el gong-gong, preguntando a la ligera en consecuencia—. Los cadáveres de la consorte Li y la doncella… —Sin atreverse a tomar la decisión arbitraria él mismo, viendo que el estado de ánimo de su amo no era tan malo, preguntó con valentía.
Mirando al sirviente con el ceño fruncido, parecía impaciente. Aún no tenía la oportunidad abrir la boca, cuando una voz clara y pausada ya había aprovechado la oportunidad:
—Consorte Li estaba celosa de la consorte Ying y en realidad agregó azafran a la medicina para la prevencion del aborto espontaneo. Al ver que este asunto estaba a punto de ser sacado a la luz, no tuvo cara que darle a Su Majestad, así que se ahorcó en disculpa por tal ofensa. La doncella siguió a su ama a través del sufrimiento en recuerdo de las gracias pasadas. Su Majestad no profundizará en el asunto, manteniendo sanos los cuerpos de ama y sierva. —Gui Wan no bajó de manera apresurada, ni lenta los escalones del trono del dragón. Su voz era suave con ojos sonrientes, como la elegancia de la luna pese a la ropa hecha jirones que se abría un poco junto con sus movimientos, agregando aún más una influencia casual, a la persona elegantemente distinguible y admirable. Caminando hacia el gran salón, su tono hizo un cambio, mirando a Zheng Liu—: El actual Hijo del Cielo gobierna el mundo con “benevolencia”. Una conducta tan indulgente agracia aún más los cuatro mares, distribuyéndose ampliamente a través de los mundos, ¿qué piensa de Su Majestad?
Los ojos del emperador se oscurecieron, pareciendo quietos y sin fondo, con su sonrisa floreciendo constantemente.
Al ver el movimiento de su mano, el gong-gong entendió el significado y dijo en voz baja:
—Si, Su Majestad es benevolente. —Inclinó su cuerpo y se retiró al pasillo.
Pese a la abrupta toma de decisiones en ese momento, no parecía enojado. Sus labios se curvaban en una sonrisa de broma.
—Dentro de este día, ¿cuantas sorpresas más tiene la señora para darme? —Dejando escapar un largo suspiro, parecía arrepentirse.
—La luz de una luciérnaga, cómo podría compararse con la de la luna. El impacto que Su Majestad me ha dado, es realmente algo que Gui Wan no puede olvidar en esta vida. —Devolviendo un ligero ridículo, al final no puedo evitar calmar la congestión de su corazón.
Apoyado en la puerta secreta, con el espectáculo de la actitud lujosamente perezosa de un hijo del cielo, escuchando aquellas palabras, no pudo más que simplemente reír y sonreírle.
—Si otros dijeran esas palabras, definitivamente guardaría rencor, pero al decir la señora esas palabras hoy, no me atrevo a odiarle.
—La amplitud del corazón y mente de Su Majestad también me avergüenzan. —Aparentemente alabandolo y degradándolo al mismo tiempo, dijo entre una risa juguetona. Al terminar de pronunciar la última palabra, ya había llegado a la entrada de la puerta secreta. Sus ojos exploraban el pasaje secreto; su imagen original era de un pasaje muy oscuro, sin embargo resultaba tremendamente brillante. El vidrio de manera perfecta alineado a lo largo de las paredes, utilizaba los principios de los reflejos para atraer la luz del exterior hacia el pasaje secreto. Mientras admiraba esto, ella tampoco pudo evitar suspirar; los secretos dentro de aquel palacio imperial eran seguramente mayor que el promedio, especialmente uno como el de ese día, siendo el más grande de todos. De repente, una pieza de cristal adicional apareció ante sus ojos; frunció el ceño con perplejidad y con una expresión de sorpresa volteo a mirar al emperador.
—¿Señora se olvidó de nuestra pequeña apuesta? —Dado que el pasaje secreto era tan estrecho, ambas personas estaban prácticamente presionadas entre sí, lo que aprovecho para decirle aquello en un tono suave, justo a lado en su oído.
Sin entender la intención, decidió no preguntar y tan solo aceptar la pieza de cristal. Continuó caminando por el pasadizo secreto; no sabía cuánto tiempo llevaba caminando cuando de repente vio una pared negra al frente, presumiblemente estaban al final del camino. sonriendo estaba a punto de darse la vuelta y llamarlo suavemente cuando él extendió su mano y cubriendo sus ojos la giro en sus brazos, dejando su cuerpo encajado por completo. Se sorprendió y en un principio quería alejarlo, pero debido a que recordaba su identidad, tuvo que pensarlo dos veces y solo pudo elegir permanecer inmovil.
Una vez más, esa clara fragancia se asentó en su nariz haciéndole sonreír de repente y soltando sus manos.
Ella abrió los ojos y al echar un vistazo, la pared se había abierto y otro gran salón apareció ante sus ojos. Mirando atentamente las cuatro paredes del pasaje secreto, no podía saber cuántas piezas de vidrio finamente divididas estaban incrustadas allí. Se había quedado sin saber cuál era el botón secreto que abría la puerta secreta. Seguramente le había tapado ambos ojos, temiendo que ella pudiera explorar los mecanismos detrás del pasaje. De esa manera, incluso si ella sabía la entrada al pasaje dentro del salón Yu Gan ¿qué sentido tendría? Lamentándose en secreto por dentro, tanto asustada como preocupada. Esa persona hacia las cosas con tanta meticulosidad, manteniendo todo en la oscuridad, lejos de todos los funcionarios, lloviera o tronara un hecho impredecible, un pozo sin fondo.
Dentro de aquel palacio imperial, todos eran verdaderamente de carácter sobresaliente; los que vivían en ese lugar eran todos extraordinarios. Con ese pensamiento en su mente, sonrió con sarcasmo mientras caminaba hacia el pasillo.
Completamente diferente al palacio Yu Gan, esa sala no tenía ni el más mínimo toque de glamour, sin brillo dorado y sin adornos de vidrio; el interior exudaba un aire de erudición, simple y elegante, impecablemente limpio. El palacio imperial estaba lleno de sorpresas como para tener un lugar tan tranquilo como ese. Giró su cabeza y miró a su alrededor, observando todo con total concentración.
Zheng Liu se dirigió hacia el escritorio dentro del pasillo, empujando las ventanas para abrirlas. La ligera fragancia de la hierba verde subió de inmediato por la nariz, al soplar una suave brisa que acariciaba su rostro. Ella lo siguió, observando sus movimientos, hasta que se dio la vuelta para decirle con tranquilidad:
—A lo que apostaremos está allí.
Sus ojos siguieron en la dirección que le señaló, entrando en su visión el jardín del estado del Primer Ministro. No pudo evitar sorprenderse secretamente, solo después de un breve momento de pensamiento profundo, recordó que ese que era el patio trasero de Jing Ye de la consorte Ying, era exactamente igual al patio del Primer Ministro. Girando la cabeza, mostrando una tierna belleza de cuidadosa reflexión, conteniendo una sonrisa le preguntó:
—¿Apostaremos por este patio?
—Por supuesto que no. —Levantó la pieza de cristal en su mano, sosteniendola frente a sus ojos, mirando hacia el patio sonriendo levemente mientras decía—: Apostaremos por el que está dentro del patio.