La Princesa del Ataúd – Capítulo 3: Memorias olvidadas (5)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Decidieron comenzar la misión en plena noche.

Aparte de la razón obvia de que atacar a plena luz del día sería demasiado temerario, Chaika tuvo que traer su ataúd con su Gundo adentro para usar magia. Llevar eso a plena luz del día llamaría la atención, y no había nada que ganar haciendo eso. Por esa razón, el grupo de Toru optó por moverse en la noche ya que la mayoría de la ciudad se habría ido a dormir.

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La Princesa del Ataúd – Capítulo 3: Memorias olvidadas (4)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Con un largo suspiro, Toru continuó su historia.

—Vimos el ataque a los comerciantes que habían venido a nuestra aldea de la misma manera como si nos atacaran directamente. Aunque no habríamos llegado tan lejos como para llamarles familiares, eran personas con las que habíamos cooperado. Por lo tanto, para garantizar que nada como esto vuelva a suceder, decidimos que era necesario hacer un ‘ejemplo’ con los perpetradores.

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La Princesa del Ataúd – Capítulo 3: Memorias Olvidadas (3)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Les tomó la mitad del día el reunir todas las herramientas necesarias para el trabajo.

Cuando salieron de la aldea Acura, la mayoría de sus herramientas estaban en buenas condiciones, pero el paso del tiempo las agravo. Algunas habían sido víctimas de la humedad y otras estaban rotas o corroídas hasta el punto de ser inutilizables. Tampoco sus alimentos lograron preservarse. Tendrían que volver a adquirir lo que necesitaban en Del Solant, y si eso no era posible, no tendrían más remedio que comprar las materias primas para hacer las reparaciones.

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La Princesa del Ataúd – Capítulo 3: Memorias Olvidadas (2)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Ellos fueron de una casa hacia un campo de batalla. En otras palabras, observaron una escena terrible.

—…

Cuando Toru entró en la habitación, se congeló al instante. Junto a él estaba Akari, inexpresiva como de costumbre.

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La Princesa del Ataúd – Capítulo 3: Memorias Olvidadas (1)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


La luz de la media luna que flotaba en el cielo nocturno iluminó suavemente la ciudad.

Ya era muy tarde–no había nadie en las carreteras y la mayoría de las luces de los edificios circundantes estaban apagadas por la noche. Sin embargo, alrededor del centro de la ciudad donde se encontraba la propiedad del conde, la mayoría de los edificios aún tenían las luces encendidas. Muchos de los nobles en esta área eran lo suficientemente ricos, sin importar si usaban magia o fuego para iluminar sus hogares, no prestaban atención a los costos de iluminación.

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La Princesa del Ataúd – Capítulo 2: La determinación de una hermana menor (4)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Parte 4
La residencia del Conde Abarth era la mansión de un Lord situada en el centro de la ciudad fortificada de Del Solant.
Los Abarth tenían antecedentes militares y, como resultado, tenía muchos subordinados y todo tipo de caballeros a su disposición. El final de la larga campaña de la era de la  guerrera—en otras palabras, cuando se destruyó el Imperio Gaz del norte—se debía mucho al actual jefe de familia, Roberto Abarth, que había jugado un papel importante en la desaparición del Imperio Gaz y a menudo era llamado héroe como resultado. Seguí leyendo “La Princesa del Ataúd – Capítulo 2: La determinación de una hermana menor (4)”

La Princesa del Ataúd – Capítulo 2: La determinación de una hermana menor (3)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Parte 3

—Nii-sama.
Cuando abrió los ojos a la mañana siguiente, la cara de su hermana estaba tan cerca de él que sentía su aliento tocarlo–la misma situación que la anterior. Seguí leyendo “La Princesa del Ataúd – Capítulo 2: La determinación de una hermana menor (3)”

La Princesa del Ataúd – Capítulo 2: La determinación de una hermana menor (2)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Parte 2
—…
Un hombre estaba parado frente al cadáver del Feyra.
Parecía que todo su cuerpo estaba cubierto de marrón y verde, pero esa podría haber sido la ropa que llevaba puesta. En cualquier caso, se mezcló con el paisaje que lo rodeaba. Su cabeza era completamente calva, se había cubierto con una especie de tinte por todas partes para camuflarse con el mismo color que el entorno. Cuando cierra los ojos, desde cierta distancia probablemente sería difícil reconocerlo como humano. Seguí leyendo “La Princesa del Ataúd – Capítulo 2: La determinación de una hermana menor (2)”

La Princesa del Ataúd – Capítulo 2: La determinación de una hermana menor (1)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Parte 1
El sonido de los utensilios de mesa tintineaban juntos.
—…
A pesar de las muchas miradas atónitas enfocadas sobre él, Toru continuó su comida sin decir una palabra.
No era por naturaleza un educado comensal, pero esto era mucho peor; él comió como si estuviera siendo acorralado. Definitivamente no parecía que estuviera disfrutando de su comida.
Probar. Masticar. Tragar. Tomó un trago de agua, luego corte. Repetir.
Una y otra vez, como si estuviera realizando una simple operación mecánica.
No estaba delicioso, ni era asqueroso.
Probablemente no hubo mayor insulto al chef que lo que hizo, pero Toru ni siquiera probaba la comida. Estaba comiendo con el único propósito de reponer nutrientes.
—…
Solo habían pasado algo más de tres horas desde entonces.
Mientras recogía plantas silvestres en el bosque, se encontró con una chica que estaba sola, y luego se encontró cara a cara con un unicornio Feyra. Había corrido tratando de proteger a la chica del unicornio, comprando tiempo para que ella usara su magia mientras él perdía bastante sangre y resistencia en el proceso, y además, utilizaba una técnica que no había usado en aproximadamente dos años “Transformación de Sangre de Hierro”.
En particular, esta “Transformación de Sangre de Hierro” consumió una cantidad increíble de energía.
Para ser honesto, después de todo eso, fue un milagro que haya logrado evitar el colapso. Él había arrastrado toda fuerza natural de su cuerpo por la fuerza, y ahora caminaba por la cuerda floja llamada “límites”.
Como resultado… Toru se encontró con una feroz hambre, y en el instante en que había puesto un pie en Del Solant, se dirigieron a un restaurante. Por ahora, había suficientes platos vacíos apilados uno encima del otro enfrente de él que contenían porciones para cinco personas.
Ya era tarde, así que los negocios estaban en auge.
Al principio, las personas que rodeaban a Toru no le prestaron atención, pero después de un tiempo ya no podían ignorar el hecho de que un niño estaba devorando toda esa comida, apilando un plato tras otro sin decir nada.
—…chef.
Después de terminar su sexto plato, Toru levantó la cabeza y habló.
—Uno más.
—…Sí, sí.
A través de una pequeña ventana que conectaba la cocina con el comedor, el chef asintió, aunque parecía molesto.
Pero…
—Comer, demasiado. —murmuró la chica de cabellos plateados y ojos morados mientras fruncía sus cejas y miraba a Toru.
Chaika Trabant.
Eso fue lo que le había dicho a Toru. Aún no sabía su origen, pero en este momento lo importante era que ella había dicho que pagaría por la comida. Toru no tenía ni una gota de orgullo, y estaba completamente sin dinero.
—Irrazonable. Comer demasiado. Estómago, impactante.
—Más importante aún, tienes dinero, ¿verdad?
—…
Chaika asintió, pero no parecía feliz por eso.
—Entonces no hay problema. Hice mi trabajo y luego tuve hambre. Eso es todo.
—…
Bueno, ella había dicho que lo llevaría a desayunar si la guiaba hasta aquí. Pero ella probablemente no pensaba en el monto, o más bien, hacer un presupuesto de antemano era un error.
Después de eso, Toru recogió una cesta de pan a su lado y comenzó a comer su contenido, desgarrando el pan en pequeñas tiras.
Él no estaba comiendo nada al azar. En realidad, a Toru se le había enseñado que para reponer los nutrientes de manera más efectiva, el orden en que comía era importante. El cerebro envía señales al estómago para liberar las enzimas digestivas basadas en el estado actual del estómago. Entonces, esta forma de comer era bastante efectiva.Toru acababa de consumir el último pedazo de pan en la cesta, cuando—

—… Nii-sama.

Él se congeló en su lugar.

Por alguna razón, de repente, todos los clientes en el restaurante también se congelaron.

No, para que fuera “de repente” significaba que no había absolutamente ninguna razón para ello. Era más como un instinto. Cuando un conejo se encuentra cara a cara con un tigre, se encogió instintivamente, y esto era más o menos lo mismo. El conejo probablemente no sepa por qué hace tal cosa, pero así es como es.

—No regresaste, así que estaba preocupada.
—…
— ¿Qué diablos está haciendo mi Nii-sama aquí?
—…
Toru reunió su fuerza de voluntad y se volvió para mirar hacia la entrada del restaurante.
Allí estaba de pie–solo una chica.
Tenía una larga y delgada figura, su cabello negro estaba atado en la parte posterior de su cabeza. Sus largos ojos entrecerrados eran hermosos, pero–cuando ella miraba con esos ojos entrecerrados, había un aire intimidante a su alrededor.
Akari. La hermana menor de Toru.
—Nii-sama.
Ella avanzó rápidamente dentro del restaurante, hacia la mesa de Toru y Chaika.
Instintivamente, los clientes del restaurante se apartaron, haciendo un camino para ella. No sabían por qué estaba aquí. Ella solo caminaba, sus cejas no se alzaban con ira y su cara no era roja, pero aún provocaba temor. Ninguno de ellos pudo ocultar su miedo.
—Akari, no, bueno, esto es…
En pánico, Toru luchó por encontrar las palabras adecuadas.
Ahora que lo pensaba, ya era medio día–y él había salido de casa con la intención de conseguir el desayuno, y ya era demasiado tarde para eso. Sin pensar en la hermana que había dejado esperando en casa sin comida, él había comido lo suficiente para seis personas y estaba a punto de tomar su séptimo plato. No había absolutamente más espacio para excusas.
Conclusión: Todo lo que podía hacer era pedir disculpas sinceramente.
—…Lo siento. Lo olvidé.
—…
En lugar de considerar la grandiosa disculpa de su hermano, Akari entrecerró sus ojos hacia él, luego miró hacia atrás y notó a Chaika, que tenía los ojos muy abiertos de sorpresa.
Entonces—
—…Huelo sangre, —murmuró ella.
—…Ah.
Toru hizo una mueca.
Por el momento, la espalda de Toru, que había sido cortada por el unicornio de un solo golpe, había sido cosida con aguja e hilo que Chaika tenía a mano–tanto la ropa como la piel–por lo que pensó que él era bastante discreto. Como era de esperar de una hermana, parecía haber notado algo inusual sobre su hermano de inmediato.
Entonces—
—Nii-sama.
—Ah, no, esto es solo…
—Puede ser inapropiado que alguien como yo diga esto, pero…
— ¿Huh?
— ¿Qué crees que estás haciendo, desflorando a esta chica que parece una niña?
[Akatsuki:  hoho~~]
[Sakuya: jajaja x3]
—…
Toru miró a Chaika.
Chaika parecía no saber a qué se refería, ya que solo miraba fijamente.
—Akari.
— ¿Qué es? Querido Nii-sama.
—Hay todo tipo de cosas que me gustaría decir, pero ahora no es el momento. El punto es que estás equivocada.
— ¿A sí?
Akari ladeó la cabeza, sin expresión.
—Entonces, ¿qué estoy malinterpretando? Por favor, ilumina a tu estúpida hermana, Nii-sama. Este olor que se aferra a ti es sin duda el olor a sangre de una niña en la cúspide de la femineidad a la que has desflorado.
— ¡Piensa que puedo estar herido! —gritó Toru mientras golpeaba la mesa.
Pero Akari inclinó la cabeza hacia el otro lado y habló.
—Pero eso sería extraño.
— ¿Qué hay de extraño en eso?
—Sería extraño si mi Nii-sama se lastimara al ir a las montañas.
—…
Toru suspiró.
Bueno, el hecho de que ella aún tuviera fe en él, lo hizo sentirse contento.
—Además, suponiendo que hayas guiado a una chica que ni siquiera conocías, dudo que puedas mantener tus deseos sexuales bajo control.
— ¡No digas cosas vergonzosas como esa!
Después de todo, ahora estaban en un restaurante lleno de gente.
—Pero si ese fuera el caso, siempre tienes a tu hermana menor sin relación de sangre aquí, así que sería más lógico que expreses tu deseo sexual hacia mí primero. Puede que no sea de tu agrado, pero el deseo del hombre es—
—Cállate. Simplemente cállate ya. —dijo Toru con algo parecido a un gemido. —O mejor, ven echa un vistazo a esto.
Toru extendió la mano hacia su espalda y levantó su ropa un poco.
La herida no era completamente visible, pero incluso Akari podía ver los restos de un trabajo de costura.
—Esto es–
Parecía estar tan sorprendida como era de esperar mientras sus ojos se abrían de par en par.
— ¿Lo entiendes ahora?
—Sí. Lo entiendo. Parece que cometí un gran malentendido.
—Si lo entiendes, entonces bien. Oh sí, ya que has venido hasta aquí, tu comida es–
—Esta chica.
Sin siquiera escuchar las palabras de Toru, fijó su mirada en Chaika.
—La mataré.
— ¿¡Eeep!?
Akari caminó hacia Chaika, y Toru automáticamente la detuvo retorciendo sus brazos detrás de su espalda. En este momento ella no tenía el martillo; pero eso no significaba que pudiera relajarse. Akari podía aplastar una manzana con sus propias manos. No era como si fuera particularmente musculosa, pero como era miembro del clan Acura, ciertamente no era una novata.
—No lo entiendes en absoluto, ¿verdad?
—Por supuesto que sí. Esta chica te lo hizo. Le dio a mi respetable Nii-sama esa herida, así que mi amable y comprensiva yo, no podría soportarlo otra vez.
— ¿Exactamente qué parte de ti es ‘gentil’ y ‘comprensiva’? ¿Y me estás respetando o insultándome? ¡No puedo decirlo!
Parecía que Akari pensó que Chaika le hizo esa herida.
—… ¿Estoy equivocada?
Todavía sujetada, Akari volvió la cabeza y lo miró por sobre su hombro mientras preguntaba.
—Lo estás.
—Pero no hay otra forma de lastimar a Nii-sama más que distraerlo con su fetiche de niñas.
— ¿Exactamente qué clase de persona crees que soy? —Toru gruñó.
Entonces—
—Fue un Feyra.
Bajó la voz al decir esto y cambió sus palabras. Si se descubre en este lado de la ciudad que ha aparecido una bestia destructiva, causaría un gran alboroto. Probablemente dirían cosas como: “¿Ese tipo se encontró con una bestia destructiva y vivió para contarlo? ¿Qué es él exactamente?” Si eso sucediera, ya no tendría sentido ir tan lejos para mantener en secreto el nombre de su familia y esconderse en el distrito de refugiados de Del Solant.
—…
Akari inmediatamente entrecerró los ojos.
—Por alguna razón, conocí a un Feyra. Por casualidad, me encontré a esta chica, Chaika, y la ayudé a vencerlo. Ella es una maga, y hay un Gundo en ese ataúd allí.
En la ciudad de Acura, había palabras código que solo conocían el clan Acura. Estas palabras las hicieron para que cualquier persona a su alrededor no tuviera idea de lo que estaban hablando, pero al mismo tiempo, usar estas palabras también indicaron a Akari que esto era un asunto serio.
—Y esta chica en realidad es mi benefactor. Pero a pesar de que ahora es el almuerzo, esta chica se ofreció a pagar nuestro desayuno a cambio de que la guiara. Ya hemos comido suficientes plantas silvestres, así que come.
—…Ya veo…
Akari asintió con la cabeza.
Al mismo tiempo, Toru la soltó.
—Lo siento, Nii-sama.
—Me alegra que finalmente lo entiendas.
—Había pensado que desde que Nii-sama ha estado sin trabajo y durmiendo todo el día, su deseo sexual era…
—Solo cállate ya.
Toru frunció el ceño.
—De todos modos… desde que tuviste la molestia de venir aquí, los dos podemos comer. Esta delicioso.
— ¿Hm?
Akari miró en dirección a Chaika, y después de un largo suspiro, Chaika asintió.
—Ya veo. Entonces tendré el especial del día, suficiente para cuatro personas.
—Hey ahora…
—Cuando no regresaste, me preocupé, usé mi técnica oculta y terminé buscándote por toda la ciudad. Así que, estoy bastante hambrienta.
—…Espera, no deberías usar esa técnica como… ah, no importa. Lo que sea.
Bueno, era cierto que Akari también podía usar la técnica de “Transformación de Sangre de Hierro”.
—Bueno, lo siento, supongo que tenía que pasar.
—…Resignación.
Chaika asintió.

♥ ❤ ♥

    

La Princesa del Ataúd – Capítulo 1: La niña que lleva un ataúd (6)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Después de asegurarse de que el cerrojo del Gundo se abrió, la niña lo recargo una vez.

K-chak– hizo un ruido mientras cargaba el cartucho. Al mismo tiempo, el mecanismo del “tambor” emitió un claro crujido y comenzó a girar.

—Mm…

Finalmente, extendió su mano derecha hacia la nuca y empujó su largo cabello hacia atrás, buscando algo. Seguí leyendo “La Princesa del Ataúd – Capítulo 1: La niña que lleva un ataúd (6)”

La Princesa del Ataúd – Capítulo 1: La niña que lleva un ataúd (5)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


La fantástica criatura negra parecida a un caballo se había movido de un lado a otro del bosque de la montaña con la velocidad de una flecha, pero de repente se detuvo cuando Toru y compañía desaparecieron. Su comportamiento había cambiado por completo; ahora estaba quieto como una estatua. Ni siquiera quedaba una pizca de su ferocidad anterior. Por el contrario: sus ojos eran huecos, casi como si toda su fuerza de vida hubiera sido minada y hubiera seguido allí hasta después de la muerte.

Y entonces…

— ¿…Hmm?

Con un ruido crujiente, un matorral de arbustos se separó por la fuerza para revelar la figura de un hombre.

En su pequeño cuerpo llevaba una capa, marrón aceitunado con muestras de verde oscuro mezclado. Se mezcló con la vegetación de la área, y era difícil distinguir al hombre del medio ambiente. Si la capa le permitía parecer menos humano, entonces el camuflaje era incluso más efectivo.

Y este hombre era minucioso.

Su rostro y su cabeza calva perfectamente afeitada, estaban cubiertos de pintura que se asemejaba al patrón de la capa, y en su espalda había una bolsa tan larga que parecía ocultar una gran espada, similarmente disfrazada por un obi verde marrón oscuro y verde oliva.

—Se escaparon, huh… —murmuró el hombre.

Él llevaba esa pintura en su rostro, por lo que un espectador no podría decir qué tipo de expresión estaba haciendo. Ni siquiera tenía un poco de miedo hacia el unicornio, se acercó a él y miró hacia el barranco que Toru y la niña habían saltado, concentrándose en el río que se los había llevado.

—Adivino que las medidas tomadas aquí no fueron suficientes. ¿Debería esperar a Gillette-dono después de todo…?

Él parecía estar absorto en sus pensamientos mientras murmuraba para sí mismo.

Finalmente —

—No. No puedo dejar escapar esta gran oportunidad.

Una grieta blanca se extendió por la cara camuflada del hombre.

Él se estaba riendo.

—Empatemos esto realmente bien, ahora.

Mientras decía esto, el hombre giró su cabeza hacia el unicornio, inmóvil como una estatua y comenzó a descargar la bolsa que había estado cargando.

♦ ♦ ♦

Deben haberse sumergido solo por unos segundos. De lo contrario, seguramente se habrían ahogado.

— ¡Hgah…!

Toru recuperó la conciencia rápidamente. En el momento en que lo hizo, comprobó que aún estaba sujetando a la niña. Ella estaba tosiendo violentamente, pero estaba viva, e incluso consciente. Eso fue un golpe de suerte de seguro, la niña había logrado aferrarse al ataúd, que cumplió con su deber como dispositivo de flotación. Toru ya lo había adivinado por el ruido que había hecho cuando lo arrastró por el suelo, pero parecía que estaba realmente vacío. Tenía flotabilidad más que suficiente para soportar tanto a Toru como a la niña.

—Ku….Ugh…

Reuniendo toda su fuerza, Toru extendió su brazo. Había varias ramas colgando de los árboles, pero él no estaba cerca de ninguno de ellos. Sin embargo, el agua a veces se elevaba en esta área debido a la fuerte lluvia, y no era raro encontrar el suelo reducido o las raíces expuestas como resultado. Recordando esto, a pesar del poder del río, finalmente fue capaz de agarrar la raíz de un árbol y tirar de sí mismo, a la niña, y al ataúd de nuevo a un terreno sólido con éxito.

—Haa… Haa… Haa…

Acostado boca-arriba sobre una roca cubierta de musgo, Toru jadeaba fuertemente.

Estaba increíblemente fatigado. Tenía la sensación de que había usado la mayor parte de su resistencia.

Dio una mirada a su lado y vio que la niña estaba igual; estaba tosiendo violentamente. Aun así, todavía revisaba el estado de su ataúd, debe ser algo muy importante para ella. Luego, lentamente giró su cabeza hacia la dirección de Toru.

—Abrupto. Coactivo. Excesivo–

Pero eso fue todo lo que pudo decir.

— ¿¡Mu… !?

La niña se quedó inmóvil, y sus ojos se abrieron.

—… ¿Qué sucede?

—… ¿¡Sangre!?

La niña señaló delante de ella.

Pensando que esto no podía significar nada bueno, Toru se levantó y miró hacia abajo donde ella había estado señalando.

Había… un color marrón pálido.

Definitivamente era sangre. El agua que goteaba desde la ropa de Toru estaba manchada de un marrón pálido. Él tenía una herida en la espalda de la que fluía la sangre. El color de la sangre era inusual porque se mezclaba con el agua oscura. No era rosa claro, estaba más cerca de marrón.

—Ah, entonces es… —Toru afirmó apasionadamente. —Ha fallado.

—… ¿Ha fallado? —La chica se acercó a Toru, mirándole la espalda con atención.

—Tú. Protegerme ¿No?

—Uh… Sí… supongo.

Toru, por supuesto, no podía ver su propia espalda, pero podía imaginar cuál era la situación. No parecía haber alcanzado el hueso, pero sintió que tenía una especie de herida abierta y sintió que era una línea recta sobre su espalda, como si hubiera sido causada por una espada.

—Me pregunto qué pasó.

—Urgente. Tratamiento.

La niña comenzó a buscar febrilmente sus bolsillos, como si estuviera buscando algo. Aún estaba empapada, por lo que el agua salpicaba cuando rebuscaba. Sin embargo, parecía que no encontraba nada útil.

—No aquí… —murmuró abatida.

—Uh, bueno, creo que estaré bien. —dijo Toru un poco cansado.

Después de todo, conocía mejor su propio cuerpo. Si hubiera seguido sumergido en el agua, habría una posibilidad de haber muerto por pérdida de sangre o incluso congelado hasta morir debido a la hipotermia. Sin embargo, se dio cuenta de que la herida no había penetrado profundamente en el músculo o el hueso, ya que el sangrado empezaba a desaparecer.

Sin embargo…

—Estas comidas frugales me han maldecido.

Su resistencia era deficiente. Había perdido sangre, y mucha energía estando expuesto a las heladas aguas del río. Un sentimiento cansado y pesado había caído sobre él. Por no mencionar, había pasado un tiempo desde que había tenido una comida decente.

—Supongo que huir… no podrá ser posible. —dijo Toru como si fuera el problema de otra persona.

Había sido una -situación que amenazaba- la vida, sin embargo, ni su tono de voz ni su expresión facial mostraba ni una sola sensación de urgencia. No era que fuera demasiado optimista o esperanzador. Así era como era él.

—Un Feyra… y un unicornio… seguro que no son amistosos.

La niña permaneció en silencio.

Su anterior actitud de arrogante la habría hecho parecer una idiota, pero después de haber sido perseguida por un Feyra por las montañas, al menos pudo comprender cuán grave era la situación.

—Es inútil. Probablemente sea mejor darse por vencido. Es un punto muerto.

Cuando Toru hablo, se encogió de hombros. Cuando lo hizo, el dolor de su herida subió por su espalda e hizo una mueca de dolor.

—Fue una vida bastante aburrida, no es así…

Rápidamente haciendo ese juicio, Toru murmuró.

— ¿Vida aburrida?

Los ojos de la chica parpadearon cuando finalmente habló. Era casi como si nunca hubiera escuchado esas palabras antes.

— ¿Rendirse?

—….Básicamente.

Toru asintió con la cabeza, mostrando una sonrisa irónica.

— ¿Perecer?

—Probablemente.

—Preocupante.

—Sí, supongo que podrías decir eso.

Toru se encogió de hombros nuevamente.

—Muerte. ¿No tienes miedo?

Ella señaló a Toru después de escuchar eso.

— ¿Hm? Ah, sí, supongo que sí. Decir que no tengo miedo probablemente sería una mentira, pero–

Toru apartó la mirada de la niña. Él realmente tampoco lo entendió muy bien.

—Desde el principio, nunca supe lo que debería hacer con mi vida. —Él sonrió con una sonrisa burlona. —En… este tipo de mundo.

No sabía qué apuntar.

No sabía qué desear.

No quería hacer nada. Esos deseos habían desaparecido por completo.

E incluso ahora, no había una sola cosa en la que quisiera convertirse.

No tenía ningún deseo u objetivo claro. Cuando lo pensó, simplemente continuaba viviendo cada día sin rumbo, en un ciclo interminable.

¿Había una ocupación adecuada que le conviniese?

Él no sabía lo que quería ser.

Podría haber trabajado por su pan de cada día, y cuando hubiese alcanzado la edad adecuada podría haber tenido una esposa, establecerse en una pequeña casa en una esquina del distrito y vivir allí hasta su muerte, sin embargo, no tenía interés en pasar su tiempo restante de esa manera.

¿Qué significado tenía eso realmente?

¿Era realmente diferente a morir justo aquí?

¿Por qué razón nació él?

No podía evitar pensar en estas cosas. Poner el esfuerzo en algo no valía la pena muy bien. La cantidad que un solo ser humano podía hacer por sí mismo no significaba mucho. Vivir y morir, no afectaba en absoluto a este rincón del mundo.

No había nada que él pudiera hacer. No había nada que pudiera dejar atrás.

Era una forma de vida que era muy parecida a la de un insecto o un animal.

El propósito de vivir.

Apuntar hacia una meta.

Una vez, estas cosas habían existido para Toru. Sin embargo, comenzó a dudar de su razón de ser, y un día todo fue arrebatado de él.

Por eso, cuando llegó el momento de que Toru hiciera algo, siempre preguntaba si incluso valía la pena hacerlo. Durante un año, no había hecho más que revolcarse en la depravación.

Toru comenzó a hablar en una voz que rozaba lo irritable.

—Atrás en el tiempo, hubo momentos en los que quería hacer muchas cosas.

Él se encogió de hombros.

—Pero no ahora. Ya no tengo el deseo. Acabo de vivir la vida según las leyes de la inercia.

—…

La niña—miró fijamente a Toru por un momento, manteniendo su cabeza inclinada hacia un lado.

—Redescubrimiento.

La chica finalmente dijo esto mientras señalaba severamente a Toru, como si estuviera ordenando algo.

— ¿Huh?

—De nuevo. Encontrar. De ahora en adelante. Una vez más.

La niña dijo esto como si estuviera diciendo lo obvio.

Sin embargo—

—Ya es demasiado tarde.

— ¿Por qué?

—Francamente, no tengo ningún talento especial.

Una vez tuvo una meta.

Por esa razón, había pasado sus días lejos.

No tuvo tiempo para estudiar otras formas de pensar o técnicas externas. Toru era un trozo de arcilla que ya había sido moldeado en forma de plato y luego horneado. Era demasiado tarde para querer convertirse en una taza de té. Incluso si le dijeron que viviera su vida de manera diferente, no era tan fácil.

Sin embargo—

—…

La mujer—

— ¡Ouch!

Sin previo aviso, comenzó a golpear la espalda de Toru muchas veces.

— ¿Qué demonios estás haciendo? ¡idiota!

—Ah. Pedir disculpas. Sentirse insatisfecho.

— ¡Me siento insatisfecho, mi trasero!

Puede que no haya sido una herida profunda, pero el hecho de ser golpeado en esa zona fue bastante doloroso.

—Mismo.

De repente, la chica se señaló a sí misma.

— ¿Qué quieres decir con eso?

—Sin talento. Mismo que tú. Puede hacer—muy poco.

Al decir eso, extendió la mano hacia el ataúd a su lado y la abrió lentamente.

Como el ataúd había sido capaz de flotar en el río, pensó que había estado vacío. Sin embargo…

—Eso es—

Los ojos de Toru se abrieron de par en par.

La niña estaba sacando un dispositivo de acero.

En un instante, Toru especuló que según su longitud, podría ser incluso una especie de lanza mecánica… pero no, esto era diferente.

Era un cilindro largo. En su base se había atornillado en un aparato mecánico. Una mira, utilizado para ajustar el objetivo. Había una empuñadura de madera y un bípode, que se usaba para fijarlo al suelo.

Eso era—un Gundo.

Era un dispositivo que los magos solían usar con su magia. Al igual que los caballeros usaban espadas y arqueros que usaban arcos y flechas, los hechiceros usaban su Gundo. En otras palabras, tener un Gundo era prueba de que eras un hechicero.

Akatsuki
Pensé que era un arma francotirador.

— ¿Tu… eres un hechicero?

—Correcto.

La niña sonrió brevemente, luciendo orgullosa, y enseguida se puso a trabajar armando su Gundo.

Cuando la había sacado en partes, ya era obvio, pero… el objeto era tan largo que incluso superaba la altura de la niña. El frío acero negro y la cálida madera marrón crearon un contraste que parecía bastante extraño.

—Todo, esto. De lo contrario, inútil. Pero…

La niña desempaquetó la última pieza, el bípode, y luego levantó el ataúd hacia arriba.

—Esta. Puede hacer mucho.

—Por ejemplo—

Toru entrecerró los ojos.

Él mismo no era un mago, así que no entendió los detalles. Sin embargo, había escuchado mucho sobre el poder de los magos.

Debido al tamaño y al peso del Gundo, se requería un poco de esfuerzo para operarlo, por lo que no eran fáciles de transportar. Básicamente, requerían que el usuario lo dejara en un lugar, o al menos tuviera una base realmente sólida.

Sin embargo, el poder de la magia era mucho mayor que el de una espada o un arco.

Teniendo un rango considerablemente amplio y un montón de tiempo, solo un individuo, con solo un tiro, podría decirse que tiene el poder de destruir un castillo entero. Hace algunos años, él que había muerto durante el período de guerra, el llamado Rey Demonio, Emperador Tabú, el Emperador Gaz el Gran Sabio–era conocido por muchos nombres, pero Arthur Gaz dijo que poseía una magia tan grande con el potencial de borrar montañas enteras y secar ríos completos.

Por lo tanto…

—No importa ‘escapar’ del unicornio… con esto, ¿no podríamos haberlo matado?

—Probablemente.

Una atrevida sonrisa apareció en el rostro de la niña mientras asentía con la cabeza de acuerdo.

Ella parecía tener cierto grado de confianza en sí misma en su habilidad como hechicera.

—Sin embargo. Durante el proceso de activación mágica, no puedo.

—…Lo apuesto.

Naturalmente, con esa cantidad de poder, los magos habían sido explorados y reclutados para las guerras, pero la mayoría carecía de capacidad para luchar en las líneas del frente. En su mayoría proporcionaron soporte desde atrás. Tener que usar un Gundo tan largo y pesado teniendo en cuenta los diversos ajustes que debían realizarse para cada ubicación en particular, incluso se podría decir que los hechiceros eran completamente inútiles en combate cuerpo a cuerpo.

Básicamente–

—Primero, usemos magia de vigilancia para determinar el paradero del Feyra. Entonces, pensaremos en cómo atacar…

Eso fue todo lo que pudo hablar.

—…

—…

La niña se congeló en su lugar.

Toru suspiró.

Ambos giraron la cabeza lentamente.

Reflejado claramente en las pupilas de la niña, que increíblemente se habían vuelto más grandes, la escena estaba detrás de Toru–de entre los árboles, apareció la figura de la bestia con forma de caballo.

Entonces–

Moruzerun, Moruzerun, Erumun.

Sobresaliendo de la parte superior de la cabeza del unicornio había una parte del cuerpo llamado “cuerno”– y esa parte del cuerpo ahora emitía una especie de luz. Vibraba en la parte superior del rostro largo y delgado del unicornio, dejando rastros de luz cuando lo movía, pero la luz no desaparecía. Por el contrario, el cuerno se expandió, y con la luz comenzó a dibujar un patrón complicado.

Seburun, Wamurun, Tourun.

Shunerun, Horun, Yarun.

Aquello era–un cuadrado mágico.

Feyra.

Ese fue el nombre que se le dio a las criaturas que podían usar la magia.

Fundamentalmente, los humanos tenían que usar un Gundo para usar la magia. Para ser más preciso, para usar magia sin un Gundo, se debería practicar de manera extenuante durante un tiempo poco realista. Los Feyra, por otro lado, podían usar la magia solo con sus cuerpos.

Los cuerpos de los Feyra tenían la capacidad para la acumulación, invocación y el uso de magia. En el caso del unicornio, el cuerno que tenía era un recipiente adecuado para almacenar magia.

Por lo tanto…

—Hey.

Volviéndose, Toru fijó sus ojos en la niña.

— ¿Puedo comprarte algo de tiempo?

— ¿Mui?

—Si te compro algo de tiempo, ¿podrás usar tu magia?

—…Afirmativo.

La niña asintió con la cabeza.

No era como si los hechiceros tuvieran un gran alcance y un escudo para evitar que los golpee el enemigo. En otras palabras… Si Toru le permitiera a la niña el tiempo suficiente para activar su magia, ambos podrían sobrevivir.

—Un Feyra con ese tipo de poder… esto no va a ser fácil.

Al decir eso, sacó su gran hacha de la cintura.

Por supuesto, era una herramienta afilada, pero era más utilizada para abrirse camino a través de la molesta vegetación en el área del bosque montañoso. No fue realmente diseñada para cazar o combatir.

No obstante… este probablemente no fue el mejor momento para preocuparse por eso. Era lo único que podía usar en este momento.

Con el hacha–le habían enseñado y adquirido habilidades.

—Soy acero.

Toru murmuró.

— ¿… Mu?

La niña respondió de manera reflexiva, pero Toru no respondió. Él ya estaba en un estado de extrema concentración mental, por lo que mientras técnicamente escuchaba a la niña, su voz no llegaba a su conciencia.

—El acero no conoce miedo. El acero no tiene dudas.

Para ser sincero… también había partes que él realmente no recordaba, pero aun así las palabras continuaron saliendo suavemente de su garganta y de su boca. Lo había repetido tantas veces que las palabras se habían fundido en su conciencia. Incluso después de varios años de inactividad, su capacidad de recordar parecía no haber disminuido en absoluto.

¿Debería estar encantado o deprimido?

Para decir la verdad, el actual Toru no lo sabía.

—Cuando me enfrento a mi enemigo, no dudo.

Era una especie de “llave”.

Una llave para un arma peligrosa que no usaba normalmente.

Cada vez que recitaba el canto, comprendió que algo dentro de su cuerpo había cambiado por completo.

—Soy un arma para destruirlos.

Era una técnica que fue llevada a los humanos con el único propósito del combate por completo. Una técnica que convertía sus cuerpos en armas. No era solo cuestión de aumentar la fuerza de las piernas o los brazos. Todo el cuerpo, todo hasta los nervios y los fenómenos fisiológicos—eran redefinidos y optimizados para el combate.

Respiraba para la batalla, su corazón latía para la batalla, solo pensaba en la batalla… ya no era humano. Ciertamente, esta cosa que se parecía a una forma humana, ahora tenía la funcionalidad de un arma.

Toda su existencia—todo lo que era—se había unido para un solo objetivo, una función solitaria.

Sin embargo, eso hizo que vivir como un humano normal fuera bastante difícil. El cuerpo estaba optimizado especialmente para la batalla, pero eso significaba que las funciones humanas normales se volvían inútiles e innecesarias.

Una herramienta era una herramienta. Nada parecido a un humano permanecía dentro.

Ser capturado por el enemigo en este estado sería una situación peligrosa. Después de todo, apelar a la razón, la lealtad o la fe, era algo que solo un humano podía hacer.

Por lo tanto, la capacidad de regresar a ese estado humano era necesaria.

La capacidad de alternar entre humanos y armas.

Hubo personas que pensaron esto.

Entonces esas personas convirtieron esos pensamientos en realidad, y formaron un clan en el que podían pasar la técnica.

Se lo conocía como — la técnica oculta, “Transformación de Sangre de Hierro”.

—Fuu…

Todo el vello de su cuerpo se erizo.

Los músculos que habían estado dormidos en su interior se despertaron, sus nervios comenzaron a ponerse en modo batalla. En este momento, Toru dejó de ser Toru.

Ahora era una espada afilada hasta el punto.

Con un largo suspiro, el latido de su corazón, su patrón de pensamiento, y todo lo demás estaban enfocados hacia un único propósito: matar al enemigo.

Todas las emociones se habían desvanecido de su rostro.

No, por el contrario… a la niña, al unicornio o a cualquier otro ser, podría mencionar que su forma física completa había cambiado de color de repente.

Como resultado de que todos los vasos sanguíneos de su cuerpo comenzaron a sobre marcarse, un diseño similar a un tatuaje se había formado en su cuerpo. La energía de alta presión que circulaba alrededor de su piel estaba cambiando la tasa de refracción de la luz, por lo que parecía que todo su cuerpo emitía un brillo fosforescente–particularmente en las áreas que eran fácilmente influenciadas por la actividad de los vasos sanguíneos como el cabello y los ojos, lo que parecía haber cambiado de color.

Ojos rojos. Pupilas rojas. Un tatuaje rojo.

Mirando de esta manera, la figura de Toru parecía a la de un monstruo.

Sin embargo—

Shunerun, Horun, Yarun.

El hechizo del unicornio terminó.

El cuadrado mágico que estaba siendo dibujado por la punta del cuerno del unicornio giraba lentamente y parpadeaba como si estuviera respirando. Como era de esperar, este tipo de Feyra no era alguien que sería intimidado por algo similar a un ser humano que había cambiado de color o apariencia.

—Ven a buscarme, mula.

Toru preparó su hacha. El contorno del caballo oscuro se volvió borroso.

En el siguiente instante—

Thud Thud. Thud Thud. Thud thud ¡Thudthudthudthudthud!

El unicornio saltó a tal velocidad que solo dejó la imagen de su cola.

Su gran estructura oscura se entrelazaba sin esfuerzo entre los árboles, dibujando un complejo camino al acercarse a Toru. No importa cuánta fuerza de salto tuviera, ese tipo de movimiento sería normalmente imposible; A veces sus piernas no se podían ver, sólo el aire vacío.

Este unicornio definitivamente estaba usando magia.

Mientras activaba su magia, podía usar cualquier cosa como punto de apoyo–incluso el aire mismo. Era un monstruo que, si fuera necesario, podría correr a lo largo de paredes y techos, confundiendo a su presa mientras atacaba. Su cuerpo aceleraba con cada patada, alcanzando la velocidad máxima de una flecha en pleno vuelo. Ser golpeado con esos colmillos afilados o aquel gran cuerpo a esa velocidad, significaría una muerte segura.

El unicornio no apuntaba a la niña, sino a Toru.

Ya era obvio por su habilidad para usar magia, pero en general, el Feyra era más inteligente que los animales normales. Por lo menos, era capaz de entender el lenguaje humano. Probablemente vio a Toru como un enemigo más formidable y, por lo tanto, planeaba tratar con él primero.

— ¡Hah!

Toru dejó escapar un suspiro mientras blandía su hacha.

Usando su brazo izquierdo como soporte, preparó el arma, golpeando contra el colmillo del unicornio en el siguiente instante. Las chispas volaron mientras el colmillo se cruzaba con el filo de la cuchilla.

—…

Por supuesto, el peso de Toru no era suficiente para detener el ataque del unicornio, por lo que él y el cuerpo oscuro de Feyra colisionaron y cayeron al río–sin embargo, no había ni rastro de irritación ni enojo en su rostro. Su expresión permaneció calmada y serena; él estaba analizando internamente la situación que se le había presentado. No tuvo tiempo para cosas superfluas como “emociones”. Incluso llamar a la bestia como “mula” antes había sido solo una táctica para ponerlo en ridículo.

Los cascos del unicornio no eran afilados.

Por lo tanto, tendría que hacer un ataque con su cuerpo, o con sus colmillos.

Y, dado que la velocidad era su atributo más distintivo, tendría que apuntar a una muerte de un solo golpe. Toru sabía que iba apuntar a su garganta, podría bloquearlo sin importar cuánta velocidad tuviera.

Así que…

—No te dejaré escapar.

Toru murmuró mientras enroscaba ambas piernas alrededor del cuello del unicornio.

¡Gyyoooohhh!

Gritó el unicornio.

Bajo el agua, estaba limitado en sus habilidades. Mediante el uso de magia, su velocidad ultra alta sería suficiente para abrumar a cualquiera de las presas que cazaba normalmente. No obstante, el movimiento en el agua versus el aire era severamente limitado–el agua que envolvía al unicornio se resistió. El resultado fue que su velocidad se redujo a básicamente nada.

Además—

— ¡Ahora la velocidad no hace ninguna diferencia!

Él estaba tan cerca del unicornio que la velocidad estaba fuera de cuestión. Colgando boca-abajo del cuello del unicornio con ambas piernas, levantó su hacha una vez más.

Estaba apuntando a su mandíbula.

Sin embargo…

Se escuchó el sonido de un metal chirriante.

El unicornio había mordido el hacha con sus afiladas mandíbulas. Había vuelto la cabeza a la fuerza y ​​literalmente había comido el ataque de Toru. Con esto, la única arma de Toru se volvió inutilizable.

Sin embargo…

—Te tengo.

Toru asintió con la cabeza como si lo confirmara.

Se volvió hacia el interior de la boca del unicornio y apretó el hacha con ambas manos mientras hablaba.

— ¡Y ahora no puedes cantar ninguno de tus hechizos!

El núcleo de la habilidad del unicornio para usar la magia era definitivamente su cuerno, pero el canto era un componente esencial. Ahora, sus mandíbulas estaban conteniendo el hacha de Toru. Si abría la boca de forma descuidada, en ese instante la mitad superior de su cabeza podría separarse de su cuerpo. Incluso si fuera un Feyra, si su cerebro estuviera separado de su cuerpo, eso significaría la muerte instantánea.

Los ojos inyectados en sangre del unicornio miraron fijamente a Toru. Las bestias normales nunca podrían hacerlo–pero este definitivamente estaba lanzando una mirada con odio.

—Ahora simplemente es una batalla de paciencia.

Toru habló con un tono vacío de emoción.

El unicornio ya no podía usar magia.

Toru no soltaría el hacha.

Fue como una prueba de resistencia entre espada y espada. Cuando el colmillo y el hacha se cruzaron, Toru y el unicornio estaban en un punto muerto.

Probablemente todavía esté en desventaja.

Toru supuso esto con calma, como si fuera un espectador inocente.

Con este último movimiento, la herida en la espalda de Toru se había abierto una vez más. Si permanecía sumergido en el río, continuaría sangrando y se congelaría.

Vale decir que en términos de fuerza física, el unicornio que no se lastimó con ese gran cuerpo tendría la ventaja.

Sin embargo…


Smacc
Se agregaron ilustraciones en el capítulo 1: parte 1 y parte 4. por si les interesa o quieren ir a verlas

La Princesa del Ataúd – Capítulo 1: La niña que lleva un ataúd (4)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


—…Esto es una mierda. —Toru se quejó mientras caminaba, agarrando su hacha sin funda en una mano.

—Ah, maldita sea, esto es doloroso. Lo que estoy haciendo ahora es un trabajo respetable, ¿verdad? Mierda. Le dije que aquellos que trabajan, pierden. Dios maldita sea, qué dolor. ¿Por qué el dinero no puede caer de alguna parte? Eso sería mucho más rápido. Seguí leyendo “La Princesa del Ataúd – Capítulo 1: La niña que lleva un ataúd (4)”

La Princesa del Ataúd – Capítulo 1: La niña que lleva un ataúd (3)


Dejó su pluma y suspiró profundamente.

Ni siquiera treinta minutos después del trabajo de hoy, Konrad Steinmetz ya estaba cansado. Aún no se había librado de la fatiga de ayer, por lo que era natural.

En la entrada de su oficina había una cómoda y un perchero. Cuando volvió la mirada al espejo del tocador, vio su exhausto reflejo mirándolo: un hombre amargado de mediana edad con ojos de reproche. Tenía la sensación de que su línea del cabello por encima de la oreja había comenzado recientemente a caer; probablemente no pasaría mucho tiempo antes de que estuviera completamente calvo. Seguí leyendo “La Princesa del Ataúd – Capítulo 1: La niña que lleva un ataúd (3)”

La Princesa del Ataúd – Capítulo 1: La niña que lleva un ataúd (2)


Sintió muchas miradas penetrantes sobre él mientras caminaba a lo largo del camino.

Para Toru, que era muy sensible a ese tipo de cosas, era increíblemente molesto, pero comprendió que, además de ser un recién llegado, debía verse increíblemente fuera de lugar, por lo que realmente no podía quejarse.

—… Seguí leyendo “La Princesa del Ataúd – Capítulo 1: La niña que lleva un ataúd (2)”

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