¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 86: Ella y la audiencia (2)

Traducido por Lucy

Editado por Ayanami


Decidí dejarles la conversación y disfrutar del té.

Al diablo con el público. Disfrutemos del delicioso té.

Dejándolos solos, bebí el té antes de que se enfriara y miré hacia los dulces que se sirvieron con éste.

En la mesa había varios dulces muy bien dispuestos. Entre ellos elegí un pastel de chocolate y lo comí. Una suave dulzura con un toque de amargura extendida, estaba delicioso, hasta un punto sorprendente.

Espontáneamente dejé escapar un suspiro de admiración.

Sé que es una mala costumbre pensar en cómo se ha hecho, pero no puedo dejar de sentir curiosidad.

Me embelesé con la elaborada receta.

Como se esperaba de los cocineros reales. Sus habilidades son impresionantes.

Lo siguiente que tomé del plato fue un dulce horneado.

En cuanto lo mordí, abrí los ojos de par en par ante la textura notablemente ligera.

El dulzor moderado me abrió aún más el apetito.

Es exactamente el estado de ánimo en el que no puedo parar.

Y bueno, esto es, de nuevo, una obra maestra. Maravilloso.

Había empezado a divertirme por completo, con el ánimo por las nubes, alcancé el chocolate.

Wow… esto también es delicioso.

En el momento en que me lo metí en la boca, el chocolate se derritió suavemente en mi lengua.

Sentí que todo mi cuerpo perdía fuerzas por la suave fragancia del cacao junto con la calculada y magnífica dulzura. Estaba emocionada.

Bravo. Como era de esperar, los dulces preparados para una fiesta del té con el príncipe heredero son totalmente diferentes.

Incluso el sabor de este chocolate es sutilmente diferente, como era de esperar, hablaba del delicado proceso de elaboración que no cortaba ninguna esquina.

No tenía palabras. Perfecto. Un trabajo perfecto.

Ah, la felicidad.

Mastiqué sin pensar. Y recogí la taza.

Ah, no tengo más té. Tengo que conseguir un poco más.

Delicioso… Lo mejor.

Y mientras disfrutaba de la fiesta del té a mi ritmo, antes de darme cuenta las voces de esos dos que había estado escuchando se fueron calmando.

Preguntándome qué pasaba, con un delicioso pastel de chocolate en la boca levanté la cabeza, para ver a los dos príncipes herederos mirándome con cara de estupefacción.

Me apresuré a masticar y tragar el pastel de chocolate que tenía en la boca.

Inclinando la cabeza pregunté a Freed.

—Nnn… ¿Pasa algo, Su Alteza?

Estaba un poco perdida.

Cuando pregunté, a pesar de sentirme así, Freed parpadeó.

Parecía un poco avergonzado mientras me devolvía la pregunta.

—Lidi… ¿has estado comiendo todo este tiempo mientras hablábamos?

—Sí… ¿Hay algún problema?

—No, claro que no me importa, pero…

No creo que haya cometido una falta de etiqueta.

Durante las conversaciones debes ser libre de comer y beber, y ellos dos seguían hablando sin tener en cuenta lo que yo decía.

Si tenía que decirlo, era libre.

Así que disfruté de la fiesta del té a solas para no ser un estorbo, pero me pregunto si hice algo mal.

Mientras ladeaba la cabeza desconcertada sin entender el significado, el príncipe heredero Maximiliano me miró directamente, como si yo hubiera despertado su interés.

Después de todo, es una belleza increíble. Parece una estatua de hielo bien hecha.

No es de mi gusto, pero hay gente que lo encontraría irresistible.

Los fans de ser abusados verbalmente… y los de gustos especiales.

—Esta princesa es su prometida…

—Así es. Usted mismo había solicitado su presencia, ¿verdad…? Mi prometida, la princesa Lidiana.

La voz aguda era completamente diferente a la dirigida a mí.

Aun así, de mala gana, Freed me presentó al príncipe heredero Maximiliano.

Aliviada de que por fin llegara mi turno, hablé.

—Los saludos se han retrasado… Soy Lidiana. Encantada de conocerle, Su Alteza Príncipe Heredero Maximiliano.

—Princesa Lidiana. Si no recuerdo mal, es la única hija de la casa ducal principal… Ya veo.

La mirada apreciativa es desagradable. Pensé así, agachando la cabeza y mirando hacia abajo.

Freed, que se sentaba a mi lado, levantó la voz como para contenerlo.

—¿Podría no mirarla con ojos tan desagradables? Me da asco que mi prometida sea valorada.

—Disculpe mi descortesía… Se ha convertido en una costumbre. También debería entender que es un resultado desafortunado al ser el Príncipe Heredero.

Freed dirigió sus ojos fríos hacia el Príncipe Maximiliano mientras expresaba una disculpa que no podía llamarse así. No era la voz dulce que siempre escuchaba, era una voz fría que parecía que iba a cortar algo.

—Me pregunto. Príncipe Maximiliano, soy consciente de que usted mismo estaba buscando a la princesa consorte. Sé que Sahaja está ávido de lo que otros tienen, pero te lo advierto antes. Si quiere suceder al trono con seguridad, no tenga ideas extrañas.

—Estás muy animado, Príncipe Friedrich. Su enamoramiento no está por encima de lo que dicen los rumores. Me ha entretenido obedientemente con la conversación desde hace un rato, ¿fue porque no quería que hablara con su prometida? Que gran cambio para el príncipe heredero que no tenía apego por nadie.

—Si entiendes eso, no me disguste más. Bueno, sólo haga que sus consortes laterales le sirvan, no creo que usted, que no se preocupa por quien le abraza, entienda mis sentimientos.

Habiendo declarado eso claramente, Freed mostró una sonrisa cruel.

El Príncipe Heredero Maximiliano asintió mientras miraba a ese Freed.

—Soy consciente. Ciertamente, no es deseable iniciar una pelea con la forma en que está ahora. Quiero evitar perder diez mil soldados en un instante. Pero, fue por la princesa Lidiana. Me gusta ese temple. No pensé que hubiera una mujer que, sin arrugarse, pudiera disfrutar tranquilamente de los dulces mientras hablábamos.

El príncipe heredero Maximiliano se quedó mirando como si me observara.

No puedo calmarme. De alguna manera, me siento como un animal de laboratorio.

Por ahora, entendí una cosa.

Aparentemente, no debería haber disfrutado de la fiesta del té sola.

Pero entonces, cómo debería haberla pasado.

Aunque me quedé lo más callada posible como me dijeron, qué poco razonable.

—A esto lo llamo tener valor. Realmente interesante…

—Basta con eso. No voy a perdonarte más. —Freed cerró de plano al príncipe heredero Maximiliano.

Hacia tal persona, Maximilian simplemente asintió. —Su prometida naturalmente asistirá a la fiesta de esta noche, ¿verdad?

—Desgraciadamente. Si lo sabe, ¿por qué lo pregunta?

Aunque Freed frunció el ceño, el Príncipe Heredero Maximiliano asintió con su semblante inalterado.

—Sólo estoy reconfirmando. Entonces, Príncipe Friedrich, ¿podría prestarme a su prometida esta noche? Quiero bailar una pieza por todos los medios, pero ¿hay algún problema?

Geh.

Estoy harta de que su mirada siempre fría se dirija hacia mí.

No importa lo hermoso que sea, odio absolutamente la perspectiva de bailar con el hombre que tiene esos ojos.

Pero, recordé.

Ciertamente, no tenía que bailar una pieza con este hombre.

Tengo la corazonada de que me lo dijeron anteayer cuando recibí la explicación del programa.

Al darme cuenta de que lo odio, dentro de mi mente, colgué la cabeza cabizbaja.

Qué sencillo sería si pudiera negarme a bailar con una sonrisa.

Aunque comprendí más que de sobra que es imposible, no podía perder la esperanza.

Y, el Príncipe Heredero Maximiliano no se perdió mi cara por un instante.

Abrió los ojos de par en par con interés y río. Pero, el fondo de sus ojos era tranquilo.

Esa risa era demasiado apropiada, por el contrario, me eché hacia atrás.

—¿Odia tanto bailar conmigo, princesa consorte? Es la primera vez que me enfrento a una reacción así… Aunque las cosas puedan parecer así, soy consciente de que a las mujeres les gusta esta cara.

—Disculpe mi descortesía…

El príncipe heredero Maximiliano era muy consciente del valor de su rostro.

Bueno, eso es natural.

Pero, me gustaría que no pensara que todo el mundo se enamorará de su belleza. Al menos me gustaría insistir en que no me interesa en absoluto.

Pero, puedo reconocer el valor de su uniforme militar a simple vista. Es maravilloso.

Quiero recibir el patrón de diseño.

—Tampoco le interesa mi cara. Es un gran error si crees que puedes hacerla caer sólo con tu rostro.

—Hou, cada vez es más interesante.

Ante las palabras de Freed, el príncipe heredero Maximiliano entrecerró los ojos.

¿Por qué…?

Siento que el aire que los rodea es cada vez más frío. Aunque el control de la temperatura debería ser suficiente, ¿era sólo mi imaginación que hacía tanto frío como para temblar?

—Príncipe Friedrich, debe dejarme bailar con ella por todos los medios.

—Desde el principio hubo un plan de una sola pieza. Sabiendo esto, ¿cuál es la razón para pedirlo a propósito?

—Aburrido. Sólo quería ver como reaccionaba.

Encogiéndose de hombros, el príncipe heredero Maximiliano reveló fácilmente su secreto.

Freed frunció el ceño y exhaló.

—Realmente tienes mal carácter…

—No quiero que me lo diga usted, que puede destruir nuestro ejército de un solo golpe.

—Recoges lo que siembras. En primer lugar, es su lado el que siempre se precipita primero. Yo sólo estoy protegiendo mi país.

Es el momento, así que Freed se puso de pie. El príncipe heredero Maximiliano asintió e hizo lo mismo.

No podía tener sólo a los dos de pie, así que yo también me puse de pie de inmediato.

Mirando el reloj de la pared, ya era hora de terminar la audiencia según lo programado.

—Ya la conoció como quería. Si ha terminado sus asuntos, podría irse.

—Así es. No tengo intención de provocarle más. Muy bien, con esto me disculpo. Entonces, princesa Lidiana, espero verla en la fiesta de la noche.

—Por favor… tráteme bien.

El príncipe heredero Maximiliano se inclinó, y con anticlimática facilidad nos dio la espalda.

Junto con el duque Pellegrini y los guardias que habían esperado frente a la puerta, se marchó galantemente, tal y como había llegado.

La puerta se cerró.

Me quedé sola con Freed. En el momento en que lo pensé, perdí las fuerzas y volví a sentarme en la silla.

Después de haber sufrido la fría mirada y el aura de aquel hombre, el cansancio se apoderó de mí.

—Estoy… estoy cansada…

—Buen trabajo, Lidi.

Freed se agachó y agarró mi mano inerte. Mientras la tomaba, exhalé.

—Qué persona tan espantosa…

—Por eso dije que se trata de un hombre problemático. ¿Estás bien?

—Estoy bien. Pero qué debo hacer. Puede que se haya interesado por mí.

Pensando que había metido la pata, incliné la cabeza, entonces, Freed me abrazó para consolarme.

—Verás… yo tampoco habría pensado ni en mis sueños más locos que Lidi disfrutaría despreocupadamente del té en ese ambiente.

Mientras Freed se reía amargamente de eso, yo también me sentía deprimida.

—Entonces… ¿debería haber observado sus caras con fascinación?

Después de todo, al ser una mujer, tal acción sería más natural.

Pero, aunque disfruté de los destellos de Freed con el uniforme militar, la cara del príncipe heredero Maximiliano no era una visión agradable.

Cuando miré con reproche a Freed, se rió amargamente de que eso parecía estar mal y volvió a negar con la cabeza.

—No digas cosas imposibles. En primer lugar, Lidi no mostró interés después de la primera mirada al príncipe heredero Maximiliano. Después, tampoco lo miró. Sólo eso bastó para despertar el interés de ese hombre.

—Eh… Después de todo, aparte del atuendo no había nada digno de mención. —Es un tipo diferente de belleza bien dotada que Freed, pero no me interesa esa cara fría.

Pero, al menos pude observar bien su atuendo.

Cuando hablé de eso con orgullo, muy perplejo, Freed dijo “así que fue así”.

No puedo confesar que me encapriché con Freed vistiendo ese uniforme militar en mi imaginación, pero no estoy reflexionando. No importa la forma, los uniformes militares son justicia.

Qué hay de malo en encapricharse.

—Haa… Cielos, Lidi. Siempre estás superando mis expectativas… Pero, me habría opuesto sabiendo que eso pasaría.

Después de todo se volvió problemático, se lamentó Freed.

Aunque me lo digan, yo tampoco quería encontrarme con él.

Pensando que tenía que encontrarme con él de nuevo en la fiesta de la noche, me deprimí.

—Oye… Freed. Entiendo que es imposible, pero ¿tengo que bailar con el Príncipe Heredero Maximiliano?

—¿Nn? ¿Lidi odia al Príncipe Maximiliano?

—No iría tan lejos, pero no me gusta ese tipo de persona.

Odio esos ojos aterradores como el hielo.

Sonrió un par de veces, pero esos ojos no eran en absoluto sus verdaderos sentimientos.

Lo entendí al observar cómo reaccionaba con calma.

Mis verdaderos sentimientos se filtraron al pensar en que no quería acercarme demasiado a él.

Al verme así, con una expresión de disculpa, Freed sacudió la cabeza.

—Lo siento. Yo también lo aborrezco, pero ya está decidido. Sin embargo, terminemos pronto y retirémonos. ¿Qué tal si nos relajamos en el baño del Palacio Real para librarnos del cansancio?

—Un baño. Podría ser bueno.

Ciertamente, me curaría con eso. Me han permitido usar el baño del Palacio Real en diversas ocasiones, es lo suficientemente amplio como para nadar. El único inconveniente es estar acompañada por muchas damas de la corte, pero un baño después de este desagradable asunto, seguro que me sienta bien.

—Entonces, hoy vamos a meternos juntos.

—¿Eh…?

—Está bien. Quitaré a las damas de la corte, seremos solo nosotros dos. Nadie más mirará.

—No, no es eso…

Me quedé en blanco ante las palabras de Freed.

¿Bañarnos juntos? No puede ser, ¿juego en el baño? No he experimentado eso ni siquiera en mi vida anterior. ¿Eh? No, en primer lugar, ¿está bien?

No, no, como era de esperar, Freed no haría tales payasadas en el baño del Palacio Real… Quiero creer que no lo haría.

Mientras me asustaba, Freed dejó caer un beso en mi mejilla y se levantó.

Me tendió una mano.

—Ahora bien, podemos divertirnos un poco después de la fiesta de la noche, así que vamos a perseverar un poco más… Déjalo en mis manos. Pase lo que pase protegeré a Lidi. Puedes sentirte segura.

—Diversión dices… Todavía no he respondido… Cielos.

Las palabras dulces, pero serias me hicieron sonreír.

Si Freed lo dice, estará bien.

Me parece natural que esté bien si estoy a su lado.

El baño también… Hmm, me da vergüenza, pero no se puede evitar.

—Sí, te creo.

Tomando la mano prestada, me levanté.

Mirando la gentil sonrisa de Freed, algo llenó mi pecho.

¿Qué es esta sensación de picor?

—¿Lidi?

Mientras lo miraba en silencio, me llamó con una voz curiosa.

Mi mirada se trasladó a sus labios. Al ver los labios finos y bien apretados, de alguna manera sentí ganas de tocarlos.

Siguiendo esta sensación, puse mis manos en su pecho y levanté los talones. Poniéndome de puntillas, con un beso, dejé caer un beso que no era más que un picoteo.

—¿Eh?

Cuando la sorpresa se apoderó de Freed, a pesar de ser un poco tímida, sonreí.

Puede que sea la primera vez que hago algo unilateral como esto.

Sí. Algo así no está mal de vez en cuando.

Puede que sea tarde, pero qué bonito es ver cómo se pone ligeramente rojo… eso pensé.

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