Un villano puede salvar el mundo por amor – Capítulo 5: Demonios y otras cosas oscuras

Escrito por Iszeth

Asesorado por Maru

Editado por Tanuki


 Amon, en este momento, aún no despertaba.

El niño que habían secuestrado apenas si era un receptáculo para que su semilla de vida germine en su alma. Los cultores habían escogido cuidadosamente un alma indicada, con cierto conflicto entre ingenuidad y oscuridad.

Su víctima perfecta había sido el hijo de una casa noble menor, quien al parecer, sufría un grado de violencia intrafamiliar escandaloso. Su alma había sido corrupta a temprana edad, pero su inocencia infantil continuaba intentando mantenerse bajo la adversidad.

El nombre del niño era Lars Cetisier.

La poca información que tenía al respecto del secuestro radicaba en los escritos proféticos que había extraído de los recuerdos de esa perra. Según éstos, Lars había sido llevado a las afueras de la capital, en una zona de ruinas arqueológicas aún no descubiertas oficialmente, ocultos bajo el ala de un noble de alta cuna que mantenía un alto rango en la secta. La ceremonia de inoculación del alma se llevaría a cabo durante el eclipse solar debido a la conjunción del día y la noche y las energías ambivalentes concentradas.

Mi trabajo era descubrir dónde estaba y desmantelar todo antes de que el eclipse que se acercaba diera lugar, y por ende, obtener el crédito de todo y así hacerme una reputación a esta temprana edad para poder sobresalir y obtener la mano de mi querida y hermosa Canaria.

Tenía apenas seis meses para el próximo eclipse solar. Eso significaba, que tenía tres meses para aprender a manejar mi maná por completo, y dos meses más para encontrar a Lars.

Y todo ello mientras empezaba con la educación espartana que Rosemaríe había ideado para mí en beneficio de mi nombramiento como sucesor.

Mi rutina era simple pero exhausta. Como príncipes, por las mañanas y hasta poco antes del mediodía debíamos entrenar nuestro cuerpo en el arte de la espada. Nunca he sido bueno con ella, así que aproveché el hecho de que debía entrenar mi flujo de mana y empecé a hacer trampa con reforzamiento. La sensación del flujo de energía en un cuerpo sano fue indescriptible. En poco tiempo, pude llevar la par a Sigurd, quien parecía desconcertado por el hecho de que su débil hermano menor empezaba a convertirse en alguien aceptable en el uso de las armas.

Casi siempre, cuando nuestras espadas chocaban una contra la otra, indudablemente yo salía volando y cayendo contra mi espalda. Mis brazos y mis piernas nunca fueron muy fuertes, y cuando ocurrió lo de la fiebre de mana, aquella debilidad física incrementó a tal grado que apenas si podía sostener adecuadamente las herramientas de escritura o una taza de té. Pero en este tiempo, la fiebre de mana no se presentaría, y yo pondré todo mi empeño en entrenar mi mente y cuerpo por el bien de Canaria.

Esta vez, aunque en cuestión de técnica él era mucho más versado, pude esquivar, y sobre todo, detener sus ataques.

Acostumbrado a que su hermano menor casi siempre era un muñeco de entrenamiento inmóvil que sólo servía para recibir sus golpes, Sigurd se frustró en poco tiempo y empezó a golpear con toda su fuerza contra mi cuerpo un año menor que él.

No diré que no me dolieron sus golpes que descuidadamente me daba con sus rodillas o brazos, pero disfruté bastante ver esta parte de mi hermano. Él, acostumbrado a tenerlo todo y a ser el mejor en todo, estaba siendo presionado por su pequeño hermano, y había perdido la calma. ¡Oh!, hermano, debes empezar a acostumbrarte a perder.

Clases de etiqueta, ciencias, arte, matemáticas, diplomacia, leyes, lenguas y todos los estudios necesarios en beneficio del futuro líder del país empezaron a desfilar por mis horas del día. Incluso por las tardes hasta la hora de acostarse, se me requería en la corte para estudiar los juicios y edictos que mi padre hacía.

Esto último era mi carta de triunfo.

Debido a que el principal benefactor de los cultistas de la ciudad se describe como un hombre de poder incluso entre los nobles, asiduo a la corte y con buenas relaciones, con mi habilidad de lector podría encontrarlo. Y mientras utilizaba mi habilidad lector, podría entrenar mi manejo del flujo de mana.

Pero, en poco tiempo me di cuenta de que lector no era suficiente. Muchos nobles tenían un lado oculto e ilegal, que hacía que los posibles objetivos fuesen muchos, los suficientes como para tardar demasiado si investigaba uno por uno. También, en realidad con el nivel de habilidad que poseía en este momento, no era tan fácil utilizarla en objetivos con cierto grado de entereza mental.

Entonces, recordé que los cultistas tenían una marca de identificación para saber quién era miembro.

La marca no era fácil de obtener, debías haber pasado muchas pruebas de confianza, y soportar el dolor del grabado espiritual, como la que se aplicaba hace bastante tiempo a los esclavos.

En efecto, la marca se grababa en el alma.

¿Cómo podría ver el alma? Ciertamente, la capacidad de ver almas residía sólo en usuarios espirituales, que era un tipo de magia que no conocía. Sólo los sacerdotes de cierto rango y con afinidad a la magia podían hacerlo. Por eso, en cada ciudad donde se encontraban los cultistas, debía haber al menos dos sacerdotes del culto entre ellos.

¡Ah!, ¡qué dolor de cabeza! Ahora debía buscar la manera de hacerme con las técnicas de un Arcipreste o alguien de rango superior en la Iglesia de los cinco dioses.

El problema no era encontrarme con un rango superior de la Iglesia; desde que soy un príncipe, me he visto rodeado de personal de todas las ramas del gobierno y adjuntos, e incluso soy capaz de pedir por la asistencia de ellos en especial si la situación lo requiere, tanto como tutores como para protección… Pero, los miembros de la iglesia en especial son bastante perceptivos y resistentes con habilidades que tiene que ver con controlar, manipular o leer la mente.

No es como si con ordenarles me enseñarían inmediatamente sus técnicas más sagradas. Incluso si yo, como segundo hijo del actual Rey, manifiesto mi interés en volverme a la religión, pasarían muchos años para que empezaran con mi educación clerical, y por ende, muchos más para que pusieran en mi haber las técnicas de purificación y detección sagradas.

Podría incluso hacerlo a la fuerza aprovechando los eventos sacros semanales para dar gracias a los dioses, sin embargo, se haría un gran escándalo si el Obispo se percata de que alguien quiere violar su santa cabeza y determina el culpable.

Ah… ¿Qué se le va a hacer? Sólo espero que no se dé cuenta de dónde viene el intento de interferencia, o tendré mucho que explicar. Quizá si hago como que es un don natural que no puedo controlar, no pase a mayores.

Después de todo, sólo soy un niño de cinco años.

5 respuestas a “Un villano puede salvar el mundo por amor – Capítulo 5: Demonios y otras cosas oscuras”

  1. Sólo soy un niño de cinco años…. jajajajaja. Lo amo. Ahora, me gusta que en este capítulo nos muestran la seriedad y determinación que él tiene actualmente. Canaria es su norte, y ha puesto su barco en camino a su destino. No importa si se tiene que llevar a unos cuantos por delante o incluso correr unos pocos riesgos. Él está completamente determinado.

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