Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Yu Ming oyó un golpe y asomó la cabeza a la puerta para observar a Han Dong entrar furioso.
—¿Qué sucede? —Preguntó Yu Ming.
Han Dong lanzó una frase con un semblante oscuro:
—¡Ignórame!
Pff… ¿A quién le gusta razonar contigo? Yu Ming volvió a encoger la cabeza y se dedicó a lo suyo.
Después de un tiempo, se oyó el sonido de música pesada en la puerta de al lado y Yu Ming no pudo evitar suspirar, de nuevo.
—“Si no fuera porque el destino me engaña, no se me rompería tanto el corazón cuando pienso en ti. Sólo hay que olvidarte, hay que olvidarte, este es el mejor castigo para la impulsividad, ah… ah… ah…”
Han Dong cantó entre lágrimas.
Finalmente, Han Dong abrió la puerta de una patada con los ojos rojos.
—¿Tienes demasiada sangre fría? Estoy así, ¡y ni siquiera preguntas!
Yu Ming lanzó fríamente una frase:
—¿No fuiste tú quien me dijo que te ignorara?
Han Dong asintió ferozmente y volvió a asentir:
—¡Bien, Yu Ming, está bien, sigue así! ¡Estás muerto para mí!
Tras decir esto, volvió a cerrar la puerta de un golpe.
—Psicópata.
Yu Ming no se lo tomó en serio.
Han Dong volvió a sacar la cuerda de la caja, tanteando de un lado a otro, con lágrimas en el rostro.
Si Ye Chenglin estuviera aquí, me hubiera metido en la cama para engatusarme.
¡MB! Fue tan difícil para mí ser amable, ¡pero no lo encuentro! Después de lamentarse durante mucho tiempo, Han Dong se quedó dormido en menos de tres minutos.
Por el contrario, Wang Zhong Ding, que no podía hacer su trabajo y no podía dormir, dio vueltas en la cama durante la mitad de la noche.
Finalmente, hubo una vibración procedente del teléfono.
No sé por qué, pero cuando Wang Zhong Ding cogió el teléfono, lo primero que le vino a la cabeza fue la petición de paz de Han Dong cuando era sonámbulo.
Como resultado, el mensaje efectivamente era de Han Dong, también mientras estaba sonámbulo, pero no era una petición de paz.
En cambio, fue un mensaje que golpeó a Wang Zhong Ding como un rayo cuando lo leyó.
¡Había una foto desnuda del gran pájaro de Wang Zhong Ding! Debajo había tres grandes palabras “inspiradoras”: “¡Devuélvelo!”. A la mañana siguiente, muy temprano, Han Dong se plantó en la puerta de la habitación de Yu Ming de forma heroica.
Tenía las manos en los bolsillos del pantalón, y su expresión era indiferente, con la mirada de un hombre que no hablaría contigo si tú no le hablaras primero.
Yu Ming no lo tomó en serio y dijo en un tono particularmente casual:
—Vete.
Han Dong se sintió avergonzado y molesto durante mucho tiempo, pero en cuanto salió por la puerta de la unidad, vio la figura fría de Wang Zhong Ding de pie junto al auto que lo recogió.
El pequeño corazón de Han Dong se estremeció violentamente, pero rápidamente se estabilizó.
—Ven aquí, tengo algo que decirte.
Wang Zhong Ding habló.
Han Dong sonrió fríamente:
—Lo siento, no tengo tiempo.
Wang Zhong Ding no le permitió resistirse y lo arrastró directamente a un lugar desocupado por el cuello.
En ese momento, Han Dong sólo tenía un pensamiento en su cabeza: si te atreves a besarme a la fuerza aquí, ¡también te perdonaré! Como resultado, no hubo un beso contundente, pero sí una regañina contundente.
—¡¿Qué es esto?!
Han Dong se sorprendió al principio, pero rápidamente dejó de lado su expresión de corazón y reveló una sonrisa desdeñosa.
—¿No lo sabes? Como hombre varonil, ¿ni siquiera reconoces esto? ¿Y tienes que venir a preguntarme?
Wang Zhong Ding regañó airadamente con rostro hosco:
—¡No hace falta que te hagas el tonto por mí!
—¿Cómo me hago el tonto? Entonces dime, ¿qué es esto? ¿Qué es?
Han Dong persiguió con malas intenciones.
El rostro de Wang Zhong Ding estaba tan oscuro que parecía una sombra.
—Está bien, me voy.
Han Dong se dio la vuelta y estaba a punto de marcharse cuando fue arrastrado por Wang Zhong Ding de nuevo.
—¿Lo has fotografiado?
Han Dong sonrió y se dio la vuelta con calma.
—¿Qué pruebas tienes de que lo he cogido?
Wang Zhong Ding abrió directamente el registro de comunicación de su teléfono móvil y lo encendió delante de la cara de Han Dong.
—¿No es este tu número?
Sin cambiar la cara, Han Dong volvió a sacar su propio teléfono del bolsillo de su abrigo, todavía con la misma foto, y también encendió un registro de correos electrónicos enviados y recibidos.
—No, esto fue enviado desde tu teléfono primero.
Wang Zhong Ding se quedó rígido durante un largo momento antes de hablar con rabia.
—Yo estaba durmiendo en ese momento, ¿cómo podría enviarte un correo electrónico?
Han Dong devolvió una frase después del tono de Wang Zhong Ding.
—Pero yo también estaba durmiendo en ese momento, ¿cómo podría enviarte un mensaje?
Wang Zhong Ding nunca pensó que incluso Han Dong podría excusarse a pesar de que la evidencia estaba en frente de él.
Resulta que las habilidades de Han Dong eran mucho más que eso.
Cogió otro teléfono de Wang Zhong Ding, sacó la foto de su gran pájaro y preguntó a Wang Zhong Ding a su vez.
—Entonces, ¿de qué se trata todo esto? —Preguntó Wang Zhong Ding, con el cuerpo atónito.
—¿No vas a decir también que yo tomé esto? —Preguntó Han Dong deliberadamente.
Wang Zhong Ding limpiaba los mensajes y correos electrónicos cada noche antes de irse a la cama, por lo que sólo guardó en su teléfono el registro que Han Dong envió anoche.
Aunque Han Dong no tenía la costumbre de borrar registros, siempre era muy consciente de las secuelas cuando era sonámbulo.
Entonces, sostuvo los dos teléfonos juntos frente a Wang Zhong Ding.
—¿Qué hay de tus pruebas, eh?
Wang Zhong Ding se quedó mirando a Han Dong durante tres minutos sin pronunciar una sola palabra.
Han Dong pinchó la barriga de Wang Zhong Ding y dijo con una sonrisa de satisfacción:
—La próxima vez que me hagas fotos, acuérdate de ponerles la contraseña, incluidas las de las sesiones de fotos, y escóndelas bien.
Después de eso, apartó a Wang Zhong Ding, que tenía el rostro rígido, y se acercó a poner su brazo alrededor de los hombros de Yu Ming.
—¡Ming, vámonos!
Wang Zhong Ding miró la orgullosa espalda de Han Dong, no era un estado de ánimo que pudiera describirse como “apretar los dientes”.
En el momento en que Han Dong subió al coche, se mostró frío y desenfrenado, pero al segundo siguiente estaba abrazando a Yu Ming y pasándoselo en grande.
—Rápido, date la vuelta, ¿tiene la mirada por el suelo?
Yu Ming le miró oblicuamente:
—¿La tiene?
Han Dong pellizcó la cara de Yu Ming y dijo:
—Antes, no entendía el significado de que seas tan viejo, ahora lo entiendo, es tan genial, ja, ja, ja.
Yu Ming resopló, no habló.
♦ ♦ ♦
El enfado de Wang Zhong Ding con Han Dong aún no había terminado, cuando la empresa se enfrentaba a otro gran acontecimiento.
Un artista protagonizó un impactante escándalo. Pero este artista no era Li Shang, sino Fang Yun.
Cuando Wang Zhong Ding regresó a la empresa, las cosas ya habían ido demasiado lejos, y todos los grandes medios de comunicación se apresuraron a informar: “La actriz Fang Yun se vio envuelta en un asunto de poder y sexo, y fue expuesta entrando y saliendo de hoteles con su editor en jefe extranjero.”
Una vez conocida la noticia, la cotización de la empresa Zhong Ding se desplomó casi un 6%.
La alta dirección de la empresa tuvo que celebrar una reunión de urgencia para tratar la situación, y el equipo de relaciones públicas de Fang Yun actuó rápidamente.
Sin embargo, la gravedad del suceso superó con creces sus expectativas. El asunto no se había suprimido, y otro escándalo más surgió: la casa privada de reclutamiento de Fang Yun fue fotografiada en secreto, había dos hombres y una mujer en una habitación… las fotos son muy claras y todos están desnudos. No había rastros de photoshop, y nada que se pudiera ocultar.
El escándalo real no es algo que pueda resumirse con la palabra “accidental”.
O bien está “políticamente implicado” y había que arreglarlo, o se han metido con la gente equivocada.
El buzón de Wang Zhong Ding seguía lleno de fotos y vídeos sexuales inéditos, que se enviaban constantemente desde el extranjero.
El remitente del mensaje no hizo ninguna amenaza o insinuación, simplemente quería disgustar a Wang Zhong Ding.
—Señorita Fang, no puede entrar.
—¡Apártense!
—Señorita Fang, por favor, cálmese.
—Quiero ver al señor Wang. ¡Abran paso! Quítense de en medio.
La fría voz de Wang Zhong Ding salió del despacho:
—Déjala entrar.
Dos segundos después, la puerta se abrió de un empujón.
Fang Yun acababa de entrar y se arrojó al suelo, su antiguo orgullo y engreimiento se habían esfumado, lo único que quedaba era su maquillaje lloroso y su rostro desdichado.
—Señor Wang, sálveme…
Wang Zhong Ding se quedó en silencio, de espaldas a ella, con su figura fría como una montaña.
Fang Yun volvió a abrazar los muslos de Wang Zhong Ding y le suplicó amargamente:
—Señor Wang, por favor, sólo usted puede ayudarme…
Wang Zhong Ding permaneció indiferente.
Fang Yun se quitó desesperadamente la ropa una a una, y se enfrentó a Wang Zhong Ding desnuda, y llevó la mano de Wang Zhong Ding a su pecho, con un rostro humilde y lastimero.
Wang Zhong Ding, rápidamente, puso su mano rozando hacia atrás, sin ninguna expresión en sus ojos.
—Me das asco.
El tono era suave, pero cortó como un cuchillo la cara de Fang Yun.
Tengo que decir que la persona que envió el correo electrónico es muy inteligente.
Lo que realmente mató a Fang Yun no fue la opinión pública, sino la mirada despectiva de los que estaban en el poder.
—Vete —dijo Wang Zhong Ding.
Fang Yun se sentó en el suelo como si hubiera perdido su alma.
Finalmente, fue Er Lei quien entró y sacó a Fang Yun, y se llevó su ropa.
Poco después, Feng Jun empujó la puerta, con una expresión algo grave.
—Este asunto fue agitado por parte de Golden Peak Entertainment, y sospecho que fue Yi Lu ‘abandonando el barco’ lo que les hizo resentirse, por lo que lo reportaron de esta manera…
—No hace falta que lo encubras.
Wang Zhong Ding interrumpió a Feng Jun:
—Sé quién está detrás de esto.
Feng Jun asintió con impotencia, los hechos estaban frente a sus ojos, y cualquiera con una mirada clara podía verlo.
La noticia decía que Fang Yun estaba dispuesta a acostarse con ellos para competir por la oportunidad, mientras que la otra protagonista implicada claramente a Yi Lu.
—Entonces, ¿todavía nos importa? —Preguntó Feng Jun.
Wang Zhong Ding guardó silencio durante un largo rato antes de hablar:
—Como se trata de los artistas de la empresa, tenemos la obligación de ser responsables hasta el final, al menos en lo que se refiere a hacer el trabajo suficiente.
Justo después llegó una llamada de la junta directiva.
La voz de Wang Haizhi tenía un gran poder asesino.
—Definitivamente no es un asunto que se pueda manejar, en cuanto a esta artista… dejémosla valerse por su cuenta.