El Conde y el hada – Volumen 3 – Capítulo 4: El espía de la banda de ladrones Robin Hood

Traducido por Den

Editado por Nemoné


—Así que, Lord Edgar, ¿le mostró la espada?

—Se la mostré. La admiró con seriedad, pero eso fue todo.

Raven permaneció de pie, prestando atención, y lo pensó profundamente.

Edgar estaba apoyado con el codo en el reposabrazo del sofá.

—Podría ser solo una coincidencia.

—Sin embargo, sería una información valiosa si pudieran averiguar que la espada está en esta casa, y qué tipo de forma y diseño tiene.

Edgar pensó en la carta amenazadora de la  “Luna Escarlata”, que le ordenaba entregar la espada de la familia del Conde. También en el hecho de que Paul quisiera echarle un vistazo.

—Es cierto. Pero Paul no parece del tipo que pudiera hacer de espía. Su reacción cuando vio la espada parecía completamente natural.

Cuando era joven, fue ingenuo y creía fácilmente en lo que la gente le decía. Era un joven cuyo rostro mostraba de inmediato lo que estaba pensando.

No podía creer que tuviera la capacidad de actuar de tal forma que pudiera engañar a los demás. Edgar creía que esa parte de él no había cambiado, pero quién sabe.

—No…, soy plenamente consciente, Raven. Para un artista formar parte de una organización secreta es como una tendencia. Debería ser más cauteloso, justo como dices.

Las grandes organizaciones serían la de los Francmasones [1], y los Rosacruces [2]. Habían algunos eruditos, y nobles educados, que ya tenían un asiento en ellas.

La gente del exterior solo los veía como personas misteriosas, y extremadamente espeluznantes; se susurraba entre las sombras que estaban planeando algo inimaginable, pero en verdad, su sentido antisocial de propósito era escaso.

Por otro lado, las organizaciones realmente peligrosas no aparecerían en los rumores de la gente, ya que estas manipularían la sociedad desde detrás de escena.

Si la “Luna Escarlata” era una banda tipo Robin Hood [3], entonces serían héroes en las partes más inferiores de la sociedad. Sin embargo, solo tenían como objetivo el dinero sucio que estaba conectado con Príncipe. Lo que significaría que, para alguien que tenía un asiento en esa organización, ellos no parecía que estaban cometiendo un delito, sino más bien, que estaban luchando por su ideal.

No sería extraño que alguien como Paul quedara hipnotizado por eso.

—La información que tenemos sobre él, hasta ahora, es que nació en Kanata, sus padres se divorciaron cuando era un niño y, aunque había estado viviendo con su madre, cuando ella falleció, vino a Inglaterra y estuvo al cuidado de su padre, el pintor Andrew Foreman. Mientras estudiaba en la escuela de arte, su padre se retiró de la pintura y actualmente vive en Dover. Desde entonces, Paul ha estado viviendo en Londres por su cuenta. Es conocido como una persona con buena conducta; no hay malos rumores acerca de él en la escuela a la que asistió o en su vecindario; está completamente dedicado a su trabajo artístico.

Mientras escuchaba, Edgar frunció el ceño.

Raven lo vio y se detuvo. Esperó en silencio a que su maestro hablara.

— ¿Andrew Foreman? ¿No O’neill? Bueno, podría significar que el padre de Paul tenía un nombre diferente que usaba como pintor…

—No hay información sobre eso en mi investigación. Si era un cuadro firmado por el Señor Foreman, entonces hay varios de esos, pero ninguno con O’neill.

Cuando Paul apareció, a Edgar no le importó mucho que su apellido hubiera cambiado desde que lo conoció en el pasado. Hay muchos casos en los que un artista o actor cambia su nombre a como quiere.

Pero de acuerdo a la memoria de Edgar, su padre era conocido como un pintor por el nombre de O’neill.

—Entonces, Raven, investiga sobre un pintor llamado O’neill.

Si un pintor llamado O’neill existía y era el verdadero pintor que el padre de Edgar había contratado para hacer los cuadros de su casa, entonces Paul, que se suponía que era el hijo de O’neill, actualmente estaría asumiendo un nombre falso.

Quizás a partir de ahí, podría surgir la posibilidad de que Paul estuviera de alguna manera conectado con la “Luna Escarlata”.

—Entendido.

— ¿Qué hay sobre la banda Robin Hood?

—Justo como Lord Edgar había dicho, después de haber ido a varias tiendas de segunda mano, hubo alguien que fue a vender un violín.

La policía afirmó que registraron a todos los doctores de Londres, pero, no hubo ninguna coincidencia de un hombre que viniera con los dedos cortados. Sin embargo, estaba seguro de que las heridas del hombre fueron atendidas por algún doctor clandestino, o alguien de la organización.

Edgar imaginó que si había perdido cuatro de sus dedos, entonces ya no podría tocar el violín.

— ¿Confirmaste el violín?

—Sí. Tenía una marca que le hice cuando luché contra él. Solo que quien vino a venderlo, era un hombre gordo y de barba negra, por lo que le deben haber pedido que lo vendiera o algo así.

— ¿No pudiste identificar al hombre?

—No. Todo lo que averigüé fue que era un hombre bien vestido y llevaba un anillo con una piedra roja. Eso era todo lo que el propietario de la tienda pudo recordar.

—Un anillo con una piedra roja…

—Como era una tienda de segunda mano, el propietario estaba bastante familiarizado con las piedras preciosas, así que tenía curiosidad de si era una piedra lunar roja.

Piedra lunar; la “luna” escarlata.

— ¿Lord Edgar, hay piedras lunares rojas?

—Sí. Hay rojas, blancas, y azules…

Cuando Edgar dijo aquello, tuvo la sensación de que había visto recientemente una piedra lunar roja en algún lugar. Pero, no podía recordar cuándo.

Pasaba los días entre la alta sociedad y la cantidad de personas que conocía era interminable. Además, eran la clase de personas que acostumbraban a usar llamativas piedras preciosas.

Seguramente habría varios que eran robustos y de cabello negro.

Mientras pensaba, alguien llamó. Pero, no a la puerta, sino a la ventana.

Raven la abrió y un gato gris se deslizó en la habitación.

Qué tipo de gato puede llamar.

—Hola, Nico, ¿necesitas algo?

— ¿Puedes llamarle y decirle que libere a Lydia? Ya ha pasado la hora de que se vaya a casa y el señor Artista todavía está absorto en su trabajo.

El gato que saltó sobre el sofá, maulló su queja mientras se inclinaba en una actitud altiva y poderosa. Porque actuaba así, no parecía un gato.

Pero si Nico todavía está aquí, eso significa que…, pensó Edgar.

— ¿Raven, Lydia todavía sigue modelando para Paul?

—Ahora que lo pienso, sí.

—Mira qué hora es. Dile que la deje ir a casa ya.

Una vez Raven salió de la habitación, Nico soltó un maullido como si llamara a Edgar. Y después, miró a Edgar como si lo culpara.

—Oí por casualidad de que el señor Artista podría ser un espía. Además de eso, podría estar conectado con el instructor de baile de ese accidente.

— ¿Tal vez nos estabas escuchando a escondidas, Nico?

— ¿Es seguro dejar que un hombre como él se acerque a Lydia?

—Ahh, estás preocupado por Lydia. No es como si estemos definitivamente seguros de que sea un espía, y están los ojos vigilantes de los sirvientes de esta casa, así no se quedarán solos.

Nico movió su cuello, como si dijera “qué molestia”.

Edgar levantó la mirada después de que se sorprendiera por algo.

— ¿Nico, por casualidad estás hablando como un humano?

—Meeoow —Su llanto felino sonó como si lo hiciera a propósito.

Edgar se acercó a Nico, que estaba en el sofá.

— ¿Oye, crees que Lydia confía más en Paul que en mí?

—En comparación contigo…, cualquiera caería en la categoría de confiable.

— ¿Podría gustarle más que yo?

—No me preguntes eso.

— ¿Estaría herida si él fuera una espía?

Incluso Nico guardó silencio ante aquello.

—Es por eso que, Nico, deberías aconsejar a Lydia a que me elija. Y mientras lo haces, deberías hacerle saber sobre el lado malo de Paul. ¿No es una buena idea?

—Umm, incluso si el pintor resultara ser un espía, tengo la sensación de que todavía sería más preferible que tú…

Edgar agarró a Nico por el cuello mientras hablaba.

—Es mejor no ir en mi contra.

♦ ♦ ♦

Raven entró en la habitación que Paul estaba usando para pintar, y le recordó que ya era tarde, lo cual le hizo apresurarse a dejar el pincel.

Paul era del tipo que perdía la noción del tiempo cuando estaba absorto en algo. Aunque ella también estaba pensando en algo, así que también perdió la noción del tiempo.

Lydia estaba intentando pensar en una manera de lidiar con el problema entre las hadas una vez el anillo de la “luna” saliera. Se preguntaba si no había una buena idea que ahuyentara tanto a Kelpie, como a las hadas del campo.

Pero, al final no se le ocurrió nada, y así, Lydia, para poder irse a casa, llamó a la puerta de la oficina de Edgar porque le preguntó a Raven, y le dijo que Nico estaba allí. Sin embargo, en lugar de una respuesta, escuchó una conmoción como si se tratara de algún tipo de pelea.

Sorprendida, abrió la puerta de golpe y una bola de pelo gris saltó a sus brazos.

— ¿Nico, qué pasó?

— ¡Diablos, ese hombre es horrible! ¡Pisoteó mi orgullo!

Había una silla y una lámpara que yacían en el suelo a su lado, probablemente por Nico, que las golpeó mientras luchaba para alejarse de él.

Edgar, que todavía estaba sentado con ambos entre él y Lydia, le dedicó una sonrisa.

— ¿Edgar, qué le hiciste a Nico?

—Solo estaba jugando con él.

Se sacudió el pelo gris que estaba pegado a su ropa mientras se levantaba del sofá.

— ¡Dije que no soy un gato, pero me trató como un maldito felino!

—Parecía que lo estabas disfrutando.

— ¡No lo pude evitar! Este cuerpo de gato respondería por naturaleza…

—Ese tipo de sonido lascivo.

— ¡No seas estúpido! ¡Maldito idiota! ¡Escucha bien, nunca me toques, ni me acaricies, ni me hagas ronronear!

Nico saltó de los brazos de Lydia, y salió corriendo de la habitación en un instante.

Pero, ser capaz de enfadar a Nico, que odia ser tratado como un gato, debe significar…

—Realmente eres bueno en el manejo de gatos.

—También tengo confianza en cómo manejar a las mujeres.

¿Huh? ¿Está empezando de nuevo?

Sus feroces ataques de coqueteo que habían estado muriendo recientemente. Pero, para el momento en el que Lydia sintió el peligro, Edgar ya estaba de pie frente a ella, y le impedía moverse para irse a casa.

Miró a Lydia desde arriba como un halcón. Era una postura que estaba completamente en modo caza.

¿Por qué? ¿No estabas cansado de mí?

—No tienes ninguna obligación de quedarte hasta tan tarde con Paul. Si regresas tarde, el profesor Carlton se preocupará.

—Sí, hoy también había olvidado lo rápido que pasa el tiempo.

— ¿Fue tan divertido?

—Sí, supongo… Mencionó muchas cosas de las que hablar para que no me aburriera.

—Por ejemplo, ¿qué?

Definitivamente estaba preguntando mucho hoy.

—Sobre todo sobre arte. Soy libre de hablar de cualquier cosa, ¿no?

— ¿Qué es eso?

Al parecer Edgar vio la carta que Lydia estaba sosteniendo. Sería extraño esconderla, así que se la entregó para que la viera.

—Paul me la dio. Como agradecimiento por ser su modelo.

Era el dibujo de una flor de iris. Las pinceladas de Paul no eran indecisas y eran rápidas y experimentadas; reflejaban audazmente el vivo poder de la flor, y a pesar de que era una carta, era como una hermosa pieza de arte que llamaba la atención de cualquiera.

—Un Iris, eh. El mensaje de esta flor es un mensaje de amor. Así que esta es una carta de amor para ti.

—Eso es imposible. Era una flor que estaba cerca.

— ¿Qué harías si estuvieras equivocada?

¿Qué haría? ¿Como mi respuesta?

O más bien, dije que estaba feliz y la acepté con mucho gusto.

—Si fuera él, ¿no llorarías si te cortejara?

¿Huh? ¿Qué quieres decir…?

Antes de que se diera cuenta de lo que quería decir, Lydia sintió que su cara ardía.

La vio. Cómo actuó en la noche del baile.

—Seguí pensando en por qué te hice llorar, pero no pude entenderlo. ¿Dije algo que te lastimara? ¿Pero qué? ¿Qué parte?

Ni siquiera Lydia lo sabía, pero por alguna razón de repente se sintió sofocada e insoportable.

No quería que su corazón se confundiera y estuviera en desorden por los caprichos de Edgar. Y eso la enfadó, así que no pudo evitar actuar a la defensiva.

—No te importa quién me guste. Dijiste que te rendirías.

—Eso fue una mentira.

— ¿Qué?

—Dije eso para parecer pretencioso, pero no era lo que realmente pensaba.

—Mientes tan fácilmente, es por eso que no puedo confiar en ti.

—Tienes razón, no puedo contar la cantidad de veces que te he mentido.

—Ya es suficiente, hazte a un lado.

Sin embargo, no se movió y siguió bloqueando su camino.

—Pero, siempre me perdonas. Fue así desde el principio. Cuando descubriste que era un ladrón, me perdonaste por tratar de engañarte. Porque eres así, te quiero a mi lado. Los crímenes que cometí no desaparecerán, pero si no te cansaras de mí, siento que soy perdonado por vivir con el nombre del Conde.

El corazón de Lydia se tensó en su pecho ante su tono de voz inusualmente serio.

—Conoces mi parte corrompida. Pero también entiendes las circunstancias que no me dejaron más remedio que ser así, ¿verdad? Así es como realmente soy, mi verdadero yo que dijiste que no odiabas. A partir de ahora, estoy seguro de que habrán secretos con los que tendré que cargar y no podré revelar a nadie, pero solo tú aceptaste mis sentimientos con sinceridad, que pensé que solo mis camaradas, quienes pasaron por la misma experiencia que yo, entenderían. ¿No sería esa una razón para pensar de ti como una persona especial para mí? ¿Consideras que esto no es en serio sino también una mentira?

Pero era una persona que podía decir eso fácilmente, incluso si no lo decía en serio.

—Incluso si no es una mentira, no es en serio.

—Eso duele…

—No hay amor del serio en ninguna parte de ti. Lo único que ocupa tu corazón no son las mujeres, sino tu némesis. Incluso si pudiera ser útil calmando y consolando tu corazón, no es amor. Solo soy yo siendo útil.

Definitivamente dio en el clavo. Incluso Lydia aprendió un poco su lección. Él diría hábilmente cualquier cosa para obtener lo que creía que era necesario para sí mismo.

Incluso si sus sentimientos de necesidad no eran una mentira, no era amor.

— ¿No podría ser esto una amistad? Estoy bien si puedo ser de alguna utilidad. Incluso puedo trabajar como una Doctora de Hadas gracias a ti. Si podemos ser considerados y agradecidos el uno con el otro como amigos, entonces no deberíamos necesitar nada más que eso. Quiero creer que no me estás utilizando simplemente como una herramienta útil.

Sin embargo, él fijó sus ojos en Lydia como si estuviera disgustado.

—Eso va en contra de mis principios. Se acaba cuando un hombre es amigo de una mujer.

¿Eh?

Debido a cosas así, no puedo confiar más en ti.  

Oh, no puedo soportar más esto, pensó y trató de escapar de él.

Eso irritó a Edgar y lo hizo colocar sus manos a ambos lados de Lydia en la pared, para evitar que se fuera.

Tenía la sensación de que de repente había cambiado a un mal humor, o más como si estuviera furioso.

— ¿Estás asustada?

Pero el tono de su voz, que se convirtió en un susurro, fue dulce.

Lydia no era lo suficientemente sofisticada como para darse cuenta de que cambió de tácticas, por lo que fue completamente engañada y entró en pánico.

— ¿Acerca de qué…?

—Parecías asustada de enamorarte.

De repente sintió que quería llorar.

—A decir verdad, eso pareciste a mis ojos en la noche del baile. Si te perseguía, parecía que te asustarías y huirías, así que me contuve, pero no puedo soportar ver cómo sientes algo por Paul a este ritmo.

—Como dije…, no es así con Paul.

Edgar había estado guardando silencio durante los últimos días, pero ahora sentía que todo lo que fue reprimido se estaba liberando de repente; como una presa abierta.

Si lo hubiera sabido, no hubiera querido que se contuviera. Como había bajado la guardia, ahora estaba acorralada.

Era embarazoso y la sangre corría por su rostro, lo que hizo que Lydia no supiera qué hacer.

— ¿La razón por la que no te abres es porque se te confesaron por un juego cuando eras niña?

Oh, no, ¿qué hago?

—No es como si tuviera miedo de enamorarme. Me enamoré una vez, aunque eran unos sentimientos unilaterales. Pero, es imposible que el amor suceda entre nosotros. Porque si te amara, estarías preocupado. Piénsalo, estarías preocupado si me volviera seria y me enamorara completamente de ti y te siguiera, ¿verdad? Estaría en medio aún más cuando se mencionara el matrimonio con la hija de un noble. Como quiera que lo mires, no hay forma de que aceptes sinceramente a una mujer que tenga sentimientos serios hacia ti, cuando no te conviene. Es por eso que, si me trataras con frialdad, podría vender tus secretos a la prensa sensacionalista en venganza. Eso por sí mismo no sería bueno para ti en lo absoluto.

Lydia siguió hablando como loca. Él puso una cara preocupada.

Ves, eso pensé.

—Lo entiendo.

—Si lo entiendes, entonces sal de mi camino.

—Estás realmente asustada. Quieres pensar que no funcionará desde el principio. De esa manera, no tendrías que estar decepcionada.

No es decepción. Incluso en ese momento, sabía desde el principio que no era la clase de chica que recibiría una carta de amor. Tenía la sensación de que era una especie de broma.

Porque para ese chico, Lydia no era una humana, sino más como una amiga hada.

Llevarse bien con una niña que se rumoreaba fue cambiada, era como hablar en secreto con un hada. Ya que los amigos en tus sueños no son reales, ella era alguien con quien él podía abrirse fácilmente con sus problemas.

No había forma de que te sintieras bien si un sueño se adentraba en tu realidad. Él probablemente no quería que Lydia, que conocía su debilidad, le hablara delante de otras personas.

Y sin embargo, ella malinterpretó eso y lo molestó.

A pesar de que debería haber sido consciente de su papel, en realidad pensó que tal vez podría acercarse más a sus amigos.

Si tuviera miedo de algo, sería influenciada y trastornada por sus mentiras.

Si cometía el error de la distancia que no debería confundir, entonces Edgar seguramente estaría disgustado y molesto.

—No es que no quiera estar decepcionada, solo que no quiero malinterpretar la distancia que debería haber entre tú y yo…

— ¿Qué es eso? ¿Distancia? Eso puede ser cambiado por mucho que quieras, y puedes cambiarlo si lo deseas, ¿no?

Se dio cuenta que Edgar se estaba acercando más a ella.

—Como, por ejemplo, nuestra distancia ahora mismo, podemos hacer que esto sea normal para nosotros.

Le susurró en voz baja mientras colocaba sus manos sobre sus hombros. Lydia se sintió presionada contra la pared y no pudo moverse.

—No, déjame ir…

Trató de apartarlo, pero agarró su brazo y presionó sus labios en su muñeca justo delante de sus ojos.

Lydia se estremeció ante la sorpresa de que, de repente, tocara su piel desnuda.

—Uh, milord.

En ese momento, la tímida voz que los interrumpió era de Paul, que estaba de pie en la puerta que estaba abierta.

Lydia se sintió salvada y aliviada, pero eso fue solo por un momento, porque los ojos de Edgar estaban fijos en ella; le respondió tranquilamente mientras acariciaba su cabello como si jugara con él.

—Actualmente estamos en medio de algo, así que cierra la puerta y vete.

Huh, ¿huuhhh?

—Pero, uh…

—Solo estoy teniendo una charla profunda con Lydia.

¿Esto es una charla?

Quería gritarle a Paul que esperara, pero como un par de ojos color malva ceniza estaban justo delante de ella, vaciló en abrir la boca.

Además, no sabía si Paul tendría el coraje de ir en contra de Edgar cuando le dijo que saliera de la habitación. Oh, no, ¿qué hago?

Lydia estaba en tal pánico, que su voz no salía.

—Pero, Lydia está temblando, milord.

Paul dio el atrevido paso de advertirle. Edgar frunció el ceño.

Su cara no era una que pareciera estar enfadado, sino triste y lastimado.

Como si estuviera cansado, soltó a Lydia.

—Qué caballero más galante. Parece que vino a rescatarte.

—Milord, no estaba…

—Eres libre de irte a casa. Nuestra charla ha terminado.

Agitó las manos, como si se estuviera despidiendo, y se encerró en su habitación.

Lydia regresó a casa aturdida, corrió a su habitación y se sentó en la cama sin siquiera encender la luz de la lámpara.

Eso fue tan aterrador. Todavía estoy temblando.

Sentía que el calor de Edgar persistía en sus hombros y cabello.

— ¿En qué estaba pensando?

Incluso si gritaba en voz alta, no podía quitárselo de encima.

Intentó pensarlo como una broma pesada, que se fue un poco fuera de control de lo habitual, pero normalmente, él actuaba más frívolo, no como hoy, que no le permitía escapar.

Y por alguna razón, parecía estar de mal humor.

Si la causa era porque recibió la carta de iris de Paul, entonces eso era una posesividad egoísta. Lydia soltó un suspiro.

A Edgar simplemente no le gustó el hecho de que una mujer que estaba a su lado se hiciera amiga de otro hombre. Estaba segura de eso.

Pero Paul no tenía esos sentimientos por Lydia que harían que Edgar hiciera ese escándalo y se enfadara.

Incluso en este momento, el hecho de que diera un paso adelante y fuera en contra de un Conde para ayudar a Lydia, era más bien por el bien de Edgar. Paul escoltó a Lydia hacia el carruaje estacionado frente a la puerta de entrada, ya que todavía estaba temblando, y le dijo sin ocultar su justa indignación.

Afirmó de antemano que él no estaba en posición de entrometerse en la cuestión de que Edgar coqueteara con una mujer. «Pero incluso si no habla en serio, entonces pienso que ha ido demasiado lejos con una señorita como tú. Debería saber que a los plebeyos les resulta difícil ir en contra del deseo de alguien que tiene un título más alto que ellos.»

Por supuesto, no era como si Lydia no pudiera huir porque mencionó la relación entre la diferencia en su posición social, y también el hecho de que ella fue contratada por él.

Para empezar, no veía a Edgar como un conde cuando él continuaba hablándole como un igual.

Pero para Paul que se sentía así, no fue como si saliera a proteger a Lydia, sino que quería que Edgar siguiera siendo un noble caballero. Como si no quisiera que Edgar fuera un hombre que se abriera paso a la fuerza sobre una mujer joven y pura, clasificada por debajo de él, por cualquier error.

Incluso si pensó que Edgar era diferente del hijo pequeño de la familia ducal, debe haberlos visto como iguales en algún lugar profundo. Lo que significa que, la razón por la que estaba siendo amable con Lydia, ¿podría ser porque la veía como una mujer a la que Edgar trataba de forma especial?

—Bueno, así es como normalmente sería —murmuró en un suspiro.

— ¿Oye, Lydia, no vas a cenar?

Nico se asomó por la puerta. Desde que llegó a casa, se paró frente al espejo y se acomodó su abrigo de piel, pero una vez la cena estuvo lista, parecía que su humor había mejorado.

Sin embargo, el estado de ánimo de Lydia no se recuperó. Sostuvo sus rodillas mientras se sentaba en la cama y respondía: “No tengo hambre”.

—Bien, entonces —dijo rápidamente el gato hada de corazón frío.

En el carruaje de camino a casa, le preguntó a Lydia, que no dijo ni una palabra, si también fue intimidada por el Conde. Lo cual hizo que su temperamento empeorara y le hizo un nudo en la cola. Esa debe haber sido la razón por la que no se acercaba a ella.

Movió su esponjosa cola de un lado a otro y trotó escaleras abajo en sus patas traseras.

¿No se iba a ofrecer a animarla? Lydia se cansó y enfadó con todo.

Sintió el latido acelerado de su pulso en la mano, y al tocarla, se irritó cuando imaginó que ese sonido fue sentido por sus labios.

—Oye, escuché que no cenarás, ¿comiste algo que te sentara mal al estómago?

Esta vez, Kelpie entró por la ventana del segundo piso. Ahora que lo recordaba, Edgar lo había engañado para que comiera hígado, así que se preguntó si tenía algún problema.

Lydia esperaba que se hubiera intoxicado con la comida y saliera corriendo a su país de origen.

— ¿Ese no serías tú?

—Caray, me tomó horas deshacerme del veneno. No me tomaría tanto tiempo si estuviera en las aguas de las Tierras Altas, ya que las aguas aquí están contaminadas.

Como lo pensaba, los órganos eran malos para los Kelpies.

Incluso si tenía una forma humana, todavía era alto y fuerte, pero hábilmente deslizó su cuerpo a través de la ventana. Se apoyó contra el alféizar de la ventana y posó sus ojos seductores en Lydia.

Sabiendo que sus ojos tenían ese tipo de encantamiento y que no estaban relacionados con su voluntad, Lydia no se sentía tan incómoda comparado con los ojos de Edgar.

— ¿Estabas buceando en el Río Támesis?

—No seas estúpida. Cómo podría un hada grande como yo vivir en un río tan sucio como ese. Estaba en el lago de ese parque.

Adivinando por la dirección a la que apuntó , debe ser Hyde Park. Si bien recordaba, tenía un lago bastante grande.

—Eso no importa, pero estoy de mal humor en este momento. Vete a casa antes de que te arroje la Biblia.

— ¿Por qué estás de mal humor? Ahh, es eso. La época del mes cuando las hembras humanas están más irritadas…

Nemoné
Pffff. Este Kelpie...

Le lanzó un cojín que estaba cerca pero lo atrapó con facilidad.

—No seas tan gruñona. Te daré algo bueno.

Algo bueno de un Kelpie estaba destinado a ser la cabeza de un cerdo, o el corazón de una oveja. Moriría antes de tomarlo.

Extendió su puño frente a los ojos de Lydia mientras fruncía el ceño y abría la mano.

Había una bola de pelos amarilla en su mano. Se movió cuando agitó sus alas y abrió sus ojos negros, pequeños y brillantes, para mirar a Lydia.

— ¿Qué? ¿Un polluelo? Qué adorable…

Lydia no pudo evitar relajar sus mejillas.

—Lo encontré.

— ¿Dónde?

—En un cobertizo a las afueras de la ciudad.

No creo que puedas llamar a eso encontrar.

—Comiste allí…

—Solo tuve unas cuantas gallinas. Te lo haré saber, como no te gusta, me abstengo de comer humanos.

Incluso Kelpie necesitaba comer. Y sin embargo, desde que conoció a Lydia, se ha estado absteniendo de comer personas, por lo que, en cierto modo, podía ser muy fiel.

—No te comiste a este pequeño.

—Es demasiado pequeño. Es mucho trabajo intentar sacar sus órganos.

Lo dejó caer en la palma de Lydia.

Ésta lo acunó con ambas manos y descubrió que su esponjosidad la calmaba a ella y a su mente.

— ¿Cómo se siente?

Se sentó a su lado y miró curiosamente a Lydia mientras acariciaba al pequeño polluelo.

Lo más probable era que le costara comprender cómo se sentía amar y apreciar a otra criatura.

—Es cálido y suave. Me hace sentir bien.

— ¿No sientes que quieres comerlo?

—Me hace querer protegerlo. Quiero comunicarme y quedarme con él, y si desapareciera, me sentiría sola y triste.

—Hmmm, así que es lo mismo que esto.

Kelpie acarició la cabeza de Lydia, despeinándola.

¿Soy como un polluelo?

Pero para un caballo acuático, quizás los humanos, cuya esperanza de vida era corta y no tenían fuerza ni magia, eran algo así.

Y este Kelpie quería mantener esa clase de criatura débil y pequeña a su lado, así que debe ser realmente extraño y diferente como caballo acuático.

—Por alguna extraña razón, siento que no quiero comerlo. Y es aburrido si no te veo.

— ¿Aburrido? ¿No son los caballos acuáticos no tan habladores como tú?

—Bueno, incluso yo soy silencioso cuando estoy en el agua dado que no hay nadie con quien hablar. Pero si vienes conmigo, entonces siempre podemos hablar el uno con el otro.

Puso su brazo alrededor del hombro de Lydia de manera amistosa. Pero, no parecía lo suficientemente grosero o desagradable como para que ella lo apartara.

Si fuera Edgar, nunca podría permanecer tan tranquila y quieta.

Lydia había crecido en contacto con las hadas más que con los humanos, y como caballo acuático y también como hada, no debe de haber sentido tanta resistencia contra él.

Era difícil para ella entender lo que los humanos pensaban, pero podía decir lo que  pensaba un hada. Al menos, sabía que si Kelpie engañaba a Lydia para comérsela, él usaría su magia y no palabras, ni comportamiento.

— ¿Oye, ese Conde te dijo algún comentario hiriente?

Lydia sabía que no estaba pensando en nada bajo esa actitud de querer animarla, así que pudo sentirse aliviada.

—Te dije que dejaras de trabajar para ese hombre y que te casaras conmigo.

Oh, sí… Realmente lo dice como si no fuera nada.

Había humanos que abandonaban el Reino Humano debido a que se enamoraban de hadas y elegían esa clase de vida. Pero, Lydia todavía tenía algo a lo que estaba fija en ese lado.

Tenía a su padre. Tenía el sueño de querer continuar con el trabajo de su madre como una Doctora de Hadas. Además, todavía piensa que hay muchas cosas maravillosas en el Mundo Humano.

—Piensas que soy persistente, ¿verdad? Bueno, dejando eso de lado, ¿por qué no regresamos a Escocia? Saltar por las praderas donde hay montones de hadas te queda mejor, que vestirte elegante en esta ciudad llena de humanos.

Incluso ella pensó eso.

—Pero, quiero convertirme en una Doctora de Hadas capacitada. No siempre puedo andar con hadas.

—Te cansarás de tratar con los humanos. Todos los Doctores de Hadas lo hacen. Incluso si son humanos, son más cercanos a las hadas. Y los humanos no pueden ver a las hadas, así que siempre y cuando no haya problemas, se olvidarán rápidamente de las hadas y su gratitud hacia los Doctores de Hadas. Desde hace mucho tiempo, he oído que hay muchos Doctores de Hadas que abandonan el Reino Humano y viven en el Reino de las Hadas.

Según la leyenda, las personas que tienen la habilidad de convertirse en Doctores de Hadas, son aquellos que tienen sangre de hadas corriendo por sus venas, o son niños cambiados.

A veces se preguntaba cuál era ella.

Por otro lado, ¿tenía que seguir viviendo en el Reino Humano, sin poder adaptarse, debido a que sus lazos con las hadas eran muy fuertes?

Se preguntaba cómo fue para su madre. Pero, ella tenía a su padre. Es por eso que pasó toda su vida en el Mundo Humano.

Lydia todavía no sabía hacia dónde se dirigía su futuro. Se preguntaba si algún día se daría por vencida con el Mundo Humano, e iría al Reino de las Hadas.

—No toma mucho tiempo para que los humanos mueran, así que no deberías estar malgastando tu tiempo en esta sucia ciudad.

Para un hada inmortal, unas pocas décadas eran poco tiempo, pero para un humano, era toda una vida.

Y aun así, Lydia se alegró con cómo el Kelpie le hablaba inocentemente.

Cuando fue tocada por el agua del hada, se sintió envuelta por una presencia ligeramente fría, pero clara y pura.

Al igual que sintió que la suciedad que permanecía en su cuerpo estaba siendo arrastrada.

Él era un caballo acuático que poseía una naturaleza feroz, pero como solían vivir en agua limpia, se dice que tienen el poder de limpiar y purificar las aguas. Es por eso que los ríos y lagos donde vivían eran alabados por estar llenos de aguas cristalinas. Las personas y los animales estaban en deuda con ellos.

Cuando estaba con las hadas, pensaba que la estructura y la forma de pensar del Mundo Humano era una manera unilateral de ver las cosas. Para clasificar a los Kelpies como hadas malvadas, los humanos los estaban cambiando a la fuerza para su propia conveniencia.

Entonces, pensaba que no debería estar molesta cuando algo molesto sucediera; o cuando estaba agobiada por un problema; o se equivocara en el Mundo Humano.

Si se cansaba, entonces el Reino de las Hadas la acogería calurosamente.

—En realidad eres un buen tipo.

Kelpie, que es una criatura malvada pero sincera, y Edgar, que era un humano y sin embargo estaba lleno de mentiras.

Si los observaba por separado, estaba claro que Edgar era el peor de los dos.

Sin embargo, porque era un humano, iba y venía entre el bien y el mal. Lo que era difícil de entender acerca de Edgar era que las dos partes en las que se movía eran extremadamente diferentes. Él era consciente de eso cuando periódicamente ponía una expresión dolorosa y perturbadora. Y, en ese tipo de ocasiones, Lydia observaba que él, quien generalmente era arrogante, era igual que el pequeño polluelo en la palma de su mano.

Sentía el deseo de querer envolverlo en su pecho y calentarlo. Pero dijo que no necesitaba amigos. Declaró que necesitaba a Lydia, pero en verdad, podría estar burlándose y pensando en ella como alguien con quien jugar para pasar el tiempo.

Escuchó el sonido de unos pasos que subían las escaleras. Y se dio cuenta que Kelpie no estaba a la vista.

Quien llamó a la puerta de su habitación fue su padre, que acababa de llegar a casa.

— ¿Lydia, hay alguien contigo? Oí voces…

—Oh, no, papá. Era solo un hada. Ya se ha ido.

—Escuché que no querías comer.

—Sí…, no tenía hambre. Pero, quizás pueda tomar un par de bocados, ya que estás en la mesa.

Cuando se puso de pie, dejó al polluelo en la mesa que tenía la leche y las galletas para el Hobgoblin que residía en su casa. Los trabajadores Hobgoblins salieron de inmediato y rodearon a la pequeña criatura.

—Por favor, cuidad de este pequeño.

♦ ♦ ♦

Paul se dio cuenta de que Lydia estaba temblando y no se echó atrás en ese momento.

Si hubiera entrado a la residencia del Conde a buscar por los alrededores, entonces habría evitado hacer algo que empeoraría el mal genio de Edgar.

Lo que significaba que, Paul no tenía nada que ver con la “Luna Escarlata”. O, ¿su sentido de la justicia superó su deseo de completar su misión?

Mientras Edgar reflexionaba sobre eso en su cabeza, rápidamente se abrumó por el odio hacia sí mismo y suspiró.

— ¿Sucede algo?

Raven, que estaba sentado cerca de la puerta, le miró mientras preguntaba.

Más allá de la ventana de cristal, el ajetreo y el bullicio de la gente que se agolpaban en la Calle Oxford, pasaba.

Quería ordenar sus pensamientos sobre si Paul estaba relacionado con la banda Robin Hood, pero por más que empezara un nuevo rumbo con sus pensamientos, la imagen del rostro de Lydia aparecería.

—Sólo algo pequeño.

Sentía un arrepentimiento por haber hecho temblar a Lydia en sus brazos, pero Edgar había sentido la presencia de Paul cerca en ese momento, y para ver cómo se movería, no la soltó a propósito.

Por otro lado, estaba irritado de que ella continuara rechazándolo y, tenía la sensación de que las cosas se hubieran puesto peor si no se detenía.

Había una parte fría de él que calculaba el valor de Lydia; y una parte emocional de él que solo la buscaba a ella.

Sería problemático para él si Lydia lo hubiera abandonado, así que sería mejor entablar una amistad entre ellos dos como ella deseaba, pero, la propuesta de esa idea solo lo molestó. No había nada que él pudiera hacer.

—Raven, no hay duda de que estoy utilizando a Lydia para mi beneficio, y sin embargo, me pregunto por qué no quiero que ella piense que lo estoy haciendo.

— ¿Cómo quiere que ella piense de usted?

—Como si estuviera profundamente enamorado de ella, así que no quiero dejarla ir a toda costa.

— ¿No sería imposible en este punto?

Es por eso que estoy preocupado, pensó Edgar mientras se cruzaba de brazos. No importa cuánto lo dijera, Lydia no le creería.

— ¿Señor, habla en serio sobre eso?

—Sí, no quiero dejarla ir en absoluto.

—No… No me refería a eso.

— ¿Si estoy profundamente enamorado de ella? El problema es si todo se vuelve maravilloso, si ese fuera realmente el caso, entonces me pondría serio.

Como si no lo entendiera, Raven inclinó la cabeza.

—Pero Lydia no aprobaría ese tipo de seriedad. Siempre serán mis sentimientos unilaterales —dijo Edgar, mientras exhalaba esas palabras en un suspiro.

—Nunca he oído hablar sobre esa clase de amor serio.

Hubo una voz que no debería haber pertenecido al carruaje.

—No puedo creerte. Sabía que no podía dejar a Lydia en tus manos.

En el asiento frente a él, quien apareció fue un hombre joven, con cabello negro azabache ondulado.

Edgar detuvo a Raven, con una sola mirada, cuando estuvo a punto de reaccionar.

—Sr. Kain, si tiene negocios conmigo, primero deberá pasar por mi mayordomo.

—Las reglas humanas no se aplican a mí. Y además, Lydia solo quiere convertirse en una Doctora de Hadas y no se preocupa por ti en absoluto. No lo malinterpretes.

— ¿No fue tu propuesta rechazada por ella? Al menos, yo no he sido rechazado todavía.

—No me considero rechazado. Los humanos se vuelven viejos e incompetentes rápidamente. Llegan a odiarse, matarse y a traicionarse mutuamente. Si uno es un Doctor de Hadas, entonces al final elegirá una vida con las hadas, que con ese tipo de criaturas.

—Eres un Kelpie, es verdad. ¿No comes humanos? Creo que incluso Lydia tendría la guardia alta para no ser comida por accidente.

—Nunca me la comería. La voluntad de un Kelpie es fuerte.

—Qué desperdicio. Me gustaría probar a Lydia.

Kelpie no ocultó su ceño fruncido.

—Tú…, aunque eres un humano… ¿Eres un pervertido?

Edgar rió y levantó la mirada.

— ¿Por qué tienes sentimientos por Lydia? ¿No está en contra de la naturaleza de un caballo acuático tener sentimientos por un humano?

—Es porque no me teme. Por supuesto, me considera peligroso porque soy un caballo acuático. Pero, no me mira como mi especie, sino como a mí mismo. Incluso si me acerco a ella y le hablo, no huye. Nunca he conocido a un humano así.

—Entonces estabas solo y aislado hasta que conociste a Lydia.

— ¿Solo? Los caballos acuáticos son así. No nos agrupamos ni siquiera con los de nuestra especie. Vivimos en soledad.

—Pero, la conociste y descubriste el consuelo de ser aceptado por otros. Y así, decidiste tenerla solo para ti.

Kelpie lo miró fijamente, como si estuviera observando dentro de su corazón. Tenía unos hermosos ojos negros perlados.

Su brillo inhumano y diabólico compartía una cualidad de los dorados ojos verdes de Lydia. Como si hubieran visto algo, lo que te hacía sentir como si no sirviera de nada ocultar algo.

—Así que sabes…

—Es lo mismo. No tuvo miedo por lo que había hecho en el pasado. No se dejó engañar por la etiqueta que la sociedad le pondría a alguien como yo, sino que escuchó lo que tenía que decir, y se compadeció de mí. Me ayudó. Me ayudó a recordar mi parte humana, la que nadie debería perder. Siempre y cuando tenga a Lydia, creo que a partir de ahora también seguiré siendo relativamente decente.

—Oh, así que eres el tipo de humano condenado al infierno.

Kelpie hizo una sonrisa diabólicamente feliz. Te mareaba, quizás esa era su magia como un hada.

Ahora que lo recuerdo, su especie no elige y come a ambos, hombres y mujeres. Entonces los hombres también son influenciados por su misteriosa belleza.

Es como la mejor de las estatuas. No es de extrañar que las personas que quieren tenerlos en sus manos, los ponen en trampas.

— ¡Lord Edgar!

Raven gritó y colocó su mano en el hombro de Edgar. En su otra mano, apuntó un cuchillo en medio de la frente de Kelpie.

—No te enfades, pequeño… No, ¿es eso una serpiente? ¿O es un pájaro?

Una vez Kelpie se retiró, el cuerpo de Edgar de repente se sintió más liviano, como si hubiera sido liberado de un hechizo delimitador.

—Estoy bien, Raven — susurró, mientras su ayudante guardaba su cuchillo—. Podrías decirlo. Aunque no creo en el infierno… Es por eso que, Sr. Kain, no tengo ninguna intención de dejarla en libertad. Eso es definitivamente cierto.

El hada se rió con un hmph.

—Desafío aceptado.

Después de que Kelpie desapareciera, el carruaje se detuvo poco después.

El lugar al que Edgar llegó era University College [4], una universidad de Londres.

Bajó del carruaje y se dirigió por su cuenta hacia el edificio donde Carlton trabajaba. Había algo que quería preguntarle y discutir con él, por lo que hizo que el profesor tuviera libre su agenda entre sus clases privadas.

Fue guiado por uno de los miembros del personal de la universidad y cuando llegó al laboratorio, Carlton tenía el cabello desordenado mientras llevaba sus anteojos, lo que lo hacía más parecido a un ayudante de oficina, más que a un profesor.

—Bienvenido, milord, lamento que esta habitación esté en este caos —dijo Carlton mientras se deslizaba a través de las altas pilas de papeles y su escritorio, pero el dobladillo de su abrigo quedó atrapado en la silla, lo cual hizo que la montaña de papeles cayera con un fuerte sonido.

—Ahh, realmente no debería haber amontonado todos esos libros uno encima del otro… Oh, milord, por favor no se moleste, tome asiento.

Finalmente se dio cuenta de que había otra pila de papeles que estaba amontonada encima del sofá para los invitados, y se apresuró apartarlos.

Su comportamiento y sus movimientos eran torpes y un caos que, a menos que su asistente, Langley, que había estado en la habitación de al lado, no le echara una mano rápidamente, estaba seguro que haría que esa pila de papeles se cayera otra vez.

—Uh, entonces, dice que tiene algo que discutir conmigo. ¿Lydia causó algún tipo de problema?

Parece que la razón detrás de su comportamiento inquieto era porque estaba preocupado de que Edgar hubiera venido a quejarse de su hija.

—Oh, no, la señorita Carlton es brillante en su trabajo. Mi negocio no trataba sobre eso. Profesor, vine a preguntarle sobre cierta piedra preciosa.

Al escuchar joya, la sonrisa de Carlton se desmoronó.

La mineralogía era su área de especialidad. Justo como Lydia lo llamaría, una obsesión por la mineralogía; su expresión cambió instantáneamente al rostro serio de un erudito.

—Se trata de las piedras lunares… He oído que en realidad crecen y menguan como la luna de verdad.

La razón por la que estaba interesado en aprender sobre las piedras lunares, era porque sentía que la piedra preciosa estaba relacionada con el nombre del Conde Caballero Azul.

Hace mucho tiempo, se decía que el Conde había hecho una promesa de matrimonio con una Reina de las Hadas (si se le entregaba la luna). Y lo que la reina había encontrado era una piedra lunar blanca, que se decía, crecía y menguaba como la misma luna.

El pensamiento sobre cómo el Conde Caballero Azul dijo eso cliché, que quizás en verdad, lo dijo para rechazar el matrimonio, pasó por la cabeza de Edgar.

Y la otra luna; la que la banda Robin Hood llamaba Luna escarlata. Si ese nombre provenía de la piedra lunar roja, entonces surgió la cuestión de por qué tenía que ser una piedra lunar.

Se preguntaba qué tipo de significado había detrás de la “luna” de ellos, quienes aparentemente no podían tolerar a un impostor haciéndose pasar por el Conde Caballero Azul.

Quizás, la piedra lunar podría estar profundamente relacionada con él.

Sin embargo, Edgar no sabía nada sobre la familia del Conde; dónde estaba la propiedad de la familia en el Reino de las Hadas; si realmente existía; y cómo todos los Lores de la familia habían tratado con las hadas.

—La luz, dentro de la piedra lunar, es creada por el reflejo de dos tipos diferentes de minerales que, se superponen entre sí, con una capa extremadamente fina sobre otra. Es un proceso de construcción terriblemente delicado, por ejemplo, a la luz de la luna llena, y la luz de una luna creciente, la luz de ese reflejo puede aparecer diferente.

—Así que realmente es una cuestión de impresión, y su brillo en realidad no cambia.

—Quién sabe. Pero si tuviera que decir eso, estar en una posición como alguien que persigue la verdad detrás del proceso de construcción y la constitución, entonces sería una historia increíble, al igual que aceptar que existe un cierto tipo de diamante que está maldito. Sin embargo, desde hace años, hay personas que creen que realmente existe una piedra lunar que realmente crece y mengua como la luna. Por ejemplo, —Continuó Carlton, mientras buscaba en lo profundo de su mente—. Una historia popular, es la del Papa León X [5] de la Edad Media, que tenía una misteriosa piedra lunar como esa.

— ¿Hay otras historias como esa?

—A decir verdad, no es una exageración cuando digo que hay tantas como desearía. Al igual que su nombre, la piedra lunar es una piedra preciosa que se pensó que cambiaba su forma junto con la luna; o que era una partícula de la misma luna. El ojo de la mente de las personas ha estado contemplando las piedras lunares como una piedra, aunque cada una en un grado diferente, que crece y mengua.

Lo que significa que lo que fue pedido por el Conde Caballero Azul, y que encontró la Reina de las Hadas, era solo una piedra que poseía un alto grado en su luz reflectante entre todas las piedras lunares. Entonces, no tenía ningún tipo de poder mágico.

Estaba revisando la piedra que estaba fijada en el dedo de Paul todos los días, pero todavía había tiempo hasta la siguiente luna llena. El ancho de su brillo era solo un grado en el que uno podría estar de acuerdo en que se hacía más amplio a los ojos.

Después de pensarlo, Edgar continuó.

—Profesor, usted conoce sobre todas las piedras preciosas legendarias de todos los tiempos y lugares. Incluso si fuera la piedra secretamente poseída por el genio de los Caballeros Árabes, ¿no podría descifrar de qué clase era desde el punto de vista mineralogista?

—Es más como mi pasatiempo.

—Oh, no, no hay nadie más que esté haciendo lo mismo, así que hay un cierto valor en lo que está haciendo.

Y, así, iba a llegar a su verdadero negocio.

—En realidad, estoy pensando que uno de mis ancestros en la familia del Conde estaba buscando una piedra lunar que crece y mengua de esa forma. No sé cuál era su propósito.

— ¿Tal vez fue para buscar una pareja matrimonial? —Rió Carlton, un tanto avergonzado—. Dado que se dice que las piedras lunares son piedras que mantienen unidos los lazos de amor.

—No sabía eso. ¿La mineralogía también investiga sobre aspectos románticos?

—Oh, no, no, solo he oído eso. En el pasado, mi esposa quería una piedra lunar como anillo de bodas… Ah, lo lamento, estoy cambiando de tema. Uhh, usted quería saber sobre…

—Oh, no, profesor, me contó una historia maravillosa. Sueño con poder entregarle una piedra lunar a la mujer que amo algún día.

Después de que sonriera y dijera aquello, Carlton de repente puso una expresión asustada.

—Milord, todavía es muy joven, no tiene que apresurarse. Estoy seguro de que hay muchas mujeres para usted, y podría darse el caso de que pueda arrepentirse si se apresura…

— ¿No se trata más de los sentimientos de ambos que de la edad?

Su reacción frenética es muy cómica, pensó Edgar inapropiadamente.

— ¿Hay tal dama que conozca?

—Estaba hablando en general.

Como si estuviera aliviado, se secó el sudor de la frente.

—Pero, profesor, debe ser preocupante para usted tener una hija tan adorable. Puede que haya un hombre que se presente un día, y se gane su corazón con una sola piedra preciosa.

Carlton se congeló por un momento.

Cuando volvió en sí, se obligó a retomar el tema nuevamente.

—Ahh, ahora que lo recuerdo, milord, respecto a las parejas matrimoniales. ¿Uno de sus ancestros, la dama que aparece en la historia del Conde Caballero Azul, supuestamente no se parece a la piedra lunar?

Esa era una noticia inesperada.

Por supuesto, Edgar también había leído la historia sobre el Conde Caballero Azul muchas veces. Sin embargo, no tenía ningún recuerdo sobre la aparición de una piedra lunar.

—La dama del Lord, quiere decir, el maestro arquero que se decía que era su hada guardiana.

Habían dos hadas guardianas que eran maestras de la arquería. Una de ellas era supuestamente su esposa.

Cuando asintió, Carlton sacó un libro de un librero y ojeó las páginas.

Era el muy leído libro que tenía al Conde Caballero Azul como personaje principal y escrito en la era isabelina [6].

Era una historia que estaba llena de episodios de hadas populares de ese tiempo, y aunque se basada en una persona real, la gente ahora generalmente lo considera una invención. Incluso si era verdad que el ancestro de la familia Conde Ashenbert, el Lord Caballero Azul, de hecho, formó parte activa como el caballero del Rey de Inglaterra y ascendió a Conde, pero la parte sobre las hadas que salían, y la magia que se usaba, era difícil de tomar en serio.

En cualquier caso, como Lydia conocía a las hadas, dijo que no todo podía ser ficción.

— ¿Pude convencerle que un maestro arquero representa a la luna?

Ya veo. La diosa de la luna, Diana, era la diosa de la caza. Me pregunto si es porque la luna creciente se parece a un arco.

Desde la antigüedad, la luna y el arco eran periódicamente utilizados con el mismo significado, tanto en la literatura, como en la pintura.

—Y la luna también representa un alto rango dentro de las hadas. También se pensaba que el nombre del hada guardiana se le daba con la imagen de la luna

—Nombre…, la dama hada era Gwendolen, la otra era Flandolen.

—En (Gale), significan arco blanco y arco escarlata.

—En otras palabras, luna blanca y luna escarlata…

—Ambos son colores de la piedra lunar. En lo que respecta a Flandolen, hay historias de que ella era la hija del Conde Caballero Azul, y por la descripción de que habían estado usando esas piedras preciosas, entonces ¿no cree que no hay otra más adecuada que la piedra lunar para ellas?

Ah, eso es todo.

En el pasado, el Conde que había dado la condición de [si me entregas la luna] para el matrimonio con la Reina de las Hadas de campo, con eso debe haber recordado acerca de las hadas guardianes de su ancestro cuando dijo eso.

Edgar se preguntaba si el Conde realmente estaba buscando una pareja matrimonial, o si era necesario para encontrar un pariente de la hada guardiana.

Sin embargo, todo eso ahora estaba en el lejano pasado.

Era imposible saber si el anillo de piedra lunar en el dedo de Paul perteneció o no originalmente a Gwendolen. E incluso si fuera así, dado que el hada con ese nombre ya no existe, la reina solo encontró el anillo.

Lo que estaba relacionado con Edgar en este momento era la “Luna escarlata”.

Si la banda Robin Hood que le envió la carta amenazadora, se llamaban a sí mismos “Luna escarlata”, basado en esta historia, eso significaría que se consideran los guardianes del Conde Caballero Azul. Es por eso que no soportan a un impostor. Así que se les ocurrió la idea de recuperar la espada.

¿Sin embargo, cuál era su conexión con Príncipe?

Para una banda que se oponía a Príncipe, ¿cuál era el significado de llamarse a sí mismos por el nombre del arquero del Conde Caballero Azul?

Era el trabajo personal de Edgar investigar eso. Así que se puso de pie.

—Muchas gracias, profesor. Fue de gran ayuda.

—Me alegro poder ser de utilidad.

Mientras se estrechaban las manos, de repente pensó en algo que quería preguntarle al padre de Lydia.

— ¿Profesor, estaría bien si le hago otra pregunta?

—Sí, por supuesto.

—Escuché que su esposa era una Doctora de Hadas. ¿Necesitó valor para amar a una mujer que podía ver cosas que no podían ser vistas normalmente?

Como si pudiera ver a través de todo, su verdad y debilidad, por mucho que haya tratado de ocultarlo.

—Me llevé a mi esposa de su isla natal por mi deseo, y la alejé de sus amigos hadas. Alejándola de su destino que estaba atado allí, le quité demasiado, y sin embargo, creo que solo pude darle tan poco… Oh, Dios, me desvié de nuevo, pero, no hay necesidad de tener valor para amar a alguien. ¿No es algo contra lo que no puedes luchar y caer?

Le respondió a Edgar con una sonrisa tranquila.

Edgar estaba sorprendido, y no sospechó de que se hubiera fugado para casarse. Carlton no parecía en nada del tipo locamente romántico.

—Estoy seguro que para cualquier persona, ese momento vendrá inesperadamente. Incluso si no tienes valor, sería natural para nosotros adentrarnos en un camino peligroso. En ese momento, me preparé para algo. Así como me llevé a mi esposa lejos de su familia, Lydia eventualmente encontrará a alguien más importante que yo. Pero, creo que eso tiene que ser una elección natural para Lydia, tanto que ni siquiera tendría que pensar o preocuparse por eso.

Edgar pensó que fue derrotado.

Carlton era algo torpe y de buen corazón por naturaleza, pero era un hombre astuto e ingenioso.

Y le hizo una declaración a Edgar.

Era inútil para él acercarse a Lydia por un capricho. Si le decía eso, Edgar era más como el tipo que dejaba que su deseo iniciara una pelea. Ese fue el caso cuando estaba cruzando miradas con Kelpie.

Pero en este momento, inesperadamente, lo deprimió.

Había muchas maneras de evitar que Lydia huyera. Si eso significaba que necesitaba volverse serio sobre ella, él arrogantemente pensó que, seguramente, podría ser serio.

Pero era como si el entusiasmo y el plan fueran fácilmente arrancados de raíz, lo que sorprendentemente hizo que Edgar simplemente quisiera ver a Lydia.

Hoy también había ido al trabajo en la casa de la familia Conde, pero se encerró en su oficina y ni siquiera le abrió la puerta a Edgar. Incluso si se lo merecía, parecía que no le iba a hablar por un tiempo.

No era un gran problema. Para Lydia, el trabajo de un Doctor de Hadas era importante, e incluso si la razón era que no podía permitirse tomarse un día libre, pensó que no fue completamente rechazado por ella.

Tenía la confianza de poder hacer que la prueba de ayer fuera barrida bajo de la alfombra [7].

Pero, incluso si podía hacer eso, se dio cuenta de que eso no significaba que haría que Lydia permaneciera a su lado por su propia voluntad.

Sintió que a él realmente le gustaba mucho ella, y sin embargo, sentía que lo rechazaban porque le faltaba algo concluyente.


Notas:

[1] Francmasón es el nombre que reciben los integrantes de la Francmasonería o Masonería, que es una de las más antiguas fraternidades iniciáticas que tiene como fundamento la creencia en un Ser Supremo, expresado bajo el nombre de Gran Arquitecto del Universo. La Francmasonería acoge en su seno sólo a hombres libres, mayores de edad, respetables e independientes, solo dependientes de su conciencia y dedicados a poner en práctica un ideal de paz, amor y fraternidad.

[2] Rosacruces es una legendaria orden secreta que se describe como “un grupo de hombres y mujeres interesados en agotar las posibilidades de la vida mediante el uso sano y sensato de su herencia de conocimientos esotéricos (secretos) y de las facultades que poseen como seres humanos”.

[3] Robin Hood fue un arquetípico héroe. Inspirado por Ghino di Tacco y en honor a un hombre llamado Robin Longstride o Robin de Locksley, quien era de gran corazón y vivía fuera de la ley. El mejor arquero, defensor de los pobres y oprimidos, y luchaba contra el sheriff y el príncipe Juan.

[4] University College es una universidad pública de Londres y la tercera institución de educación superior más antigua de Inglaterra, después de Oxford y Cambridge.

[5] El Papa León X fue Papa de la Iglesia Católica entre los años 1513 y 1521 y quien llevó a cabo la construcción de la Basílica de San Pedro. Debido a que llevaba una vida llena de lujos y una que le propinaba a sus protegidos que hacía que quisiera lograr ganar más y más dinero, fue el detonante de la reforma propuesta por Martín Lutero en el siglo XVI.

[6] La época isabelina es la era en la historia inglesa marcada por el reinado de la reina Isabel I (1558-1603) hasta la muerte de Jacobo I en 1625. A menudo representada como la edad de oro de la historia de Inglaterra debido al gran desarrollo económico, cultural y social que hubo.

[7] Barrer algo bajo la alfombra es una frase hecha que significa esconder un problema sin hacer nada para resolverlo.

Capítulo 5 de este Volumen Tres ya disponible en Kovel Times edición 22.

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