Traducido por Den
Editado por Nemoné
Esa noche, cuando Lydia salió de la residencia del duque, le dijo a su padre que había olvidado algo en la casa Ashenbert y se subió a un carruaje sola. Sin embargo, no se dirigió a la casa Ashenbert, sino a un estudio.
Cuando el carruaje llegó a la nueva habitación de Paul en un posada en la que acababa de mudarse, la ama de llaves le dijo que su habitación estaba en una esquina del segundo piso, así que se tomó la libertad de subir las escaleras. Seguí leyendo “El Conde y el hada – Volumen 5 – Capítulo 4: Sentimientos entrelazados”