Traducido por Rencov
Editado por Yonile
Cuando los cinco se reunieron, Zhu Yao les comenzó a explicar y les instó a todos a regresar a la secta de inmediato. Desde luego, Wang Xuzhi no tenía ninguna objeción. Sacó la herramienta espiritual y ella le pidió que la volara. Aunque los otros tres tenían dudas, todavía siguieron a Zhu Yao y abordaron la hoja.
Lo extraño fue que Ling Long y Su Zi estaban tomadas de la mano mientras subían por la hoja siguiendo detrás a Xiao Yi. Esa profunda imagen de solidaridad entre mujeres casi le sacó los ojos a Zhu Yao.
¿Qué pasó? ¿Hicieron las paces tan rápido? ¿Qué pasó con la gran escena de ruptura prometida? Seguí leyendo “Mi discípulo murió una vez más – Capítulo 34: Un miembro cerdo en el grupo”