Traducido por Maru
Editado por Tanuki
De hecho, se lastimó el dedo en el invierno cuando tenía veintidós años. Mientras lloraba, sosteniendo el ataúd de su padre muerto, su dedo quedó rasguñado por un clavo que sobresalía y sangraba mucho. Afortunadamente, su médico de familia Laeneek, que estaba en el funeral, le dio primeros auxilios. Pero la cicatriz fea en ese dedo no se pudo quitar.
—Si se hubiera herido el dedo en el verano o si contrajese tétanos, probablemente habría tenido que cortarse el dedo. Estoy muy contento de que su dedo se vea bien. Como la herida apenas es visible, no se preocupe demasiado —dijo Codelli. Podía recordar vívidamente la voz de Codelli que lo dijo el día en que el médico le quitó el vendaje. Continue reading