La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 10: Curiosidad

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


Su voz era suave y dulce, pero había una nota de orgullo en sí mismo.

Además, me había llamado “Reina”. No es el único extranjero que lo hace, pero la palabra se sintió extraña, ya que había estado enviando mensajes con Reina el pájaro.

¿Eso significaba que…el Príncipe Heinley es el dueño de Reina? ¿Pensó que su carta es conocida? Tuve un momento de sospecha, pero lo descarté rápido. No importa si él escribe esas cartas. No tengo la intención de conocer al dueño de Reina en la vida real. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 10: Curiosidad”

La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 9: ¿Quieres hacer una apuesta?

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


¿Ya está aquí? Los invitados comenzaron a entrar al palacio hoy. Mentalmente, archivé todas las llegadas.

Es difícil identificar a una persona de la gran cantidad de invitados. Están el gran duque Chrome y su esposa, el gran duque Lilteang, el canciller y su familia del Reino del Norte, los hijos de la duquesa Cranthia de Samoneau, el príncipe Heinley del Reino del Oeste, el emperador Sirim de Blue Bohean…

El problema es que no venían de dos en tres. Solo del gran duque y su esposa, también están los caballeros, los sirvientes y las escoltas, luego, multiplica ese número por varias veces para dar cuenta de los otros invitados. No sabe si la carta viene de una mujer o un hombre, si es joven o viejo, o qué estado tienen. Es casi imposible determinar el dueño de Reina. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 9: ¿Quieres hacer una apuesta?”

La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 8: ¿Reina está aquí?

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


Después de terminar mi trabajo regresé a mi palacio, luego, me puse ropa cómoda más rápido de lo habitual. Sentí que me latía la cabeza, posiblemente se deba a la sensación constante de que algo me molesta. Poco a poco, comencé a entender las palabras de mi madre de: “No te involucres en los asuntos del emperador y su concubina”.

Pero mamá, incluso si trato de no involucrarme, sigue apareciendo frente a mí.

—Condesa Eliza.

—Sí, su Majestad. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 8: ¿Reina está aquí?”

La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 7: Mi nido

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


Al final, no pude tolerarlo más y dije lo que pensaba. Soviesh me miró asombrado. Tenía los ojos calientes por las lágrimas no derramadas, pero me mordí la lengua para contenerlas. La emperatriz no debe llorar por orgullo.

—Dijeron que escucharon rumores, no que yo los dijera. ¿Me estás culpando por los rumores de los que no conoces la fuente?

—No importa cuánto lo piense, no hay nadie más que tú que pueda beneficiarse de ello. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 7: Mi nido”

La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 6: No puedo creer que me esté haciendo esto

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


— ¡Disparates! ¡Por qué la emperatriz debe proporcionar una dama de honor para una concubina!

Las damas de honor que escucharon mi historia gritaron enfadadas. La condesa Eliza, que sufría de presión arterial alta, se frotó las manos detrás del cuello, mientras la vizcondesa Verdi la abanicaba y hablaba con voz suave.

—Gracias a Dios que Laura no está aquí. Es una mujer joven y ardiente, y actuaría de manera impropia. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 6: No puedo creer que me esté haciendo esto”

La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 5: La cuestión de una dama de honor

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


—Su Majestad, el gran duque Lilteang le ha enviado un regalo de seda de una tierra extranjera.

Las damas de honor habían terminado de prepararme para el día antes de lo habitual, así que me senté con ellas, mientras tomaba mi café del desayuno. Mientras tanto, el príncipe Liltaiang había enviado a un sirviente con un regalo.

Levanté la vista de mi taza de café y examiné el objeto en las manos extendidas del criado. Era una hermosa tela de seda azul que brillaba como las escamas de un pez espada. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 5: La cuestión de una dama de honor”

La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 4: El regalo de la emperatriz para la concubina

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


— ¡El emperador va a tomar a esa mujer como concubina!

Era una mañana típica. No estaba ni nublado ni lluvioso, ni cálido ni frío. Hoy era, simplemente, como ayer y el día antes de ayer.

Noticias inusuales llegaron, de ninguna parte, en este día ordinario.

—Así que, mientras la emperatriz está ocupada con las preparaciones de Año Nuevo, el emperador toma una concubina. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 4: El regalo de la emperatriz para la concubina”

La Emperatriz se volvió a casar -Capítulo 3: ¿Comparar con quién?

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


El emperador fue testigo de que Laura insultaba a la mujer de la que está enamorado. Fue toda una escena.

Laura y otras damas de honor levantaron. rápidamente. sus faldas para inclinarse ante él, pero él les dirigió una mirada infernal. Ya había visto a Soviesh varias veces antes. en el palacio, lo miré en silencio. en lugar de saludarlo otra vez. Soviesh miró a Laura y luego se volvió hacia Rashta.

—Clemencia.

Soviesh suspiró. Los ojos de Rashta estaban húmedos, probablemente. por la sorpresa y, la amplia mirada que le dirigió la hizo parecer un pobre animal asustado. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar -Capítulo 3: ¿Comparar con quién?”

La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 2: Señales tempranas de una aventura

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


— ¿Otras cosas de qué hablar? Su Majestad, no sugerí nada inusual. Como propietaria del Palacio Imperial, solo te pregunto si trajiste a una mujer herida. Nunca ha sucedido antes.

¿Estaba exagerando? Tenía mi tono habitual y una sonrisa amable en mis labios. Hablé casualmente, para no parecer autoritaria, como si hablara de los preparativos del día de Año Nuevo.

Sin embargo, Soviesh parecía notablemente incómodo. Parecía querer evitar el tema tanto como fuera posible, la atmósfera se volvió cada vez más incómoda. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 2: Señales tempranas de una aventura”

La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 1: Estoy a punto de ser desplazada del asiento de emperatriz

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


—Aceptaré el divorcio.

¿Era la única que tenía una leve sonrisa en mis labios cuando dije esas palabras?

Soviesh me miró con una expresión medio aliviada y medio arrepentida. ¿Es una farsa o es sincero?

Hasta ahora, había sido una buena colega y una emperatriz perfecta. Nunca habíamos peleado, es decir, hasta que él la trajo. Me dejó a un lado por su amante, pero, hasta el último momento, querrá ser un buen hombre y un buen emperador. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 1: Estoy a punto de ser desplazada del asiento de emperatriz”

Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 33: Charla ociosa: La confusión del capitán de los caballeros

Traducido por Den

Editado por Sharon


A medida que caía la noche, Wilhelm Aibringer de nuevo manejaba el trabajo que quedaba en la oficina de la Orden.

Los miembros de la Orden de Caballería ya se fueron a casa y solo quedaba él. Llegaba más temprano que nadie y se iba más tarde que nadie. Esa era su vida cotidiana.

Hoy había una patrulla de la Orden local (aunque no demasiado lejos), así que regresó un poco tarde y el trabajo se acumuló. Aunque se asignaron tareas a los más jóvenes, todavía había muchos documentos que Wilhelm, el capitán, debía revisar. Seguí leyendo “Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 33: Charla ociosa: La confusión del capitán de los caballeros”

Decidí crear muñecas – Capítulo 19

Traducido por Gatonegro

Editado por Ayanami


De regreso en el taller, bajé a cactus y le doy las buenas noches. No soy de las que entienden al tipo de personas que son incapaces de seguir una rutina. Si en verdad lo quieres, hazlo hasta que se te grabe en la cabeza… ¡pero, hoy, ni hablar! No seguiré mi rutina.

Aunque podría ser malo quedarme despierta hasta tarde, ya que tengo diez años, bueno, no pasara nada si lo paso por alto una vez.  Seguí leyendo “Decidí crear muñecas – Capítulo 19”

Beatrice – Capítulo 9: Será mío

Traducido por Den

Editado por Sakuya


—Su Gracia, la hija de Lord Bandorras ha estado esperando por más de una hora —Aaron, el mayordomo, le pidió a su maestro con una mirada implorante. —Su Alteza, se lo suplico. Al menos vaya a saludarla…

Sin embargo, su maestro era demasiado cruel para preocuparse. Estaba en su estudio atendiendo el trabajo relacionado con su ducado. En su regreso, Alexandro fue nombrado como el archiduque; la posición que se merecía.

La mirada de Alexandro permaneció en el documento que enumeraba los ingresos fiscales. A medida que los segundos pasaban, Aaron se puso demasiado ansioso sabiendo que su silencio significaba el rechazo. Seguí leyendo “Beatrice – Capítulo 9: Será mío”

Katarina – Volumen 6 – Capítulo 1: Graduarse de la Academia de Magia (3)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


Tan pronto como terminó la fiesta, nos llevaron a donde pasaríamos la noche. Eran preciosas, como se esperaba de las habitaciones de huéspedes del castillo.

¡Finalmente era hora de la tan esperada fiesta de chicas!

Planeaba prepararme en mi cuarto y luego reunirme con todas los demás en la habitación de Mary para conversar hasta la mañana. Hice que mi criada Anne me arreglara, me ayudara con mis maletas y me pusiera mi nuevo pijama, pero estaba tan emocionada que terminé de prepararme mucho antes de cuando se suponía que nos encontraríamos. Seguí leyendo “Katarina – Volumen 6 – Capítulo 1: Graduarse de la Academia de Magia (3)”

La Princesa del Ataúd – Volumen 2 – Capítulo 2: El Paladín retirado (2)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Gillette Corps, la división de Kleeman dirigida por el caballero Alberic Gillette, se formó para investigar, confrontar y, si fuera necesario, eliminar todos los sucesos que pudieran ser perjudiciales para la reconstrucción después de la guerra.

Este grupo estaba compuesto por seis miembros: el líder Alberic Gillette; su mano derecha, el mercenario Nikolay Avtotor; los magos Mattheus Callaway y Zita Brusasco; la asesina Vivi Holopainen; y Leonardo Stola un miembro poco atípico. Él no era un caballero, mercenario, mago o asesino. Si le preguntabas a sus compañeros, ellos solo te responderían que ‘Leonardo es solo Leonardo’.

No había nadie como Leonardo Stola, para bien o para mal. Seguí leyendo “La Princesa del Ataúd – Volumen 2 – Capítulo 2: El Paladín retirado (2)”

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