Traducido por Sharon
Editado por Tanuki
Ayer, Padre realmente actuó con terquedad.
Aunque intenté quejarme durante la cena por el sistema de dormitorios, se fue diciendo que tenía que trabajar y no me dejó entrar a su estudio. Después de golpear su puerta, me arrastraron y encerraron en mi habitación.
Por más que nos traicionó al intentar separarnos a Mishuli y a mí, Padre no quiere escuchar nuestro lazo de hermanas. Seguí leyendo “Mi hermana, la heroína – Capítulo 76”
Traducido por Sharon.
Editado por Tanuki
Normalmente, en la cena, la mesa Noir se llenaba con conversaciones.
Padre, Mishuli y yo nos reunimos para cenar juntos. Como siempre, Mishuli y yo intercambiamos historias sobre lo que sucedió durante el día mientras reunimos información. Es una actividad divertida.
Incluso la comida deliciosa terminará desperdiciada con un mal ambiente. Sé esto, por lo que guardo todos los buenos momentos que tengo para hablar con Mishuli felizmente.
Aun así, ahora mismo la mesa tiene la atmósfera de un funeral. Seguí leyendo “Mi hermana, la heroína – Capítulo 75”
Traducido por Kavaalin
Editado por Nemoné
Cuando vi a Su Alteza, recordé que había olvidado decirle algo importante.
—Tengo algo que decirle a Su Alteza.
— ¿Aún tienes algo que decirme después de todo lo anterior? Tengo un mal presentimiento.
—No es la gran cosa. Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 55: Sentimientos a transmitir”
Traducido por Den
Editado por Nemoné
— ¡Blackie, bañémonos!
—Princesa, debe secarse el cabello.
Corrí hacia Blackie ignorando a Lilly, a quien siempre escuchaba.
Me sentía renovada después de mi baño nocturno. Quería ducharme junto con Blackie pero no pude porque Lilly dijo que no podía. Dijo que bañarse con una mascota (un animal divino en verdad) no era aceptable. Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Capítulo 27: Esta clase de cosa repentina no es muy buena para ti (2)”
Traducido por Naremi
Editado por Sharon
Corregido por Aurora Blue
—¡De ninguna manera…! ¿Dijiste que Sir Belvant no vendrá a casa hoy…?
La recién casada, Marietta, recibió la noticia de labios del mayordomo cuando estaba tomando té en su propia habitación. Al escucharlo, presionó sus delgados dedos blancos contra su pecho mientras su cuero se recostaba sobre la silla sin fuerzas. Seguí leyendo “Marietta – Extra 6: La noche sola”